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domingo, 20 de diciembre de 2020

Ha fallecido el cronista de Valdesimonte (Segovia)

 


 


  En la foto, algunos miembros de la tertulia “El Rato” , con Paco Puch al fondo, con camisa azul a la derecha.


            Esta mañana de domingo he recibido una llamada telefónica de Valerano Cortrina, del pueblo cacereño de Aliseda, anunciándome el fallecimiento en la clínica Cemtro de Madrid, de mi buen amigo Francisco Puch, cronista de Valdesimonte (Segovia) y muy relacionado con el mundo de Extremadura y de Murcia.

 

            Francisco Puch Juárez nació en La Granja de San Ildefonso (Segovia) el 15 de junio de 1930. Desde niño comienza su andadura por la Literatura, escribiendo poesías en revistas colegiales, leyendo sus versos en Radio Segovia, siendo también publicados en la página literaria de El Adelantado de Segovia del que sigue siendo habitual colaborador, y en el que han sido publicadas sus Estampas Segovianas, amén de infinidad de escritos y artículos de opinión.

 

            Tiene infinidad de escritos publicados en periódicos ABC, La Razón, El País, El Mundo y otros, muchos de cuyos artículos fueron leídos en el Canal 7 Televisión durante años. Asimismo, ha editado varios libros entre ellos: “Segovia, esa tierra perdida”, de poesía; “El silencio de los besos”, poesía; “Segovia y sus pueblos en las calles de Madrid”, poesía y ensayo. “La España corrupta (cien sonetos grotescos de políticos) Y “Quince años de la Tertulia El Rato”, una tertulia literaria de extremeños que se reunía hasta el año pasado en la famosa taberna madrileña de Antonio Sánchez, en la que afamados literatos de España se reunían, una taberna de tres siglos, como escribió en su obra Antonio Díaz Cañabate, donde hacían su tertulia Ignacio Zuloaga. Pío Baroja, Gregorio Marañón, Julio Camba, entre otros.


 

            Fracisco Puch ha sido ganador de numerosos premios, como La Medalla de Oro de poesía y cuento, del Ayuntamiento de Madrid, en sus III Certámenes de Participación Ciudadana en el año 1993; El Frasco”, del Ayuntamiento de Oliva de la Frontera (Badajoz) por “Golondrina” o el otorgado por la Asociación cultural “La Plaga” del Ayuntamiento de Cuellar por la obra “Los encierros de Cuellar

 

            Desde hace años colaboraba con el periódico digital www.aguilanoticias.com en donde en su página web dicen de él: “Gracias a sus 1.118 artículos en estos 14 años, hemos podido descubrir tabernas típicas del viejo Madrid, su amor incondicional por Segovia, su tierra natal, y por Águilas, a la que el mismo reconoce que descubrió tarde, su reunión de amigos en La Tertulia de La Glorieta y su desconocimiento absoluto de las nuevas tecnologías, que confesaba entre los ataques de tos que le venían tras su risa socarrona y potente”.

lunes, 7 de diciembre de 2020

Comida gastronómica en el Palacete de la Ochava

 





            Una familia, dos hermanas y varios primos han puesto en valor un terreno en uno de los pueblos más desconocidos de la ciudad de Madrid y que hoy es un emporio de riqueza gastronómica en el que todos, cada uno desde sus conocimientos de la realidad profesional a través de la experiencia o de los estudios, han sabido sacar adelante el negocio familiar, un asador castellano al horno de leña, que montara el abuelo en una calle del pueblo al que denominaron La Ochava, por estar en una travesía a tres calles desde la calle Mayor de Valdilecha,

 

            Las dos hermanas, Juani y Angelita, tras muchos años de trabajar duramente en el restaurante del padre, lograron construir el Palacete de la Ochava en los terrenos de un familiar, con unas preciosas vistas hacia el monte, una joya de hotel, refugio de los que buscan la tranquilidad y lugar preferido por muchos novios para celebrar en él unas singulares bodas, incluso este tiempo de la pandemia tiene contratadas ya las fiestas familiares de varios enlaces, pues según el actual director, Víctor Morante, a los contrayentes, sus invitados y personal que asiste al evento, les hace previamente un análisis de antígenos, con un médico, un sanitario y una ambulancia en la puerta. La seguridad sanitaria está garantizada.

 

            Y ahora vamos con un menú que preparó para un pequeño grupo selecto de personas, en dos mesas distantes, en el que coincidimos profesionales de la gastronomía y de la enología para catar, probar y disfrutar de la buena cocina del Palacete de la Ochava. En la amplia cocina, dos reconocidos profesionales como José López y Sergio Ruiz, y en la sala Bianca Lazar.

 




            Como aperitivo, un jamón ibérico montado en pan de cristal, más una aceituna que se explotaba su aceite en la boca, además un chupito vichyssoise de crema de boletus, con croqueta de bienvenida y Gilda 2.0

 






            En los entrantes un suculento foie micuit, acompañado de una compota de manzana y un dulce de una gominola de vino. Un segundo plato fue la exquisita navaja del Cantábrico sobre un parmentier de patata del terruño, de la comarca de Valdilecha, con vinagreta trufada y para concluir unas verduritas de temporada a baja temperatura con espuma de queso y tomate liofilizado.

 






            En los platos de pescado hubo un extraordinario rodaballo a la brasa en pipil cítrico, pero apasionante fue el atún rojo de almadraba en tres texturas de tomate. En este punto Víctor Morante apuntó que en su cocina se buscan los productos de cercanía para crear riqueza en la zona y usar menos productos globales.

 





            Las carnes fueron singulares: Un steak tartar al estilo japonés, que quizá no era mucho de mi gusto, y un exquisito costillar de cochinillo trufado con patatas al romero, que fue una verdadera delicia, al menos para mí.

 




        Su carta de vinos es abundante: Cinco blancos y nueve tintos. Tomamos un ·verdejo de Pandora, en los primeros platos y un “Angelitos negros”, de Toro, pero era mucho mejor haber regado el suculento almuerzo con un tempranillo “Balbas”, con cinco meses en madera de roble. Una sugerencia, hay que tener vinos de cercanías, más vinos de Madrid.


 


            Los postres Una sopa de chocolate blanco y crumble de frutos secos y un pan brioche y cremoso de leche y canela, que hubo que dejar para después ya que comenzaba la visita al Palacete de manos de Juani. 




        En total son 60 habitaciones, muchas de ellas esplendorosas, pero lo que me llamó la atención fueron las dedicadas al mundo taurino, entre otras con nombres tan singulares como Enrique Ponce, la del anterior alcalde de Madrid, José María Álvarez del Manzano, al que se le ve en una foto poniendo su cartel a la puerta de su habitación o la de mi amigo y excelente crítico taurino Miguel Ángel Moncholi. Llama la atención su singular estacionamiento, con una exquisita decoración de fotos y luces, así como la habitación–guardería para los niños que acompañen en las bodas o en los eventos, con una persona responsable y entendida en sus cuidados.

 ¡Una gran idea!

Hotel Palacete de la Ochava - Perfecto para todo tipo de Eventos (hotelpalaceteochava.com)