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miércoles, 6 de febrero de 2019

Ignacio Sánchez Galán, español universal 2018






         Ayer por la noche tuve el honor de ser una de las 400 personas que, en la Real Fábrica de Tapices, le rendimos un homenaje a Nacho Galán (Ignacio Sánchez Galán), presidente de Iberdrola, al ser elegido como “Español Universal 2018” por la Fundación Independiente que preside Aldo Olcese.




         En el cóctel a la primera persona que me encontré fue a Salvador Sánchez Terán, a quien le recordé una anécdota que protagonicé con él en Mallorca, cuando era presidente de Telefónica, a quien le regalé tres pesetas, que era lo que costaba una ficha de una cabina y que, tras su discurso, en un homenaje a varios jubilados dijo a todos “Y que sepa la prensa que todo mi discurso no ha sobrepasado el precio de una ficha”. Yo le dije que la prensa no le debía nada y le regalé 3 pesetas. Se lo tomó por el lado bueno hace más de 30 años y ayer mismo.


         Al entrar al salón de la cena, tuve el placer de saludar a dos hombres de la iglesia, al Padre Ángel, con su famosa bufanda roja, y con el que coincidí en El Cairo, durante la visita del Papa Francisco, y con el presidente de la Conferencia Episcopal Española, monseñor Ricardo Blázquez, con quien hablé, como extremeño que soy, de la retrocesión del Monasterio de Guadalupe a una diócesis de Extremadura y que no pertenezca este histórico edificio y 32 pueblos más de la región a la archidiócesis de Toledo. El cardenal Blázquez, ahora arzobispo de Valladolid, me dijo que él está de acuerdo con esta retrocesión, pero que es un asunto de El Vaticano. Le contesté que si “las cosas de palacio, van despacio; las de El Vaticano se miden en siglos”… y a mí me gustaría que el Monasterio de Guadalupe, donde me casé por la Santa Madre Iglesia, lo vea yo en vida que pertenezca a una diócesis de mi tierra extremeña.



         Y en el acto además se hallaban, entre otras personalidades, el jefe de la Casa de Su Majestad el Rey; Jaime Alfonsín Alfonso; el cardenal de Madrid, Carlos Osoro, a quien saludé a la salida en presencia del Padre Ángel y del rector de la Universidad de Comillas, Julio Martínez. En mi mesa coincidí con Benita Ferrero ex ministra de Asuntos Exteriores de Austria y ex - comisaria de la Unión Europea, quien habla un precioso español por su matrimonio con el catedrático Francisco Ferrero, ex director del Instituto Cervantes en Viena y Bruselas.



         El acto comenzó con una intervención del presidente de la Fundación Independiente elogiando la labor de la sociedad civil y relacionando los actos más importantes que han venido desarrollando. Hizo la “laudatio” del homenajeado la mexicana Patricia Espinosa, que desde 2016 se desempeña como secretaria ejecutiva de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, quien elogio la figura de Ignacio Sánchez Galán y especialmente en la defensa de la ecología.

        

         El premio le fue entregado al homenajeado por la ministra de Trabajo, Migraciones y Seguridad Social, Magdalena Valerio, que lo hizo en compañía de Patricia y de Aldo y puso punto final al acto.



         En los agradecimientos, Nacho Galán, dio las gracias a todos, recordó la labor que se ha venido haciendo desde la Fundación Iberdrola, que llevó hasta su muerte el que fuera presidente del Congreso Manuel Marín. Agradeció el trabajo de su equipo y hasta incluso al del comité de empresa de Iberdrola, pues entre todos hacen una buena labor y alabo la presencia de jóvenes que estaban en la cena, premiados por la Fundación por su buen hacer académico.



         Sánchez Galán se declaró hombre de pueblo, pero de una universalidad total, ya que desde que comenzó como ingeniero industrial a hacer baterías, después había que venderlas. Hoy es el responsable de la principal empresa eléctrica de España, con ramificaciones en el extranjero, no en balde quisieron manifestarle su apoyo, con su presencia, los embajadores de Estados Unidos, México y Qatar.

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