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jueves, 4 de octubre de 2007

Una castaña pilonga



El domingo pasado visité Hinojal, el pueblo familiar en la provincia de Cáceres. Acudí a la casa de una prima y hablamos de los abuelos comunes. De un cajón sacó varios objetos de la abuela Alejandra, entre ellos un abanico negro y una faltriquera. Me dijo: "Mete la mano en la faltriquera" (para los que no sepan lo que es una faltriquera, es un bolsillo que las mujeres se ataban a la cintura ). En su interior había una castaña pilonga y... al momento recordé que la abuela siempre llevaba una por aquello de que evitaba el reúma

Uno no cree en esas cosas, pero hace unos diez años paseando por el bosque de castaños que se encuentra rodeando el monasterio de Santo Estevo, en la Ribera Sacra del Sil, me agaché y recogí una castaña fresca, allá por el mes de octubre. Esa castaña está guardada en un bolsillo de una chaqueta que ayer mismo llevaba puesta. Hoy esa castaña ya está pìlonga y dura ; ahora es un recuerdo homenaje a mi abuela Alejandra. Yo, de momento, no tengo reúma.

Ya se sabe, en Galicia no se cree en las brujas, pero haberlas haylas.

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