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miércoles, 8 de febrero de 2012

Ostello Bello




“Esta casa no es un albergo (hotel)”, así reza una leyenda en este singular establecimiento italiano que dirige Carlo Dalla Chiesa, que habla un precioso español tras varios años en la Argentina y que le ha dejado como recuerdo una curiosísima estantería con cajas de madera de un vino de este hermano país.

El hotel es una especie de albergue juvenil que posee once habitaciones, todas ellas comunitarias, al precio de 28 euros la noche, pero por cama; sin embargo, sólo una de ellas, la número cinco se puede contratar por 40 euros la cama u 80 la pareja. No tiene más de dos camas.

En las terrazas tiene unas singulares macetas de cajones de madera donde han sembrado hierbas aromáticas para cocinar y que ofrecen gratuitamente a los clientes.

La comida es curiosa. La mama ha hecho una comida que tiene que ver con el albergue, el hotel que no es un hotel. En los bajos hay mesas de distintos estilos a los que acompañan sillas de disntas dormas y cololtres también. Una colección de guitarras y otros instrumentos son usados por los clientes. El dueño me dice que se han gastado un verdadero pastón en insonorizar el local… Lógico, es gente joven y le da a la guitarra y al canto.

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