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lunes, 6 de enero de 2014

Días de vacaciones casi primaverales en Málaga



El viajero pasa unos días de descanso por Málaga, lugar donde esta temporada de finales de 2013 y primeros días de 2014 no ha pasado el frío ni la lluvia del resto de España. ¡Asombroso!.

Y uno, en la tranquilidad de unas vacaciones navideñas ha ido recorriendo diversos lugares que los malagueños conocen de sobra, pero que uno, que la visita de vez en cuando, la aprecia tal vez muchísimo más que los propios indígenas. El tiempo ha acompañado y se ha paseado por la playa de Pedregalejo, donde al sol que calienta a finales de año, es un placer recorrer  su Paseo Marítimo rodeado de barquitas hechas por las manos artesanas de los carpinteros de ribera, o tomar unos buenos platos marineros en el restaurante-chiringuito “Miguelito el Cariñoso”, o acercarse hasta Benagalbón, un pueblo de origen fenicio y griego y comprar aceite del bueno en el molino de Nacho Pérez, que produce un buen óleo, cuya marca es Benaoliva; me he comprado una botella de flor de aceite de autor virgen, extra sin prensado en rama, lo caté y es una maravilla. Muy recomendable.


Pasear por la ciudad de Málaga tiene su encanto. Recomiendo así dos lugares para quedar con la gente. El primero “El Pimpi”, que en tiempos antaño era un cabaret, más conocido como un puticlub y hoy es un lugar muy agradable, propiedad de los dueños de Bodegas Campos de Córdoba, donde no hay famoso o gente del pueblo que no vaya. Allí se reúnen los poetas; entre una larga lista veo el nombre de mi paisana de Moraleja y Premio Adonais de Poesía Pureza Canelo. Detrás de mí mientras espero a mi amigo un profesor de la Universidad, veo la foto de dos grandes, la actriz  Imperio Argentina acompañada del vate local, pero de renombre nacional Manuel, Alcántara, al que conocí en mi facultad hace más de 40 años y me llenó de asombro de cómo un alma tan exquisita podía ser el especialista del diario deportivo Marca como cronista de boxeo., ¡Toma ya!

Otro lugar muy interesante y cercano es “El Jardín”, al amparo de la catedral, y donde recalan también los grandes que pasan por la ciudad, lugar de poetas y toreros.

No menos interesante es pararse a tomar unos churros con chocolate en Aranda, la chocolatería clásica de Málaga. Eso es hacer turismo mientras uno se interesa por las costumbres locales. http://www.guisaillopapa.com/2010/06/churros-en-casa-aranda-malaga.html

Y para terminar una visita a algo muy moderno: el Museo Automovilístico de Málaga, pero eso… es otra historia.

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