La primera vez que fui a Polonia estuve invitado por la compañía aérea LOT a la feria de turismo de Poznan: Toursalon. Es una feria pequeña, comparada con FITUR, peor con un encanto especial, al celebrarse en una ciudad que fue capital de Polonia. Lo más atractivo de Poznan es la plaza del Ayuntamiento, donde cada hora dos cabras golpean sus cuernos al mismo tiempo que suena la hora en el reloj. En la foto, el Gran Teatro, construido en estilo neoclásico en 1910. http://es.polandforall.com/poznan.html
Una cosa que me llamó la atención fue que en el trayecto en coche desde Varsovia a Poznan había una autopista que comenzaba en el campo y terminaba en el campo. No unía dos ciudades, o comenzaba en una para seguir por carretera normal, sino que se salía de la capital polaca por una carretera nacional, comenzaba la autopista, se acababa en unos 300 kilómetros y continuaba la carretera nacional. ¡Sencillamente, asombroso!
Sin embargo hubo más atractivos turísticos como Gniezno, la cuna del estado polaco, o la joya del palacio barroco de Rogalin.
En una segunda visita, invitado por la oficina de turismo de Polonia en España y la compañía Alitalia, llegamos a Cracovia, vía Roma. Es Cracovia, sin duda, la más bellas de las ciudades polacas. Entre sus monumentos destacan el castillo y la preciosa catedral donde se coronaban los reyes. Un atractivo fue visitar el gueto judío. En esta ocasión quedé impresionado de dos puntales turísticos del sur de este país: Las minas de sal de Wielizkca y el campo de concentración de Auschwitz, ambos patrimonio de la humanidad. Las primeras por ser un atractivo singular de poseer en su interior, un hospital y una enorme capilla y el segundo por la atrocidad humana que cometieron allí los nazis, al asesinar a cientos de miles de personas en las cámaras de gas. http://www.cracoviaguia.pl/
Una cosa que me llamó la atención fue que en el trayecto en coche desde Varsovia a Poznan había una autopista que comenzaba en el campo y terminaba en el campo. No unía dos ciudades, o comenzaba en una para seguir por carretera normal, sino que se salía de la capital polaca por una carretera nacional, comenzaba la autopista, se acababa en unos 300 kilómetros y continuaba la carretera nacional. ¡Sencillamente, asombroso!
Sin embargo hubo más atractivos turísticos como Gniezno, la cuna del estado polaco, o la joya del palacio barroco de Rogalin.
En una segunda visita, invitado por la oficina de turismo de Polonia en España y la compañía Alitalia, llegamos a Cracovia, vía Roma. Es Cracovia, sin duda, la más bellas de las ciudades polacas. Entre sus monumentos destacan el castillo y la preciosa catedral donde se coronaban los reyes. Un atractivo fue visitar el gueto judío. En esta ocasión quedé impresionado de dos puntales turísticos del sur de este país: Las minas de sal de Wielizkca y el campo de concentración de Auschwitz, ambos patrimonio de la humanidad. Las primeras por ser un atractivo singular de poseer en su interior, un hospital y una enorme capilla y el segundo por la atrocidad humana que cometieron allí los nazis, al asesinar a cientos de miles de personas en las cámaras de gas. http://www.cracoviaguia.pl/
He visitado tu blog y me ha gustado el viaje realizado a Polonia, tiene unas postales maravillosas, de las cuales he sacado para ponerlas en un DVD y verlas despues cuando me apetezcan, ya que tiene cosas preciosas de ver y conocer.
ResponderEliminarUn saludo Paco.