El cronista ha viajado durante unas horas al Monasterio de Yuste donde ha asistido como secretario general de la Academia Europea de Periodismo Turístico a la entrega del Premio Carlos V a Javier Solana, ex Alto Representante para la Política Exterior y de Seguridad Comín de la Unión Europea. Entregó el premio el Príncipe de Asturias.
Nada más llegar al Monasterio saludé a Matías Sánchez, el gerente de la Academia Europea de Yuste , y a Francisco Javier Pizarro, delegado del Patrimonio Nacional en el monasterio, catalogado como Patrimonio Europeo. Mucha gente, mucho nervio. Iban llegando las autoridades. El presidente de la Junta de Extremadura, salía a recibir a los invitados: Al propio Solana, a Felipe González, al presidente de Asturias, al ex presidente de Polonia y también al ex presidente de Portugal.
Nada más llegar al Monasterio saludé a Matías Sánchez, el gerente de la Academia Europea de Yuste , y a Francisco Javier Pizarro, delegado del Patrimonio Nacional en el monasterio, catalogado como Patrimonio Europeo. Mucha gente, mucho nervio. Iban llegando las autoridades. El presidente de la Junta de Extremadura, salía a recibir a los invitados: Al propio Solana, a Felipe González, al presidente de Asturias, al ex presidente de Polonia y también al ex presidente de Portugal.
Tuve un lugar privilegiado para ver el solemne acto pues los académicos y periodistas europeos fui os colocados en el coro de la iglesia. ¡De maravilla! Allí escuché como Guillermo Fernández Vara le dedicaba grandes elogios a Solana, llamándole un español excepcional, o bien el Príncipe Felipe recordó una frase el presidente Clinton quien dijo que Solana fue capaz de mantener a la Unión Europea en el mapa internacional. Durao Barroso que elogio de las cualidades profesionales y humanas del homenajeado, siempre a favor de la paz internacional. Por su parte, el encargado de su “laduatio” fue el ex presidente de Polonia, Alexander Kwasniewski consideró que Javier es un hombre excepcional y ha dejado su huella en Europa.
Al final, los periodistas europeos bajamos a uno de los claustros antes que ningún otro grupo y esperamos allí mientras el resto hacia el pase de besamanos del Príncipe. Durante el magnífico vino español con productos típicamente extremeño tuve oportunidad de saludar a numerosas personas, desde los presidentes Kwasniewski y Sampaio al que fuera presidente de Extremadura, Ibarra; el obispo de Coria, Francisco Cerro, o el guardián de Guadalupe, el franciscano Sebastián Ruiz. Amigos de la cultura, de la economía, del periodismo… toda Extremadura estaba allí.
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