Una vez más, el viajero recorre los
pueblos de Extremadura, aquellos pueblos menos turísticos y se lleva agradables
sorpresas, como en Moraleja. Los turistas piensan que si el destino
al que van no tiene grandes monumentos, fascinantes paisajes o cualquier otro
atractivo no merece la pena acudir allí. Es el caso de Moraleja, cruce de
camino y centro comercial en la zona sur de la comarca de la Sierra de Gata. www.moraleja.es
Lo primero que hay que decir es que
Moraleja fue un pueblo cerrado con murallas, como se indica en algunos planos
históricos, de la que apenas quedan restos, pero si una magnífica Casa de la
Encomienda, muy arruinada por estar en manos particulares, donde se alojó a
principios del siglo XVIII (1703) el rey
Felipe V, el primer rey Borbón. Allí mismo, a la vera de la Ribera de Gata.
En ese bello paraje y tras cruzar el
puente de piedra hacia el otro lado se disfruta de la piscina natural y un
paisaje ribereño donde a primeros de septiembre se inaugurará oficialmente la
Feria Rayana, donde se muestra lo mejor dela Raya de España y Portugal.
Hay que acudir a ver la iglesia de
Nuestra Señora de la Piedad, con una pequeña y bella imagen de la Virgen amparando
a sus fieles. En el interior del sagrario una píxide, recipiente redondo donde
se coloca la Sagrada Forma para llevar la comunión a los enfermos, del siglo
XVI, bellamente decorada.
En las cercanías del pueblo hay que
ver el Chorreón, una catarata en el río Árrago, rodeado de unas cabañas que
pretendía ser un alojamiento en plena naturaleza. Por allí cerca, en la finca
donde pastan los toros de la afamada ganadería Sánchez - Cobaleda, se halla la
ermita de la Patrona del pueblo, la Virgen de la Vega. Se trata de una singular
construcción de los años 60 que dan un toque de modernismo a la zona. Y también
los toros de Victorino Martín, con su singular museo. Cada vez más, turistas de
todas las partes visitan la zona en una de las Rutas del Toro en Extremadura.
Para completar el ámbito natural de
Moraleja hay que visitarla en otoño invierno, donde pasan por el lugar miles y
miles de grullas, con su característico canto, desde los comederos hasta la
zona de los dormideros en el embalse del Borbollón, declarado zona especial de
protección de las aves, en cuyo islote “Parra chica” suelen pernoctar, Es tanto
el atractivo turístico, que la zona la visitan cientos de turistas extranjeros
amantes de la naturaleza y pertenece al “Club Birding de Extremadura”, que promueve
la Dirección General del Turismo del Gobierno Extremeño. También hay muchos
cazadores italianos en busca del zorzal
Y para comer, muy aconsejable por
los productos y el buen servicio, “El Rincón de Manolo”.
Fotos de Luis Germán Méndez, fotógrafo oficial de la Secretaría de Estado de Turismo, natural de Moraleja.
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Sonia:
ResponderEliminarMuchas gracias. Aquí tienes un poco lo que he vivido profesionalmente en los últimos años. El blog es todo tuyo.
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