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sábado, 11 de julio de 2015

Cuestiones generales del turismo en Extremadura


 

 

            El turismo se convierte desde los años 80 en Extremadura una fuente de modernización y transformación económica. Tras el paso de la época emigratoria de los años 60, en los que la región pierde mano de obra poco cualificada y la llegada de las comunidades autónomas, Extremadura toma conciencia de sus valores  histórico-patrimoniales y naturales y comienza a explorar un campo económico que hasta entonces era tenido poco en cuenta, cuando ya en otros lugares de la nación estaba muy explotado a través del sector turístico.

            El Consejo Económico y Social de las Comunidades Europeas indicaba en 1990 que “el turismo constituye una actividad humana de la natural inclinación entre el hombre y la necesidad de conocer su entorno, su historia y su civilización. El turismo se ha transformado en una actividad económica que ofrece al consumidor los servicios que exige. Esta actividad ha adquirido una importancia creciente en el espacio europeo, en particular a lo largo de los últimos años” .

            Lo primero que se desarrolla es el turismo urbano, abriendo nuevos hoteles en las grandes ciudades: Cáceres, Badajoz, Mérida, Plasencia, Zafra, etc. Posteriormente con la reestructuración de las comarcas en Grupos de Acción Local, el turismo se ve con otros ojos y se valora como elemento para crear pequeñas y medianas empresas que pongan el valor los recursos que se disponen. Especialmente se ha recurrido, desde su creación en 1975,  al Fondo Europeo de Desarrollo Rural, FEDER,  aunque en los diez primeros años de existencia sólo dedicara el 1,2% de su presupuesto al sector turístico. Fue a partir de 1986 cuando el FEDER contribuyó más al turismo para recuperar la riqueza de ciertas regiones.

            Con el tiempo, el turismo forma parte de todas las comarcas extremeñas, basado principalmente en dos factores: Una naturaleza muy virgen y poco explorada en la Península Ibérica y un amplio e interesantísimo conjunto histórico artístico en ciudades y pueblos de la región, promocionando en los últimos tiempo la gastronomía que se ha visto encumbrada esta labor con el reconocimiento de Cáceres como Capital Española Gastronómica y un restaurante único en Extremadura, como es “Atrio”, situado en la ciudad monumental cacereña, con dos estrellas Michelin, además de otros que ofrecen una gran oferta culiniaria con productos propios de la tierra.

            Aunque el turismo es hoy para la sociedad occidental –y española en particular- un elemento de consumo más, un derecho social, es una necesidad muy sensible a las alteraciones de los precios y también a la del servicio y atención al cliente, de ahí una permanente formación de los profesionales del sector en lo que demanda el turista, a pesar de que en nuestro territorio haya más un minifundio empresarial y una frágil posición de los agentes regionales en el mercado turístico nacional.

 

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