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miércoles, 16 de diciembre de 2015

Almuerzo en el Foro de Madrid





Ayer tuve oportunidad de almorzar  en el Club Financiero de Génova que preside el prestigioso abogado de Derecho del Trabajo, Juan Antonio Sagardoy, y acudir al coloquio que sobre cocina y gastronomía tuvimos con el presidente de la Real Academia de Gastronomía, Rafael Ansón Oliart dentro de las sesiones que con diversas personalidades organiza el Foro de Madrid, que preside su hermano Francisco Ansón, hermanos del académico de la Lengua y periodista, Luis María.


Antes de seguir, un chascarrillo: Luis María es un hombre que dice llevar un apellido atónico (Anson) y  que tiene dos hermanos que se apellidan Ansón, con acento en la letra o. ¡Cosas veredes, amigo Sancho!


Tuve el gusto de saludar a mi amiga y paisana María Isabel Mijares, sentada en la mesa presidencial en calidad de “miembra” –como diría una ex ministra socialista de infausto recuerdo-  de la Academia de Gastronomía Extremeña, que ha conseguido que el próximo año la ciudad de Mérida sea declarada Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica, sucediendo a la mexicana Guanajuato. Mijares ha sabido cuidar y mimar buena parte de los vinos extremeños, realizando con ellos una gran labor y pudiendo ponerse en las mejores mesas del país.


Compartí manteles con el prestigioso arquitecto Antonio Lamela, constructor del edificio terminal 4 del Aeropuerto de Barajas y su hermano el satélite, de gran diseño arquitectónico. Cuando en la mesa se hablaba temas políticos tras el debate cara a cara Rajoy- Sánchez, y de que era un honor que el aeropuerto de Barajas tuviera el nombre de Adolfo Suárez, el hombre que trajo la democracia a España, Lamela se indigno y me dijo que el nombre se debía a su hijo Adolfito, pero que aún Suárez (padre) le debía unos meses de alquiler –y que nunca le pagó- de una casa que el arquitecto posee en el Paseo de la Castellana – y entonces Paseo del Generalísimo, entre el estadio Santiago Bernabeu y la Plaza de Cuzco.
 
 



 Otra interesante compañera de almuerzo fue Blanca Yllera, que también compartimos mesa en una comida con Alberto Ruiz Gallardón, su única salida pública después de dimitir como ministro de Justicia. Pues bien Blanca Yllera es de la familia vinatera Yllera y posee unos magníficos vinos de la tierra llamados “Blancayllé”, muy buenos caldos, muy agradables para el risotto que tomamos.


Y dejo para el final la intervención de Rafael Ansón, hombre ilustrado en los temas de lo comestible y lo comible, de la cocina y de la gastronomía. Gracias a su propuesta de vivir en libertad tras la caída del régimen franquista sugirió que había que dar también libertad en los fogones y así, poco a poco, los profesionales de la restauración se fueron haciendo y hoy somos los campeones del mundo en esto de la gastronomía, tanto que Rafael es el presidente de honor de la Academia Internacionl de Gastronomía.
 



Mi intervención fue para que el público oyera la importancia de Mérida como Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica y que si tendría alguna repercusión en las visitas a la capital extremeña, no en balde de los 65 millones de turistas que vinieron a España, un altísimo porcentaje quería saber cómo comemos y lo que supone la comida y la bebida para la sociedad española, que sabe vivir bien y con alegría. Rafael elogió los buenos productos extremeños, desde el jamón ibérico, a las tortas del Casar y de la Serena, sin olvidarse de los buenos caldos “castúos”. Algunas personas se asombraron al oírme decir que Villanueva de la Serena es el lugar donde nació la tortilla española o bien que el robo del recetario de la Orden  Militar de Alcántara por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia ennobleció aún más la gastronomía gala.

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