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viernes, 27 de mayo de 2016

Praga, una ciudad con seis millones de turistas





            Me lo decía mi amigo checo Miroslav Navara. Hasta tres ciudades chinas están conectadas por avión con Praga. Hoy lo he podido comprobar: La ciudad está invadida por turistas de esta nacionalidad. Los hay por todas partes, especialmente desde que salió en un programa - la televisión china que una pareja enamorada se casó en esta vieja ciudad imperial de Europa. Hasta tuve oportunidad de ver a una novia china a a salida de la catedral.


            La ciudad antigua de Praga es un encanto pasearla, sobre todo fuera del circuito meramente turístico. Hay preciosas calles solitarias por las que uno prefiere andar, olvidándose de las masas de turistas que pueblan el Puente de Carlos, el puente del rey Carlos IV, que tanto hizo por la ciudad, o el Palacio Real y catedral. A la salida del palacio presidencial los estáticos guardias que son cambiados cada hora para satisfacción de los turistas. Todo un acontecimiento. Allí mismo, una banda musical hace las delicias del respetable por unas monedas.


            Sí pude ver la casa donde se refugió Mozart para trabajar sobre su excelsa obra “Don Giovanni”  y a  lo lejos la iglesia donde la representó. Mozart tiene su qué en Praga, incluso se comercializan conciertos  como los que se dan en el Palacio del Puente de Carlos, donde en  1983, Milos Forman rodó parte de la oscarizada “Amadeus”. El programa culto y popular está compuesto por obras tan populares como “Las cuatro estaciones”, de Vivaldi; “Carmen”, de Bizet; “Canto a la alegría”, de Beethoven o “Don Giovanni”, de Mozart. Todo lo interpreta la Royal Czech Orquesta, que fue repuesta tras la Revolución de Terciopelo de 1989, aunque su nacimiento fue a finales del siglo XVIII, apoyada por Leopoldo I, rey de Bohemia. El concierto dura unos 65 minutos.
Más información: www.pragueclasics.com


            La guía, Daniela, muy formal y comedida, con esfuerzos para sonreír, nos fue informando al grupo de algunas curiosidades de la vieja Praga, concluyendo la visita peatonal junto a la fachada ”Art Nouveau”, del Hotel Europa, ahora cerrado, en plena plaza de San Wenceslao verdadero símbolo de la ciudad, que recibe anualmente sólo unos 6 millones de visitantes.




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