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sábado, 1 de febrero de 2020

Una jornada por Badajoz





            El cronista ha pasado una jornada por Badajoz para acudir, como miembro de la Academia Extremeña de Gastronomía, a una reunión en su sede de la Plaza Alta. Esta ha sido remodelada en los últimos años y forma parte ya del ambiente cultural y turístico de la ciudad.



            Antes de entrar a la sede de la Academia tuve el gusto de pasarme por las Casas Mudéjares, las casas más antiguas de esta parte de Badajoz, situadas en la Plaza de San José. En una placa colocada en la misma fachada, en la que se ofrece una ruta de las plazas y edificios singulares de Badajoz se puede leer lo siguiente: “CASAS MUDÉJARES. Son las viviendas más antiguas que hoy se conservan del Badajoz pasado. Originarias de finales del siglo XV o inicios del XVI, pertenecen al conjunto de edificaciones porticadas que en la etapa medieval formaban la plazuela de San José, sede del zoco y mercado, acogiendo talleres y artesanía. Su estilo le confiere un alto valor tipológico e histórico, y hace de ellas muestra muy representativa de la arquitectura de su tiempo”. 



            En estas Casas donde está instalada la Oficina Municipal de Turismo, donde una joven muy amable me fue indicando los lugares más turísticos de la ciudad. No le quise decir que yo viví en ella, enfrente del antiguo Vivero en el verano de 1974… pero cómo ha cambiado, para bien.



            La joven profesional me dice que hay que visitar Alcazaba, la más extensa de Europa; la Plaza Alta, el Museo Arqueológico Provincial (antiguo palacio de los Figueroa), la Biblioteca de Extremadura, instalada en el antiguo hospital militar; la Torre de Espantaperros y más en el centro de la ciudad, la preciosa catedral de San Juan, con su famoso Museo catedralicio; el Ayuntamiento, y un poco más allá el Museo de Bellas Artes o el Extremeño e Iberoamericano de Arte Contemporáneo, situado en la antigua cárcel y cuyo director Antonio Franco ha fallecido recientemente. Antonio fue, hace años, uno de mis 16 compañeros en el Grupo de Expertos de Marca Extremadura. Para terminar la visita sobre el papel del mapa, en la oficina de turismo, me recomendó bajar al Puente de Palma con su famosa puerta, símbolo de la ciudad de Badajoz, sin olvidarse de los baluartes, tipo Vauban, que rodean el perímetro antiguo del casco urbano. Badajoz es poco conocida turísticamente, pero yo recomiendo hacerle una detenida visita. Se llevarán una agradable sorpresa.





            Tras los actos internos de la Academia Extremeña de Gastronomía, donde recogió su diploma y su collar el compañero académico Sergio Castillo, un magnifico sumiller, collar impuesto por el presidente Francisco Sauco.



            Un poco más tarde, el grupo de académicos se reunió en uno de los restaurantes señeros de la ciudad badajocense: El Lugaris, donde un magnífico equipo formado por Javier García en la cocina y de Ángel Pereita, en la sala, ofrecieron un concierto de sabores extremeños, compuesto, por entrantes, a base de mousse de pasta de ibérico ahumado (extraordinaria) y prueba de chorizo, más boletus con torta de Barros,  carpaccio de presa ahumada con aceite, arroz de matanza con carrillera y morcilla, y como plato fuerte una excelente pluma de ibérico con cebolla caramelizada, para ser acompañada con vinos  “Puerta de Palma”, del académico Marcelino Díaz.  www.madiaz.com Hay que reconocer que Javier es un director de la orquesta de los sabores de esta tierra “ejtremeña” que sabe dar a cada uno el toque suficiente para que armonice en la boca. Al final, un apretado aplauso de los comensales concluyó el encuentro de manteles. www.restaurantelugaris.es



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