Estuve en la actuación de El Brujo en el Conventual de
San Benito de Alcántara, donde acudieron más de 1.400 personas a su espectáculo
en vivo, según me dijeron. Todo el teatro, incluidas las dos gradas, estaba a rebosar.
La verdad es que El Brujo ha encandilado a las gentes de Alcántara y de otras partes
de Extremadura y de España. Una pareja detrás de mí había llegado desde Madrid,
y había comprado dulces típicos de la villa, que ella se los llevaba con
orgullo y deleitación, y los dos de la izquierda vinieron él desde Sevilla y ella
desde Alburquerque (Badajoz).
Rafael Álvarez El Brujo ha actuado muchas veces en esta
villa alcantarina. Sé que le gusta mucho (él mismo lo dijo), tanto que al final
de la representación, unos fotógrafos profesionales hicieron fotos el actor
acompañado de su músico, Javier Alejano, para demostrar que todo estaba repleto.
¡Tal fue su actuación! En cierta ocasión actuando dentro de la iglesia del conventual,
se metió en público con mi madre. Le preguntó cómo venía tan tarde al teatro y
ella, toda tímida le contestó: ¡Vengo de Brozas!. Ah. le respondió él.
Y entremos de lleno ahora en la pieza de su representación.
Fue una mezcla de recitado de los clásicos del Siglo de Oro español, con humor
actual entrando en las actuaciones de toda nuestra clase política, incluido Perro
Xánchez.
Esta actuación de El Brujo me recordó, cuando vivía en Mallorca
y hacia crítica teatral en el diario “Baleares” a una del Premio Nóbel de
Literatura, el italiano Darío Fo, con su obra “Misterio Bufo”, que actuó
en 1983 en la Sala Magna, a la que estuve invitado por el dueño del Auditorium,
Rafael Ferragut. Una obra de la historia de un juglar medieval, Darío Fo, hablando
con un solo micrófono con un alambre muy largo atado al cuello y un enorme escenario
solo con telones negros, se “comió” a todo el público. 40 años más tarde la recuerdo
como si fuera ayer, aunque fuera estrenada en 1969 en la Universidad de Milán.
Pues
eso mismo, y aun mejor, hizo en Alcántara El Brujo con su obra “El viaje del
monstruo fiero”, cuando él solito fue capaz de entretener al respetable
durante cerca de dos horas. Este
viaje del monstruo es mi propio viaje a través de los escenarios donde todavía
se celebran los vestigios de la gloria irrepetible del Siglo de Oro español. El
público me hizo monstruo fiero por necesidad y así cumplí con mi parte de la
herencia. Soy un bululú.. Esto dice de sí mismo Rafael Ávarez, quien comenzó
hablando de otro monstruo de la escena, Fernando Fernán Gómez, en el día de su
muerte y ante su catafalco en el Teatro Español, de Madrid, hablando incluso con
humor de una cosa tan seria como la muerte.
Y
siguió recitando, a su aire textos de Lope de Vega, de Santa Teresa de Jesús, Quevedo,
Cervantes o Shakespeare…elevando la categoría humana de Julieta por encima de
la de Romeo. Me hizo recordar en uno de mis viajes a Verona la casa de Julieta,
con su balcón, reconvertido ahora en mito turístico. Francisco Gutiérrez Carbajo
escribe de nuestro protagonista. … El
Brujo, el monstruo y enigma de la loa de Lope de Vega Este actor es el más
claro representante del bululú, que cambiaba de registro, según los personajes
que interpretaba y compara los monólogos de El Brujo con los de los actores italianos Vittorio
Gasman y Darío Fo. Para terminar, éste decía.
“La improvisación es una ciencia que ni se improvisa”.
Un trailer de la obra:
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