La Unión Europea se comenzó
a preocupar por el turismo, un sector clave para la economía española muy
tarde; concretamente fue en 1983 cuando
se aprobó la primera resolución del Parlamento Europeo sobre política
turística. Bien es verdad que solo siete años más tarde, a iniciativa del
Parlamento, el Consejo de Ministros de la entonces Comunidad Europea declaró el
año 1990 como Año Europeo del Turismo, que supuso un gran avance para el sector,
pues esta actividad económica, la mayor de la Comunidad, no estaba reconocida
formalmente hasta entonces.
Tras la celebración del
Año Europeo del Turismo se desarrolló un programa que se pudo medir según
varios criterios:
1.- Hubo un gran
intercambio de información y puesta en común de experiencias.
2.- De ello se sacaron
experiencias para proyectos concretos en dos campos tan interesantes como el
turismo rural y el turismo cultural, de tanta incidencia en nuestra región.
3.- Hubo una
interesante cooperación transnacional en el mundo del turismo.
4.- La promoción
aumentó para llamar la atención de los operadores turísticos a favor del
turismo europeo.
Todo esto se concretó
en medidas atractivas para el mundo del turismo cultural y rural, prestando un
mayor interés y cuidado por el medio ambiente factor importante en el
desarrollo del turismo en la vieja Europa y se apoyó la mejora de la calidad de
los servicios turísticos a través de una continuada formación profesional con
cursos especializados subvencionados con fondos económicos de la Unión Europea,
sin olvidarse de las continuas iniciativas de cooperación transnacional que en
Extremadura son importantes, dado el carácter transfronterizo con Portugal. Un ejemplo
de cuanto venimos diciendo se puede aplicar en cuatro grandes proyectos turísticos
transnacionales: La Feria Rayana, el Parque Nacional “Tajo/Tejo Internacional”,
la Euro - ciudad Badajoz – Elvas y el Lago del Alqueva, todos ellos proyectos
turísticos compartidos con el país vecino.
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