Extremadura
ha dejado de ser un territorio de paso hacia Portugal a ser un destino
turístico en sí mismo. Los madrileños, el principal mercado turístico de
nuestra región sólo la conocían viajaban en coche hacia el país vecino,
olvidándose de que aquí hay atractivos turísticos interesantes que en estos
últimos años, gracias al esfuerzo de las autoridades y a los profesionales del
sector, han sido promocionados y puestos en valor para uso y disfrute de todos
nuestros visitantes. Veamos el porqué:
Tomando como base el Plan Nacional
de Turismo 2020, elaborado en 2007, tiempos del ministro Joan Clos, se habla de
que: “El turismo español es una industria
sólida, con una consolidada posición de liderazgo internacional y con gran
potencial de crecimiento futuro, lo que constituye su valor diferenciador y una
gran ventaja competitiva. El sector turístico desarrolla su actividad en un
entorno económico globalizado, de gran incertidumbre y profundamente cambiante,
en el que se vislumbran nuevas tendencias y retos. Ante esta situación, el
Consejo Español de Turismo acordó llevar a cabo un amplio proceso de revisión
estratégica del sector para hacer frente a los retos y tendencias y que se ha
materializado en el Plan del Turismo Español Horizonte 2020. Y cuyas grandes
líneas de estrategias se basan en darle más valor al cliente, ofreciendo una sostenibilidad
del modelo turístico español en un entorno cada vez más competitivo y
compartiendo el liderazgo de nuestro sector turístico con las instituciones y
los agentes sociales”.
El turismo, en España, es una
cuestión de Estado, y al margen del partido que gobierne se terminan ejecutando
los planes que ha ido elaborando el Gobierno anterior desarrollándose así una
actividad promocional interesante, al margen de los vaivenes de la política
partidista.
También Extremadura tiene su Plan
Estratégico de Turismo, (2010 – 2015), en el que se cuenta que en Extremadura
se generan 700 millones de euros por esta actividad, lo cual suponen el 4,3 %
del Producto Interior Bruto. Según los economistas, cuando una actividad supera
el 2% del PIB está creando riqueza en el territorio. En esta rama de actividad,
según la Cuenta Satélite del Turismo del Instituto Nacional de Estadística,
trabajan más de 25.000 personas, que representan el 6% del total de la fuerza
laboral en nuestra región. Más de 8.000 de estos trabajadores lo hacen bajo el
régimen de trabajadores autónomos. Y aquí quiero resaltar la importancia del
turismo rural concluyendo con una frase: “La calidad es una de las claves seguras del
éxito en la explotación de las empresas
turísticas rurales” (Hawkins
1988)
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