Fue todo un placer compartir
manteles con dos fiscales generales del Estado en el Club Financiero Génova, en
ese interesante almuerzo que promueve la Fundación Independiente, presidida por
Aldo Olcese Santonja. Se trató de una charla abierta e informal con Eduardo Torres-Dulce
(fiscal general del estado de 2012 a 2014) y de Consuelo Madrigal (2014-2016),
debatiendo sobre Justicia y sociedad civil.
Precisamente Aldo habló de que ya
está en marcha el primer congreso sobre sociedad civil española y que espera
que lo inaugure Su Majestad don Felipe de Borbón.
La primera en tomar la palabra fue
Consuelo Madrigal, para decir que Torres-Dulce fue su profesor y maestro en
prácticas y habló sobre la excesiva politización de la vida social española,
por lo que la de justicia, como es de sentido común, se ha de basarse m una autonomía
total. Igualmente expuso que al día de hoy deja mucho que desear la calidad de
las leyes por su texto, por sus palaras y porque existe una inflación de
legislación estatal y autonómica, de ahí que los jueces tengan que interpretarlas
continuamente, no solo en el campo jurídico, sino también en el semántico por
la continua decadencia del lenguaje que más bien parece dedicado a mensajes
publicitarios o a las redes sociales. Sin duda, es algo muy farragoso para el trabajo
del juez. Pidió la mejora del ordenamiento jurídico de la Fiscalía General del
Estado pues, aunque ha habido modificaciones en el año 2009, se han basado en
normativas tan antiguas de los años 1969 y1957. Por último, defendió firmemente
los valores democráticos de nuestra sociedad española.
En cuanto a Torres-Dulce argumentó
que sin consensos y sin normas no es posible vivir. Se debe respetar las leyes
como norma de convivencia y como pacto social, como se hizo en la Constitución
de 1978, de ahí que las leyes estén para cumplirlas y hacer justicia para los
más débiles de la sociedad. Buen es verdad que ahora hay un abuso de los
decretos leyes, hurtando a los representantes del pueblo español, reunido en el
Parlamento, la elaboración de las leyes y las normas que ha de cumplir nuestra
sociedad. Hay que tener en claro una sola idea: La democracia está sujeta a la
ley y no por encima de la ley. Y el oficio de los tribunales es el de ser
independientes. Por último, se dijo que el juicio de los golpistas catalanes ha
sido un juicio modélico.
Una última intervención, de una señora,
a título particular, se quejó de que no hay una normativa legal que impida
echar de una casa a un ocupa siendo perjudicado con ello la ciudadanía, a lo que
Consuelo Madrigal dijo que efectivamente hay muchos campos de la vida social española
que no están regulados y este de los ocupas es una de ellos.
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