El
día de San Isidro por la tarde tuve el gusto de estar presente en la apertura
de la exposición “Las miradas de África” de mi buen amigo y paisano Basilio
Rodríguez Cañada, donde muestra una serie de fotografías realizadas hace unos
20 o 30 años, acompañado de una joven Raquel, que hoy es su mujer, a Senegal,
al África profunda, para ver y conocer la realidad esta zona del continente
subsahariano.
Tras
los saludos de entrada, los numerosos asistentes fuimos invitados a acudir a
una sala de conferencias, donde Basilio explicó la mirada de los jóvenes
senegaleses y el nacimiento de una niña que llevó en sus brazos Raquel, a la
que bautizaron con el mismo nombre. Están deseando volver para ayudarla y conocerla
ya como una joven adulta.
La
filosofía de esta exposición se puede concretar en el siguiente texto de Basilio:
Nunca podré olvidar a los niños con quienes me crucé, que sembrados con la
inocencia y la esperanza, espetaban una oportunidad para ser, sentir y diseñar
su mundo”.
La conferencia con numerosas diapositivas iguales y otras distintas de la exposición, fue muy amena, concluyendo con la invitación a varios amigos presentes en la sala a intervenir con una pequeña charla o a través de poemas que reflejan sus vivencias o experiencias. Tuve el gusto de que me presentara a un paisano y buen amigo suyo, el catedrático de Literatura Francisco Gutiérrez Carbajo, natural de Acehúche (Cáceres) y esposo de la académica de la Lengua, Clara Sánchez, con el que estuvimos hablando un buen rato antes de la conferencia.
Esta exposición me recordó mi encuentro con Abou Diouf, que fuera presidente de Senegambia, confederación que duró unos 10 años en la década de los 80 del siglo XX. Abou Diouf llegó a Mallorca en el tiempo en el que un servidor trabajaba en el Gabinete de Prensa del Aeropuerto de Mallorca, que yo creé, después de trabajar varios en el diario Baleares y estaba encargado de atender, en la sala de autoridades, a las personalidades que pasaban por la isla, teniendo el gusto de conocer a muchas de ellas.
Y,
sin comparar para nada, me recordó también el viaje que realicé hace unos años a
Camerún otro país del África subsahariana, pero esta es otra historia…
Interesante, la exposición gráfica
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