La orquesta, dirigida por el británico Ivor Bolton,
también director artístico del Teatro Real, quien supo ganarse al público al
final del concierto, en su primera parte interpretó la pieza que estaba prevista
de Jan Sibelius “El cisne de Tuonela” y también “Concierto para
trompa”, de Mozart. El trompista fue Jorge Monte de Fez, un ovetense que
forma parte de la Orquesta Sinfónica de Madrid y que cautivo al respetable con
su buen hacer con el instrumento de viento. Tuvo que salir a saludar varias
veces y hasta fue aplaudido por el director, pues fue el alumno más
sobresaliente de la Cátedra de Trompa de la Escuela de Música “Reina Sofía”, de
Madrid, e invitado como trompa solista por las orquestas más importantes de
Europa y siendo dirigido por los más famosos directores: Daniel Barenboim,
Claudio Abbado o Zubin Mehta, entre otros.
La segunda parte del concierto estuvo dedicada toda ella
a la “Segunda Sinfonía, opus 63”, de Edward Elgar, con toda la orquesta
al completo. Según las notas al programa escritas por José Antonio Cantón,
Elgar se inspiró para escribir esta sinfonía en un poema del poeta romántico inglés
del principio del XIX Percy Bysshe Shelley. La obra está dedicada al Rey
Eduardo VII, quien murió en mayo de 1910. Es un sinfonía de mucha energía,
tanta, que al final del tercer movimiento el público se puso a aplaudir
pensando que era el final de la misma, al tocar toda la orquesta de una manera
muy vehemente para terminar de manera serena.
Al respetable le pareció una excelente obra y aplaudió al
director por su buen hacer. Fue una digna tarde musical.
1 comentario:
Muy acertado tu relato. Te felicito
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