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domingo, 29 de mayo de 2016

Brno, la segunda ciudad más importante de la República Checa



            El viajero ha pasado día y medio en Brno. La media jornada la dedicó a dar un paseo por el contorno de la ciudad antigua y algunos de los monumentos más importantes que se conservan. El guía me dio un folleto en inglés y en francés para informarme un poquito y aquí están algunos hitos importantes. Se trata de una ciudad de alrededor de los 400.000 habitantes. Aquí nació Juan Gregorio Mendel (1822 – 1884), aquel que todos estudiamos de pequeños sobre las leyes de la genética.

            Recorriendo la ciudad, es interesante para un español porque aquí se halla la iglesia de Santiago, una de las más hermosas. El camino era largo -unos 3.200 kilómetros de Santiago- ya que los peregrinos salían desde la iglesia de la Virgen Negra de Czestochowa, en Polonia y pasaban por Olomuc y Brno, en la República Checa para pasar por Austria, Suiza y atravesar Francia antes de entrar de lleno en el Camino de Santiago Europeo y llegar a Compostela.
Puede saber más si pica: http://www.jakubskacesta.cz/

            Cerca de allí, está la casa donde pernoctó Napoleón en tres ocasiones, en los años 1805 y 1809. No hay que olvidar en estos cercanos campos, a unos 10 kilómetros al sur de Brno, se libró la batalla de Austerlitz, también recordada en la historia como la Batalla de los Tres Emperadores (el Zar Alejandro I de Rusia, aliado de Francisco II, del Sagrado Imperio Romano Germánico contra Napoleón). Tras nueve horas, las tropas francesas derrotaron a la coalición austro-rusa el 2 de diciembre de 1805.

            En el recorrido se vieron edificios nobles, como la Academia de Música, el Tribunal Supremo de Chequia y otros espacios ciudadanos como la Plaza de Las Verduras, donde aún hoy día se venden frutas y verduras, sin dejar de lado construcciones como el actual edificio del Ayuntamiento, con dos balcones artísticos y singulares: uno el de Hitler; otro, el de la Reina Isabel de Inglaterra, a cual más bello. Muy cerca de allí la hermosa catedral de San Pedro y San Pablo, reconstruida en estilo neogótico y donde se decía misa en el momento de la visita.

            No hay que dejar de ver en Brno el famoso castillo de Spilberk, comenzado a construir en el siglo XIII por orden de Ottokar II de Bohemia. Su situación y sus defensas abaluartadas hicieron que nunca fuera conquistado. Da miedo recorrer sus interiores, especialmente por las bien adaptadas prisiones, revitalizadas con maniquíes, especialmente en los siglos XVII y XVIII, denominada la cárcel de los Habsburgo.

            Tiene la ciudad de Brno un edifico supermoderno para la época y declarado por la UNESCO en 2001 Patrimonio de la Humanidad. Se trata de la Villa Tugendhat, mandada construir por esta familia judía entre los años 1928-1929. Fue autor de este extraordinario chalet el arquitecto alemán Ludwig Miese van der Rohe (1886 - 1969). Destaca la casa por sus líneas modernas actuales tanto en el interior como en exterior con detalles muy interesantes para su época. Las vistas desde el dormitorio, como de la sala de estar o del salón comedor son extraordinarias. Dan al jardín, muy bien cuidado, y al fondo el castillo de Spilberk y la catedral de San Pedro y San Pablo. Todo un lujo que los Tugendhat tuvieron que dejar al llegar los nazis alemanes.
Para saber más: www.tugendhat.eu y www.bam.brno.cz


viernes, 27 de mayo de 2016

Praga, una ciudad con seis millones de turistas





            Me lo decía mi amigo checo Miroslav Navara. Hasta tres ciudades chinas están conectadas por avión con Praga. Hoy lo he podido comprobar: La ciudad está invadida por turistas de esta nacionalidad. Los hay por todas partes, especialmente desde que salió en un programa - la televisión china que una pareja enamorada se casó en esta vieja ciudad imperial de Europa. Hasta tuve oportunidad de ver a una novia china a a salida de la catedral.


            La ciudad antigua de Praga es un encanto pasearla, sobre todo fuera del circuito meramente turístico. Hay preciosas calles solitarias por las que uno prefiere andar, olvidándose de las masas de turistas que pueblan el Puente de Carlos, el puente del rey Carlos IV, que tanto hizo por la ciudad, o el Palacio Real y catedral. A la salida del palacio presidencial los estáticos guardias que son cambiados cada hora para satisfacción de los turistas. Todo un acontecimiento. Allí mismo, una banda musical hace las delicias del respetable por unas monedas.


            Sí pude ver la casa donde se refugió Mozart para trabajar sobre su excelsa obra “Don Giovanni”  y a  lo lejos la iglesia donde la representó. Mozart tiene su qué en Praga, incluso se comercializan conciertos  como los que se dan en el Palacio del Puente de Carlos, donde en  1983, Milos Forman rodó parte de la oscarizada “Amadeus”. El programa culto y popular está compuesto por obras tan populares como “Las cuatro estaciones”, de Vivaldi; “Carmen”, de Bizet; “Canto a la alegría”, de Beethoven o “Don Giovanni”, de Mozart. Todo lo interpreta la Royal Czech Orquesta, que fue repuesta tras la Revolución de Terciopelo de 1989, aunque su nacimiento fue a finales del siglo XVIII, apoyada por Leopoldo I, rey de Bohemia. El concierto dura unos 65 minutos.
Más información: www.pragueclasics.com


            La guía, Daniela, muy formal y comedida, con esfuerzos para sonreír, nos fue informando al grupo de algunas curiosidades de la vieja Praga, concluyendo la visita peatonal junto a la fachada ”Art Nouveau”, del Hotel Europa, ahora cerrado, en plena plaza de San Wenceslao verdadero símbolo de la ciudad, que recibe anualmente sólo unos 6 millones de visitantes.




jueves, 26 de mayo de 2016

Una ruta por la República Checa






            El viajero se encuentra en Praga, concretamente en el hotel Pyramida (http://www.hotelpyramida.cz/es/ ) donde está  la base para iniciar un recorrido por Moravia, la región oriental de la República Checa. Conmigo hay periodistas de Suecia, Francia, Finlandia, Estonia y hasta de la cercana Eslovaquia, alguno de ellos amigos de varios viajes, de esa tribu que recorre el mundo para después contar nuestras experiencias vividas a los demás. Una apetitosa cena pone punto final a la dura jornada y al hambre que pasé, tras ser amortiguada por un sencillo bocadillo y una buena cerveza belga, en el aeropuerto de Bruselas, ése que ha sido noticia mundial, donde los terroristas del Daesh mataron vilmente a ciudadanos libres por el mero hecho de serlo.



            Pues bien la ruta a seguir comienza esta misma mañana con una visita de media jornada por la preciosa Praga, ciudad que he tenido oportunidad de recorrer cuatro veces, pero que uno nunca se cansa de hacerlo. De ello se encarga Jan Hlubek, director de marketing de Czech Tourism (el Ministerio de Turismo de Chequia).  www.czechtourism.cz


http://prague-stay.com/img/10918/2/false/prague%20spilberk%20castle%201.png



            Nos trasladaremos hasta Brno, la segunda ciudad en importancia de Chequia para visitar el castillo de Spilberk, (en la foto) situado sobre la Montaña Blanca y continuar al Parque de las Ciencias. Al día siguiente recorreremos el Castillo de Lednice, cuyo conjunto paisajístico ha sido designado Patrimonio de la Humanidad. Y terminaremos en una visita del Salón del Vino del Castillo de Valtice con el fin de conocer los ricos caldos blancos de la región de Moravia.


            Precisamente ayer en la cena, además de una suntuosa cerveza checa, probamos un vino blanco con uvas de la variedad Chardonnay, y de la cosecha de 2014, de la marca “Bzenec Chateu”; muy bueno en nariz y boca.


            Y concluiré mi visita en la ciudad de Mikulov, una ciudad de unos 7.500 habitantes cerca de la frontera con Austria. Aquí me tengo que despedir del grupo porque he recibido una invitación del presidente de la República de Honduras, Juan Orlando Hernández, a donde he de acudir y el viaje no es nada corto. El trayecto será Praga-Londres-Miami-Tegucigalpa y todo para participar en la jornada de “Marca Honduras, Marca País, en la que seré uno de los participantes extranjeros… pero eso es otra historia.

martes, 24 de mayo de 2016

Viaje un lunes al Monasterio de Piedra






            El viajero recomienda visitar el Monasterio de Piedra un lunes. Razón: El Parque y las preciosas cascadas de agua serán todas para él. El Monasterio de Piedra está situado en el municipio de Nuévalos (Zaragoza).

            Se acaba de inaugurar el hotel, donde ha habido un remozamiento total y hemos visitado el lugar, donde en 1185 surgió el real monasterio cisterciense de Santa María de Piedra, imagen que por cierto fue robada en el siglo XX por Erik el Belga.

            Anna, una guía entusiasta, doctorada en Historia por la Universidad Complutense, aunque nacida en la ciudad rusa de San Petersburgo, se anima a contarnos la historia del singular e histórico edificio, levantado para seguir la búsqueda sincera der Dios a través de la máxima “Ora et labora”. (reza y trabaja).

            El monasterio lo fundan unos doce monjes cistercienses llegados al lugar desde el monasterio catalán de Poblet en 1195, por sugerencia del rey Alfonso II el Casto.

            El recinto ha pasado por todas las vicisitudes históricas, desde ser cuartel y establo de las tropas francesas en la Guerra de la Independencia, hasta ver cómo era vendido en la etapa de la Desamortización de Mendizabal para instalar aquí una fábrica textil. El dueño se enamora del lugar y decide cuidarlo y mimarlo. Hoy es un paraíso en la tierra. Mientras escribo estas líneas sólo oigo el ruido del agua cayendo en cascada y la alegría de los pájaros por el buen día que hace.




            Merece la pena disfrutar del hotel y de su spa, además es muy recomendable recorrer el antiguo recinto monacal, con sus visitas al Museo del Vino de Calatayd y después recorrer el parque de manera sosegada y queda: es la mejor manera de disfrutarlo. La paz llena por completo el alma y sosiega el espíritu.

Más información:  www.monasteriopiedra.com


  



miércoles, 18 de mayo de 2016

Simposio Internacional Camilo José Cela con anécdotas incluidas



 


            Estos días se celebra en la nueva sede de la Universidad Camilo José Cela, situada en la céntrica calle madrileña de Almagro, un simposio internacional dedicado al centenario del escritor y Premio Nobel español, Camilo José Cela, (nacido en Iria Flavia, Padrón el 11 de mayo de 1916) al que tuve el gusto de conocer en su casa de Mallorca, durante mi estancia de doce años en la isla balear y cuyo lema fue: “El que resiste, gana”.

            Abrió el simposio Nieves Segovia, hija del fundador de la Universidad, Felipe Segovia, amigo personal del escritor, y a la que tuve oportunidad de conocer en el acto de proclamación de su marido como Caballero de Yuste en el cacereño monasterio de la Vera.  El salón de actos de la Universidad estaba abarrotado de personalidades académicas y de la cultura de nuestro país que querían honrar con su presencia al último de los Premio Nobel de Literatura nacidos en España.

            Tras un magnífico reportaje audiovisual de unos 15 minutos dando cuenta de la labor y del pensamiento de Cela, intervino el director de la Real Academia Española, Darío Villanueva, y antiguo rector de la Universidad de Santiago de Compostela,  con el que coincidí hace años en un simposio dedicado al Camino de Santiago y en el que participé sobre el Camino Mozárabe; es decir, el Camino Vía de la Plata.

            Darío Villanueva pronunció el discurso inaugural  en el que trató el tema en el que  habló de los que supuso para Cela su paso por Madrid,  donde entró en contacto con los más importantes hombres de la ciencia y la cultura de la España de los años 30, acudiendo como oyente a las clases de Pedro Salinas o contactando con Ramón Menéndez Pidal o Alonso Zamora Vicente. Comenzó a conocer a personalidades de la cultura iberoamericana y de los Estados Unidos para recogerse del mundanal ruido y trabajar en Palma de Mallorca desde 1954 a 1989 y, por último refugiarse, tras la ruptura de su primer matrimonio, en Guadalajara, la tierra alcarreña.

            Y mientras contaba esto Darío, uno recordaba sus encuentros con el famoso Cela, hombre con fina sensibilidad para el trabajo de literatura y a veces tosco en su forma de trato personal. Recuerdo mi primera entrevista en su despacho de la barriada de Son Armadans, junto al castillo de Bellver, en la que me dijo que más que entrevistadores  quería periodistas que leyeran sus obras, pero en aquella conversación distendida me aseguró que no le gustaría ser mujer por aquello de que las tetas se le notarían mucho y que les daba vergüenza lucirlas. Sin duda, era un provocador. Una revista de alcance nacional leyó la entrevista y le sacó un dibujo humorístico.

            Cierto día en que un servidor entrevistaba al escritor andaluz, nacido en Castilla La Mancha, Antonio Gala, le dije que al poco rato el Ayuntamiento de Palma de Mallorca le iba a dedicar la calle donde vivía a Camilo José Cela. Cerramos el diálogo y, en taxi, nos trasladamos hasta la citada calle, llegando a tiempo de ver el homenaje municipal a su ilustre vecino. También tuve oportunidad de acudir en Palma de Mallorca, al acto en el que se daba por liquidada la interesante revista “Papeles de Son Armadans”, que dirigía Cela con colaboraciones de escritores españoles de dentro y fuera de nuestro país, en los difíciles años de Franco. La revista se editó de 1956 a 1979.

            Un tercer tiempo de mis encuentros con Cela fue ya en mi tierra cuando ya vivía en la Península y se dedicó a viajar por la Alcarría con una choferesa negra. En ese viaje, se acercó a Extremadura. Todo un día en Trujillo. Uno fue invitado a la casa – palacio del doctor Pozuelo, aquel que era el jefe de los servicios médicos de Franco. Cela y unas pocas personas almorzamos con productos típicos extremeños. El invitado se impacientaba y cogiendo el cuchillo y el tenedor golpeaba con ellos en el mantel y decía: “Queremos comer, comer, comer”. Al final del exquisito almuerzo todo el mundo le preguntaba: “Don Camilo, qué tal el jamón, qué tal la carne, qué tal el vino”. Y mi pregunta fue, ¿qué tal el agua? El agua, embotellada, era el agua de la marca “Los Riscos”, de Alburquerque, un agua que en una cata nacional de aguas había ocupado el tercer puesto tras el agua de Solán de Cabras y Lanjarón y  don Camilo me miró asombrado y sonriendo dijo: “El agua… para las ranas”. Al día siguiente el grupo se desplazó hasta Garganta la Olla, en pleno Valle de la Vera, donde su coche asombró a todos los paisanos.

            Y antes de todo esto que cuento tuve un singular encuentro con el maestro Cela el mismo día que el Rey Juan Carlos le imponía en 1982 en el Palacio de Marivent el botón de Cartero Honorario del Reino. Sólo admitían a fotógrafos, pero yo me colé pidiéndole a mi compañero fotógrafo Juanet una cámara y me la colgué del cuello. Estuvimos en el salón del palacio sólo unas cuantas personas: El rey Juan Carlos, su ayudante militar; el homenajeado, Camilo José Cela, el director general de Correos y el presidente de la Autonomía Balear que por entonces era Jerónimo Albertí, más tres fotógrafos -uno por cada periódico de Mallorca- y un “retratero periodista” que era un servidor, aunque tenga a mi cargo más de 50.000 fotografías hechas y algunas premiadas. Otros Carteros Honorarios fueron el historiador Ramón Carande (con relación con  Extremadura a través de su hijo Víctor Carande), Antonio Mingote y la Reina doña Sofía.

            Al terminar el breve acto de la imposición del Botón, tomó la palabra el entonces director general de Correos y comenzó así: “Majestad, tenemos el honor de imponerle el Botón de Cartero Honorario del Reino a nuestro buen amigo don Camilo… Alonso Vega”… Y Cela salta “José Cela, José Cela, José Cela”… La risa, mal contenida, fue general.

            A la salida, tomamos un café con Camilo y agarrándome de la rodilla me dijo: “Si eres mi amigo, no cuentes mañana en tu periódico el diario Baleares esta anécdota. Y no la conté.   El director general de Correos, que ya no me acuerdo quien era, fue relevado de su cargo a las pocas semanas.

domingo, 8 de mayo de 2016

Exitosa jornada sobre la imagen y el sector turístico



            La Asociación de Periodistas y Turismo de Extremadura organizó en la Fundación Maimona, de la localidad pacense de Los Santos de Maimona el I Seminario sobre la importancia de la imagen en el sector turístico, con tres ponencias impartidas por el presidente de la Asociación, Francisco Rivero, el cineasta Alberto Calvo y el fotoperiodista Diego Caballo, tres profesionales de la imagen y el turismo.

            El Seminario fue abierto por el director gerente de la Fundación, Alejandro  Hernández, y el alcalde de la localidad, Manuel Lavado, y que anteriormente había sido patrono de la Fundación, ante la presencia de unos 20 asistentes, entre ellos el cronista oficial de la villa, Juan Murillo Tovar, y algunos llegados desde varios puntos de Extremadura, y de las provincias de Salamanca y Sevilla.

            En la primera ponencia, un servidor trató cómo el cine es capaz de difundir un destino turístico, al mismo tiempo que crea riqueza en el lugar con los alojamientos del personal artístico y técnico de la película, o del filme, destacando en el ámbito nacional la película india "Zindagi na milegi dobara"  y que lleva una canción titulada “Señorita”, que supuso una revolución mediática en este país asiático y que trajo desde allí el año pasado más de 85.000 viajeros hacia España. 
Aquí la canción: https://www.youtube.com/watch?v=a12hdJ9HfSw. Interesante también para la promoción del destino Extremadura –y en concreto Cáceres, Plasencia y Trujillo- fue la serie televisiva “Isabel”, que ha hecho que se crearan dos rutas turísticas en España. Una de ellas en Castilla y León y la otra en la región extremeña http://www.rutadeisabellacatolica.es  . Ambas han sido promocionadas por la Dirección General de Turismo de España en su portal www.spain.info, el más visto del mundo de los portales turísticos.




            El segundo ponente fue Alberto Calvo, CEO de Global Reel, una empresa emprendedora de vídeos turísticos, con los que ha ganado varios premios en festivales de cine turístico de Portugal y Brasil. Llamó la atención el vídeo  que mostró dedicado al restaurante “Las Barandas”, de Los Santos, un singular trabajo en el que toda la dedicación, mimo y profesionalidad se puede venir abajo porque en este precioso establecimiento santeño después de una exquisita comida se le pide al camarero un palillo, y no hay ninguno en todo el local.

            Diego Caballo Ardila, que fuera director de fotografía de la agencia Efe intervino para hablar de la importancia de la foto en el proceso de elección del destino turístico, pero sobre todo atrajo la atención del público con los grandes conocimientos técnicos profesionales a la hora de captar un motivo.

            Por la tarde intervino Helio Martín, un extremeño creador de la Red de Pueblos Turísticos en la que se hallan localidades de Castilla y León y Extremadura que deseen difundir a través de pantallas interactivas y que se puede ver en una demo real en www.turismo24horas.es 





            Hubo tiempo de hacer turismo. De hecho, la noche anterior, el equipo estuvimos cenando en un restaurante “Agatxao”, de Enrique, una joven promesa santeña, que se ha dejado influir por la cocina vasca, con una mezcla de productos extremeños y pescado fresco. Para conocerlo mejor buscar el Facebook “agatxao cooking loft”. La cena fue con un vino excepcional de Los Santos hecho a base de uvas Eva, una variedad recuperada en la región.




            Otro gran descubrimiento para muchos de nosotros fue “El capricho de Cotrina”,  una singular casa estilo gaudiano, construida con mimo y cariño desde 1980 por el maestro albañil Francisco González, que con seis hijos, algunos de ellos le ayudan los domingos. Francisco, que considera que su apodo familiar de generaciones es Cotrina, ha sido seleccionado para mostrar su obra maestra en los mejores escaparates, como en Chicago o en la Facultad de Bellas Artes de la Universidad de Barcelona, en la que el doctor Rafael Romero Pineda avala la magna obra autodidacta de este artista santeño, que sigue con su trabajo diariamente a sus 80 años y financiada escasamente con su poca pensión. Bien podría recibir una ayuda pública por tamaña e histórica labor artística.

            Una sugerencia, cuando vaya a Los Santos de Maimona acérquese a verla. La entrada es gratuita. Podrá verla al natural y le enseñarán el libro de las construcciones más singulares del mundo entre las que se encuentra el Capricho de Cotrina.



martes, 3 de mayo de 2016

Un paseo por Llanes






         Llanes tiene el encanto de una villa marinera asturiana. Hay que verla desde el Paseo de San Pedro, construido a mitad del siglo XIX, y que domina todo el pueblo por el oeste, en un acantilado que ofrece al viajero toda la playa de Sablón.

 
       Allí, mismo, sobre el escarpado que cierra la otra orilla de la arenosa playa, el hotel Sablón, donde tuve el gusto de alojarme en una habitación que se ofrece al visitante como si estuviera en el camarote de un barco que costea. Dicen que es la preferida del humorista Antonio Fraguas Forges cuando se acerca por el lugar. Tanto le gusta que uno de sus dibujos es la portada de la carta del restaurante Sablón. www.hotelsablon.com Muy interesante por el servicio que ofrece, al tener entre sus galardones la Q de Calidad Turística que ofrece la Secretaría de Estado de Turismo y que se gana por los buenos oficios de su personal y de sus directivos. No hay que dejar de probar en su restaurante el arroz con bogavante, el plato estrella de la casa. ¡Para chuparse los dedos!

         Pero uno se pregunta qué puede ver en esta villa marinera. Es muy recomendable recorrer su parte vieja declarada conjunto histórico artístico. Desde la misma playa de Sablón sale una calle que se dirige hasta el Palacio del Cercau, de estilo renacentista, y junto a la basílica de Nuestra Señora del Conceyu que mezcla tres estilos artísticos, el románico en dos de sus portadas, con el gótico y el precioso retablo plateresco. Enfrente, la singular Casa de Cultura, situada en el Palacio de Posada Herrera, muy cerca también del Torreón, que antes albergara la Oficina de Turismo y hoy trasladada a la Rula, la antigua lonja de pescadores, situada antes entre los puertos deportivo y pesquero.
 






         Me llamó la atención el campo de golf, de 18 hoyos, situado en un alto donde antes se el campo de aviación, entre el mar y la montaña, cercano a los pueblos de Cué y Andrín. Los jugadores tienen una gran suerte de poder disfrutar de esta naturaleza.
 






         Recorriendo los numerosos núcleos de población del Ayuntamiento, me llama la atención los preciosos y antiguos hórreos en un pueblecito llanisco. Sin duda alguna, lo más atractivos para los turistas que visitan Llanes son sus numerosas playas, todas de ellas muy atractivas, pero la que más me llamo la atención fue una playa en situada en pleno campo, se trata de la playa de Gulpiyuri, a varios metros dentro de la tierra y sin que se vea en ella el mar. La mar se cuela entre las rocas y en marea alta rellena el interior como si fuera un recipiente, una piscina de agua salada que cuando hay marea baja se queda solo la arena. Está situada al oeste de la Playa de San Antolín, cerca de la población de Naves.
 
 

         Antes de concluir, he de decir que una cosa que me llamó la atención fue la cantidad de película que se rodaron en Llanes, lo que ha hecho que se haya creado una ruta turística para mostrar a los amantes del séptimo arte descubran los exteriores donde se rodaron numerosos filmes. Unas placas puestas por todo el municipio. La primera placa la vi en la misma playa de Sablón, el lugar donde comencé la ruta.

Para saber más: www.llanesdecine.com