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lunes, 22 de febrero de 2021

Mis recuerdos del 23 F

 



 

            Los que somos mayores recordamos bien dónde nos encontrábamos en la tarde del 23 de febrero de 1981, hace hoy 40 años. Un servidor, como periodista del diario “Baleares”, estaba redactando una noticia (no me acuerdo cual, debería ser intranscendente) cuando los sonidos de la radio que tenía encendida en su despacho mi compañero Antonio Agustín, al que le sustituí como cronista en el Ayuntamiento de Palma de Mallorca por una temporada de tres años, salieron, en directo, los primeros anuncios del golpe de Estado de Tejero: “Quieto todo el mundo” y los ruidos de las metralletas de los guardias civiles.

 

            Días pasados mi amigo Manuel Sánchez de León, fotógrafo de la agencia Efe, con el que compartí muy buenos ratos haciendo información sobre los reyes en Mallorca, me envió una foto que es histórica: La del teniente coronel Antonio Tejero en la tribuna del Congreso de los Diputados con la pistola en manos, dando el golpe de Estado, mientras se  decía el nombre del parlamentario Manuel Núñez Encabo, del Partido Socialista, para la elección de Leopoldo Calvo Sotelo como presidente del Gobierno tras dimitir Adolfo Suárez, que días antes había ido al Palacio de la Zarzuela a presentarle personalmente la dimisión al Rey Juan Carlos.

 

            Aquella tarde noche tuve que hacer un par de llamadas importantes. Una de ellas a Capitanía General de Baleares, pues se rumoreaba que el entonces capitán general estaba próximo a las ideas del general Jaime Milans del Bosch. Nadie supo aclararme el asunto. Si pude entrar en contacto telefónico con el Ministerio del Ejército en Madrid, donde estaba mi compañero de Facultad el capitán Fernando Ripoll, fallecido en 2018 y que se encontraba trabajando en el Departamento de Prensa. Ripoll me dijo que en el Ministerio todo estaba tranquilo, pero tampoco era creíble.

 




            Este domingo, Manuel Hernández de León estuvo en el Toro TV, siendo entrevistado en el programa “España en la memoria”, dirigido por Alfonso Armenteros, y ambos Amigos de la Boina. El programa estuvo dedicado al 23 F y a las muchas fotografías de diversas personalidades de este magnífico profesional que ejerció toda su carrera en la agencia Efe.

 




            Tengo una anécdota conjunta con Hernández de León con la reina Sofía en el hipódromo de Bunyola (Mallorca), una tarde que la infanta Elena montaba un caballo y su madre presidía el encuentro. Estábamos los dos a pocos metros de la presidencia. Yo dirigía una agencia de prensa pequeñita, “Mallorca Press” y también era corresponsal de la revista política “Cambio 16”. Ambos hicimos una fotografía (una diapositiva). El vio publicada su foto por todo el mundo y un servidor se la envió a la revista y… al redactor jefe se le olvidó sacarla. Yo ya solo la guardo como un precioso recuerdo en mi memoria, recuerdo que me lo ha revivido mi amigo Manolo al darla a conocer esta noche en la tele.

 

            A lo largo de los tiempos, ya muy olvidados, uno se ha encontrado en la vida con varios de los personajes del 23 F. Uno de ellos, quizá el más importante, Adolfo Suárez, al que entrevistamos en “Radio 80” que se encontraba dentro del hotel de lujo “Son Vida, en Mallorca o el valiente teniente general Manuel Gutiérrez Mellado, que se enfrentó solo con su cuerpo a los asaltantes del Congreso con metralletas. Nos vimos en el Corte Inglés de la Castellana, en Madrid. Le felicité por su magnífica acción en defensa del pueblo español, porque entonces, como ahora mismo del año 2021, aquí cabemos todos, aunque no esté de acuerdo con sus ideas. Otra persona que con el tiempo me encontré fue con el entonces comandante Ricardo Pardo Zancada, el último en sumarse al golpe de Estado, un militar nacido en Badajoz. Años más tarde estaba en un restaurante madrileño donde había muchos extremeños. Y, por último, a Manuel Núñez Encabo, catedrático de Universidad y presidente de la Comisión de Ética de la Asociación de la Prensa de Madrid, con la entonces presidenta de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España, Elsa González, con el que realizamos unas tertulias sobre la labor de los medios informativos y la ética.

 

            He felicitado a Manuel Hernández de León tras la emisión de este programa de España en la memoria dedicada a su importante labor de sacar el carrete con esta y otras fotos en sus calzoncillos, sin que fuera chequeado. Son imágenes históricas. Le dije que hay que aprender de un gran maestro del periodismo gráfico.


Para recordar este histórico golpe de Estado minuto a minuto: 

https://www.abc.es/espana/abci-23-f-minuto-minuto-abc-reconstruye-directo-golpe-estado-1981-202102230811_directo.html#vli=al-ed&vso=%C2%AB%C2%A1Quieto_todo_el_mundo!%C2%BB&vmc=web&vca=web-push

lunes, 8 de febrero de 2021

Un recuerdo mallorquín


 

          



            Como dije en mi último artículo (no me gusta decirle “post”, ¡vaya “palabro”!) viví unos doce años en la preciosa isla de Mallorca, cuando estuve como periodista en el Diario “Baleares” y uno de mis cometidos profesionales fue informar de las actividades de la Familia Real.

 

            Esta tarde de domingo he hablado con un amigo y compañero mallorquín, del fotógrafo y empresario Sergio Rodrigo de la Mata, con el que compartí quehaceres profesionales junto a Pedro Prieto, fundando la agencia de prensa Mallorca Press que difundió numerosos reportajes de la isla en la prensa española, así como de los famosos de toda condición que pasaron por la isla.

 

            Hacia muchísimos años que no hablábamos y nos hemos reencontrado. Me ha enviado una foto que yo tengo perdida entre mi numerosa documentación mallorquina en mi casa de Madrid o en la de mi pueblo de la villa cacereña de Las Brozas. Se trata de una foto con un jovencísimo Felipe de Borbón y Grecia, en la que aparecemos dos periodistas y varios fotógrafos de la prensa mallorquina, todos ellos amigos y ya retirados. En la foto se hizo en el Club de Mar, centro al que acudía el joven príncipe a sus clases de vela en Óptimist. Fueron muchas las anécdotas personales que viví con esta real familia.

 

            En este caso concreto nos encontramos un día con el Príncipe y le pedimos que posara con los que cubríamos la información. De izquierda a derecha éramos: Juanet (Fotógrafo del diario Baleares); un servidor, Sergio Rodrigo, cofundador conmigo de la agencia Mallorca Press; el Príncipe, Willy, de Diario de Mallorca; Tomás Monserrat, fotógrafo de Última Hora; Lorenzo Frau, fotógrafo de Diario de Mallorca y Juan Torres.

 

            Y esta histórica fotografía para mí tiene otro recuerdo más: Se trata de que una tarde tenía una doble audiencia con el Príncipe en el Palacio de la Zarzuela: Una con la Real Asociación Española de Cronistas Oficiales (RAECO) y otra con la Federación Española de Periodistas y Escritores de Turismo (FEPET), por formar parte de sus juntas directivas nacionales. Pero en la noche del 5 de noviembre de 1997 el río Rivillas de la ciudad de Badajoz se desbordo y causó 25 muertes en Extremadura. Se pospuso una audiencia, la de los periodistas, porque el Príncipe tenía que ir a la mañana siguiente a la capital pacense. Regresó a Madrid en helicóptero por la tarde y nos recibió a los cronistas. En la audiencia me habló de la tragedia a pregunta mía y me dijo si tenía algún familiar entre los muertos y desaparecidos; le dije que no, pero que como extremeño tenía un tan dolor y sufrimiento.

 

            La anécdota era que le había preparado una fotografía en la que se le veía de niño. Me dijo “Haz el favor de dármela, que no la tengo”, Le respondí que esa foto no se la daba porque era una fotocopia en color y estaba doblada en cuatro partes por haberla guardado en el bolsillo de la chaqueta, ya que la foto original era grande y, por protocolo, no podía traerla. Le comenté que tendría en breve otra audiencia, que esa tarde estaba anulada y le prometí que se la traería. Pasaron unas semanas – no me acuerdo cuantas y regresé a La Zarzuela con los periodistas de turismo. Tras el acto oficial, hubo un rato distendido de charla y le saco la fotografía, pequeña, ya para que me cupiera en el bolsillo. No tardo en pedírmela, observarla con detenimiento y comentarla. Le pidió a un ayudante que la cogiera y así guardarla en su colección privada de fotos de la infancia.

 

            ¡Cuánto le agradezco a Sergio que en la tarde del domingo me la haya hecho llegar por Whattsapp! ¡Qué inventos!        

 

sábado, 6 de febrero de 2021

“Baleares”, un gran periódico




 

            Lloviznando llegué al aeropuerto de Palma de Mallorca , en un avión de la desaparecida compañía Aviaco, en la mañana del 10 de febrero de 1976. Me incorporaba como auxiliar de redacción al periódico “Baleares”, `pues aún no había acabado la carrera en la Facultad de Ciencias de la Información de Madrid, con la primera promoción de periodistas universitarios de España. Saldría de Palma de Mallorca un 25 de julio de 1987. Más o menos once años y medio en la isla de Mallorca, desde los 22 a los 34 años, pero con una experiencia en el mundo de la comunicación, aunque después me especializara en la comunicación turística, de la que he impartido cursos por diversas universidades españolas y por Iberoamérica.

 

            Y en este intervalo de tiempo una rica experiencia en el periódico “Baleares”, en la Hoja del Lunes, en Radio 80, en la agencia de prensa Mallorca Press, que creé con otros compañeros periodistas de la isla y hasta en el “Diario de Mallorca”; ser secretario general de la Asociación de la Prensa de Baleares y concluir mi etapa profesional fundando el gabinete de prensa del Aeropuerto de Mallorca antes de recalar en el Gabinete de Prensa de la Secretaría de Turismo de España, todas grandes experiencias personales y profesionales.

 


Un servidor entrega un regalo al compañero mallorquín Antonio Agustín Bonet en presencia del vallisoletano Ángel Cobos Trigueros y del barcelonés Jordi Casasnovas Aragonés


            Y todo esto viene a cuento del libro que acabo de recibir titulado. “Diario Baleares (1975 – 1984. Crónica de una transición. De Falange al PSOE, escrito por el que fuera mi redactor jefe, un joven de 24 años, llegado desde Burgos, Miguel Moreno Gallo, que ha editado en la colección Biblioteca de Ciencias de la Comunicación, de la editorial Fragua, donde explica el desarrollo de este periódico, el más importante de las islas tras la muerte de Franco y la transición hasta deshacerse por completo después de la venta al Grupo Serra que dirigía un antiguo periodista del “Baleares”, Pedro Serra.

 

            Miguel Moreno explica que “detrás de las páginas del periódico latían unas historias personales y profesionales. Una crónica de los momentos convulsos de la transición democrática, de la vida cotidiana en las islas y de “Baleares”, el diario de mayor difusión en el archipiélago que terminó desapareciendo después de ser privatizado”.

 

            El periódico ha formado parte de mi vida, con compañeros muy jóvenes, yo comencé allí, con 22 años, tras pasar unas prácticas por Jaén, Badajoz y Bilbao que me sirvieron de mucho y debo a “Baleares” la gran experiencia de mi vida de conocer a grandes personajes del mundo, desde un secretario general de la ONU, a varios jefes de Estado, empezando por el Rey Juan Carlos, al que estuve a punto de llamarle en una información “Bandido” como se recoge en el libro; o al presidente de los Juegos Olímpicos de Barcelona, sin olvidarse  de dictadores como Gadafi, el venezolano Pérez Jiménez, o dos de los tres miembros de la Junta Militar Argentina con Videla; escritores como Jorge Luis Borges, Rafael Alberti, actores de primera, artistas, como Julio Iglesias, Lola Flores, Rocío Dúrcal o el mallorquín Lorenzo de Santa María; economistas, del mundo del deporte internacional, o sencillas personas de “Sa Illa” (la isla) que eran referentes un día por alguna noticia local y… hasta formé parte de un singular partido político que quería la independencia de los periódicos de la antigua Prensa del Movimiento “ULE” Unión por la Libertad de Expresión.

 

            Pero lo que en realidad cuenta este libro es la magnífica labor que realizó una redacción compuesta por jóvenes peninsulares que sustituyó en la mayoría de los casos a los periodistas veteranos del periódico franquista y le dio un amplio toque de libertad y de pluralidad ideológica, algunos de los cuales siguen siendo periodistas actuales y rigen los medios informativos oficiales de las islas.

 

            Miguel Moreno ha hecho una magnífica radiografía del diario “Baleares” a los que muchos añoramos por su buen hacer profesional y porque en él nos criamos. Sin duda fue una escuela de periodismo para una buena tanda de profesionales que después nos hemos desperdigado por España y, en algunos casos, por el extranjero.

 

            Es una gran lección  del Periodismo… de antaño.