17 de febrero de 2009.
El pasado domingo leía en el suplemento de los Domingos de ABC un amplio reportaje sobre las misiones de paz de los soldados españoles por el mundo, escrito por Virginia Ródenas. La periodista cuenta que Franco mandó soldados españoles a ayudar a los norteamericanos en la difícil guerra de Vietnam. Quiso enviar a 30 de nuestros militares del Cuerpo de Seguridad a la guerra de Vietnam. En carta aparte, el general Franco le escribía al presidente norteamericano Lyndon B. Jhonson que “política y militarmente su guerra la tienen perdida debido a que el comunismo social agrada al pueblo”. Corría el año 1969.
Más adelante, Virginia Ródenas dice que el 17 de febrero de 1859, hace pues hoy 150 años, tropas españolas llegadas de Filipinas, ayudadas por otras francesas, entraron en batalla en la ciudad de Saigón, que durante mucho años fuera capital e Vietnam del Sur y hoy renombrada como Ho Chi Ming. Todo comenzó con los continuos ataques a los católicos. La persecución fue tan terrible que llegaron a decapitar al vicario apostólico del Tonkin Central, el dominico español Díaz Sanjurjo. Hubo un desembarco español con soldados tagalos, procedentes de las Filipinas, que entonces era una colonia española. Los tagalos eran muy resistentes a las enfermedades tropicales, pues Vietnam está conformado por junglas y zonas calcáreas, un territorio dado a la poca invasión. Incluso China lo ha intentado en varias ocasiones. De hecho, al final los Estados Unidos perdió la famosa guerra de Vietnam y los franceses, que se habían quedado, tras la invasión española del territorio, sufrieron una enorme derrota en 1954 en la batalla de Dien Bien Fu.
En marzo de 1997, este cronista viajó a la isla china de Hainan, Sólo pudo visitar, de manera individual, la parte oriental de la isla, y llegar hasta la zona denominada Fin del Mundo, pues la parte occidental, la más cercana al Golfo de Tonkín, estaba considerada como zona de guerra, según me dijeron las autoridades locales, incluso el vicegobernador Mao, que hablaba un francés perfecto por ser hijo de chino y belga.
Pues bien ¿y qué relación tiene esta zona de la Tierra con mi pueblo de Las Brozas? En 1846 se había publicado en la imprenta de don Eusebio Aguado la obra “Memorias de las misiones católicas en el Tonkin”. Noticias breves de le persecución que en aquel reino ha sufrido el Catolicismo, y de los mártires con que novísimamente han demostrado su santidad y su divinidad los Misioneros de la Orden de Santo Domingo. Las memorias fueron escritas en italiano por el padre Alberto Guglielmoti y la traducción y ampliación de la obra por el español Padre Manuel Amado.
Este padre Manuel Amado, como saben los brocenses, posee una calle en el pueblo. Había conocido de joven los desastres de la guerra, al ser el traductor intérprete del general jefe de las tropas inglesas en la Guerra de la Independencia contra el ejército napoleónico, Lord Wellington. Manuel Amado fue un eminente teólogo, reconocido por la Santa Sede y desde su convento de los dominicos de Atocha escribió numerosas obras de carácter religioso, entre ellas esta importante traducción del martirio de los misioneros del Tonkín, y que gracias a las nuevas tecnologías uno puede ver desde su casa, ya que ha sido digitalizado por Google entresacado de la Biblioteca de la Universidad de Harvard.
Y esta es la relación que tiene mi pueblo de Las Brozas con el lejanísimo golfo vietnamita
El pasado domingo leía en el suplemento de los Domingos de ABC un amplio reportaje sobre las misiones de paz de los soldados españoles por el mundo, escrito por Virginia Ródenas. La periodista cuenta que Franco mandó soldados españoles a ayudar a los norteamericanos en la difícil guerra de Vietnam. Quiso enviar a 30 de nuestros militares del Cuerpo de Seguridad a la guerra de Vietnam. En carta aparte, el general Franco le escribía al presidente norteamericano Lyndon B. Jhonson que “política y militarmente su guerra la tienen perdida debido a que el comunismo social agrada al pueblo”. Corría el año 1969.
Más adelante, Virginia Ródenas dice que el 17 de febrero de 1859, hace pues hoy 150 años, tropas españolas llegadas de Filipinas, ayudadas por otras francesas, entraron en batalla en la ciudad de Saigón, que durante mucho años fuera capital e Vietnam del Sur y hoy renombrada como Ho Chi Ming. Todo comenzó con los continuos ataques a los católicos. La persecución fue tan terrible que llegaron a decapitar al vicario apostólico del Tonkin Central, el dominico español Díaz Sanjurjo. Hubo un desembarco español con soldados tagalos, procedentes de las Filipinas, que entonces era una colonia española. Los tagalos eran muy resistentes a las enfermedades tropicales, pues Vietnam está conformado por junglas y zonas calcáreas, un territorio dado a la poca invasión. Incluso China lo ha intentado en varias ocasiones. De hecho, al final los Estados Unidos perdió la famosa guerra de Vietnam y los franceses, que se habían quedado, tras la invasión española del territorio, sufrieron una enorme derrota en 1954 en la batalla de Dien Bien Fu.
En marzo de 1997, este cronista viajó a la isla china de Hainan, Sólo pudo visitar, de manera individual, la parte oriental de la isla, y llegar hasta la zona denominada Fin del Mundo, pues la parte occidental, la más cercana al Golfo de Tonkín, estaba considerada como zona de guerra, según me dijeron las autoridades locales, incluso el vicegobernador Mao, que hablaba un francés perfecto por ser hijo de chino y belga.
Pues bien ¿y qué relación tiene esta zona de la Tierra con mi pueblo de Las Brozas? En 1846 se había publicado en la imprenta de don Eusebio Aguado la obra “Memorias de las misiones católicas en el Tonkin”. Noticias breves de le persecución que en aquel reino ha sufrido el Catolicismo, y de los mártires con que novísimamente han demostrado su santidad y su divinidad los Misioneros de la Orden de Santo Domingo. Las memorias fueron escritas en italiano por el padre Alberto Guglielmoti y la traducción y ampliación de la obra por el español Padre Manuel Amado.
Este padre Manuel Amado, como saben los brocenses, posee una calle en el pueblo. Había conocido de joven los desastres de la guerra, al ser el traductor intérprete del general jefe de las tropas inglesas en la Guerra de la Independencia contra el ejército napoleónico, Lord Wellington. Manuel Amado fue un eminente teólogo, reconocido por la Santa Sede y desde su convento de los dominicos de Atocha escribió numerosas obras de carácter religioso, entre ellas esta importante traducción del martirio de los misioneros del Tonkín, y que gracias a las nuevas tecnologías uno puede ver desde su casa, ya que ha sido digitalizado por Google entresacado de la Biblioteca de la Universidad de Harvard.
Y esta es la relación que tiene mi pueblo de Las Brozas con el lejanísimo golfo vietnamita
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