Entradas populares

viernes, 10 de abril de 2015

Visita al Centro Pompidou de Málaga

 
 

 

            Málaga se ha convertido en unos años en una ciudad cultural, en la tercera más importante de España después de Madrid y Barcelona. A fe que lo ha conseguido tras instalarse aquí el Museo Picasso, la nueva sede del Thyssen., o recientemente el Museo Ruso de San Petersburgo o el recién inaugurado Centro Pompidou.

            El viajero ha tenido en esta ocasión de conocer este último centro de la cultura malacitana, inaugurado la semana pasada por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy; la ministra de Cultura de Francia, Fleur Pellerin; el alcalde de la ciudad, Francisco de la Torre y Alain Seban, presidente del Centro Pompidou de París.

            El titular del diario Sur decía que “la inauguración del centro francés en el Muelle Uno encumbra la potencia cultural de la ciudad” y un visitante del museo declaraba al periódico, con acierto,  que “Málaga prefiere destacar por el turismo cultural y no por el turismo de botellón de otras ciudades”, en algo que estamos totalmente de acuerdo.

            Visité el Centro Pompidou en la tarde del Viernes Santo, antes de acercarme a ver las procesiones de Semana Santa; hay tiempo para todo.
 
 

            Al llegar al Muelle Uno, destaca el famoso cubo de cristales de colores. Se entra al museo por la parte baja que uno pudo visitar gratuitamente por ser periodista. Tras bajar una rampa, se encuentra uno enfrente con la indicación que hay que comenzar la visita por la izquierda, pero a derecha se encuentra la parte central del museo, a la que llaman “Metamorfosis”, con una magna muestra de figuras sentadas y realizadas a base de papel albal, exposición que se complementa con un enorme cuadro de Picasso, una pareja desnuda con grandes atributos sexuales, remarcando el azul picassiano con tinta negra.
 
 

            En el programa se cuenta que “Picasso revolucionó el género del retrato” y allí mismo hay un pequeño retrato de Frida Khalo, la amante y compañera del pintor mexicano Diego Rivera, de la que tuve el gusto de conocer su museo en la ciudad mexicana de Cuernavaca, a la que llaman la ciudad de la eterna primavera, sitiada en el camino de la capital a Acalpuco por Taxco y a la que denominan turísticamente “la Ruta del Sol”. Este objeto artístico, expuesto en Málaga, es un retrato de Frida Khalo, fechado en 1938 y titulado “El marco”, un óleo sobre aluminio y pintura bajo vidrio. Y allí, cercana. una gran estatua de Joan Miró, al que no pude conocer en Mallorca el día que inauguraba su estatua “El Pájaro” enfrente de la Fundación Bartolomé March y desde siempre los turistas se fotografían junto a ella; muy cerca está la escultura movediza de Calder. Cuando “conocí” a Miró estaba en su caja de enterramiento a un metro escaso de mí. Fue el mismo día de su funeral de “corpore insepulto”, en presencia del entonces ministro de Cultura, Javier Solana.

Y un poco más allá, la estatua de uno de los más sobresalientes escultores del siglo XX, el rumano Constantino Brancusi, del que he conocido en su ciudad natal, Tirgu Jiu, su obra más adecuada, la mesa y la puerta de entrada, más su espiral que gira hacia el cielo. Toda una maravilla del arte moderno.

            Repaso en mi memoria las obras delos autorretratos de René Magritte o la obra “Las piernas” de Antoni Tapies. Me chocó una sencilla obra a base de espejos que muestran tu propia imagen, según elijas el espejo que está formado por singulares piezas, como me chocó las imágenes de una cara hablando desde una parte alta o bien la joven tirada en el suelo haciendo un diálogo similar. Sin duda, son obras singulares.

 

            Merece la pena visitar este museo, que epata por su singularidad, y modernidad.

No hay comentarios: