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miércoles, 10 de febrero de 2016

11 años en Mallorca


 


 

            Hoy he escrito unas pocas palabras para recordar que justo un 10 de febrero de 1976 llegaba, a mis 22 años, a la isla de Mallorca en un avión de la compañía Aviaco, la  hermana pequeña de Iberia.

            A mi llegada, por la mañana, al aeropuerto de Son Sant Joan, el día me recibió como hoy, frio y lluvioso. Esa fue la primera jornada que supondría una estancia de casi 12 años, hasta el 25 de julio de 1987, cuando un barco de la Trasmediterránea me distanciaba del puerto y de la Seo catedral, desde la lejanía aún recuerdo aquellos momentos, tanto el de la llegada, como el de la salida a mis 34 años.

            Durante esos once años y medio, supuso un gran cambio en mi vida, De Mallorca me traje, en lo personal, dos maravillosos hijos, buenos y fraternales amigos y una gran añoranza de la Roqueta, la comprensión de la parte buena y menos buena de la sociedad mallorquina.

            En lo profesional fue un lujo, desde informar de la Casa Real, la entrevista a un secretario general de la ONU, hablar con Gadafi o con el descubridor de un corazón artificial, sin olvidarme de las cuatro horas que pasé, desayuno incluido, agarrado del brazo del escritor argentino Jorge Luis Borges por la Cartuja de Valldemosa, la dedicatoria de una caricatura que poseo del músico hispano - estadounidense, Xavier Cugat, o el paseo por las calles de Palma de Mallorca, agarrado del brazo de uno de los grandes de la Generación del 27, Rafael Alberti, con libro de poemas, dedicado, el titulado “Sobre los Ángeles”.

            Un dato curioso, siendo cacereño, viviendo durante 15 años de mi vida a 33 kilómetros de la frontera de Portugal y haber vivido durante el verano de 1974, poco después de la Revolución de los Claveles, tuvo que ser Mallorca el lugar de donde saliera a pisar un país extranjero, fue en octubre de 1979, en un largo viaje de cuatro semanas por América, comenzando por Venezuela, Argentina y terminar en Brasil, todo ello, siendo cronista de una Embajada Turística Balear, organizada por la empresa mallorquina Viajes Barceló. Todo un lujo.

            En Mallorca fui secretario general de la Asociación de la Prensa, miembro fundador de la Asociación Balear de Periodistas de Turismo y director fundador una agencia de prensa a la que llamamos “Mallorca Press”, que dio la exclusiva de la llegada a Mallorca de dos personajes tan curiosos como el general panameño Omar Torrijos o la entrevista del dictador venezolano José Pérez Jiménez. Los dos llegaron a pasar unas vacaciones a Mallorca. Fundé el Gabinete de Prensa del Aeropuerto de Mallorca; jefe de prensa de la compañía aérea charter “Hispania”, la única compañía aérea cooperativa en Europa. Me gustó bojear (dar la vuelta a Mallorca) en un barco de la Trasmediterránea, viajar en un yate de la hija de un jeque árabe o entrevistar al cantante  Julio Iglesia,  hasta que llegaron dos personas también famosas, Paquirri y la Pantoja.

            Me gusta el trabajo periodístico de entrevistador y durante los once años realicé cientos de entrevistas a personas con interés periodístico en los ámbitos isleños, nacional o internacional, de las que me siento muy orgulloso, pero sin duda algún de lo que más satisfacción tengo  es de mi familia. Mi madre tiene siete nietos, de los cuales cuatro son mallorquines.  Con ello está todo dicho: Mallorca está muy metida en mi corazón.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Cuántos recuerdos! ¡Cuántas vivencias! Enhorabuena.

Anónimo dijo...

¡Cuántos recuerdos! ¡Cuántas vivencias! Enhorabuena.