El
viajero ha recorrido hoy el Macao auténtico, el real, el histórico, desde las
alturas de la iglesia de Nuestra Señora de la Peña, un templo de primeros del
siglo XVII hasta las “moderneces” del complejo comercial de lujo “Win”, con
marcas superconocidas, sin olvidarse del excelente espectáculo que ofrecieron
ante sus ojos los valientes que se tiran desde la torre de Macao, de 330 metros
de altura, al vacío para sentir ese miedo y superarlo. Mientras tanto uno
comía, con el alma en un puño dentro del complejo de un restaurante móvil que ofrece
al visitante los 360 grados de la ciudad chino – lusa y también de China
continental.
Sin
duda alguna, el símbolo de la ciudad es la fachada de la catedral de San Pablo,
quemada de manera fortuita en 1835 y que supuso una gran pérdida para la
ciudad. Un fuego prendió en el cercano colegio jesuita y de allí salto al
templo. En las ruinas del colegio se halla hoy el magnífico museo de Macao. www.macaumuseum.gov.mo
Si uno
quiere conocer los atractivos turísticos, que hacen que esta ciudad tenga
numerosos catalogados por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. Uno de
ellos es el Templo budista A Ma, que ya existía a principios del siglo XVI
cuando los portugueses llegaron a la zona. Los recién llegados preguntaron cómo
se llamaba el templo y los nativos le dijeron A Ma Gau; de aquí surgió el
nombre del lugar, Macao. Hoy está a rebosar diariamente, ofrece numerosas
capillas donde los fieles van a rezar y a pedir a su dios por su salud y su
bienestar, ofreciéndoles ramos de velas que van colocando por las diferentes
capillas y le entregan el correspondiente óbolo. Es un templo taoísta,
confucionista y también budista, acuden chinos y algunos visitantes indios. Los
que entran cada día son muchos devotos para venerar a sus dioses por todo el
complejo, que está abierto y no ponen pegas para verlo por dentro. Bien merece
una visita por su singularidad. Esta abierto desde las siete de la mañana hasta
las cinco de la tarde.
Por
la tarde, tras la comida, hay una isita a un lugar interesante como es la
frontera terrestre con China que la cruzan diariamente más de 50.000 personas,
que suelen ir a hacer las compras al país vecino por ser más barato; muchas mujeres
vienen cargadas con la cesta de la compra como si vinieran del supermercado y
otras aprovechas el gentío para ofrecer sus productos, incluso hay “estaciones”
de buses de los hoteles de Macao para llevar y traer a sus clientes del lugar.
Tras
ver antes un delicioso espectáculo de los dos horóscopos el chino y el
occidental que atrae a numerosos curiosos, y que realmente merece la pena
grabar en video, como centenares de ellos.
La
jornada acaba en uno de los mejores restaurantes macaenses, el de “António”, un
médico portugués residente en Macao desde hace años y que se ha metido a
cocinero. Su casa está en la isla
cercana de Taipa, en el barrio antiguo que se está restaurando poco a poco como
centro gastronómico, siendo él el primero que llegó allí hace años. Tan buena cocina
hace que ha recibido numerosos premios nacionales e internacionales. www.antoniomacau.com . Uno de sus clientes, el director de cine
Oliver Stone que aparece en una foto en las paredes.
2 comentarios:
Interesante "cata" de Macao q el autor, con acierto minimalista, nos invita a conocer en primera persona en busca de paraisos terrenales. Gracias Paco. F.M.F.
Me gusta viajar macao un día.
Publicar un comentario