De izquierda a derecha, Ángel de Oteo, Silvia Catoira y Antonio Galán
Hoy se ha presentado en la CEIM, la Confederación Empresarial
e Industrial de Madrid, OECRA, la Oficina Española de Control de los Residuos
Alimentarios, que promueve AMER, la Asociación Madrileña de Empresas de
Restauración, estando presente su presidente Antonio Galán, a quien acompañaban
la vicepresidenta de OECRA, Silvia Catoira y el director general de Agricultura
de la Comunidad Autónoma de Madrid, Ángel de Oteo, acompañados por unos 30
empresarios de restauración, pastelería y catering de la región. Yo fui invitado
a esta ponencia por mi amiga la extremeña Isabel Mijares presidenta de las
Mujeres del Vino www.oecra.es
Comenzó Silvia Catoira diciendo que son los profesionales
de la restauración quienes mejor saben cómo aprovechar los restos alimenticios,
sin embargo, la Ley estatal que sigue lo propuesto por la normativa legal de la
Unión Europea propone importantes sanciones leves graves y muy graves que van
desde los 2.000 hasta los 500.000 euros. Esta Ley aún no se ha promulgado
porque está en el Senado, pero como se han disuelto las Cortes no tiene al día
de hoy efecto alguno.
Lo que pretende OECRA es crear el primer Código de la
Alimentación en España que será elaborado por catedráticos de la Universidad
Juan Carlos I, doctores en Derecho y en Económicas y otros destacados
profesionales del sector. También elaborará un protocolo para individualizar empresa
por empresa, pues no es lo mismo un restaurante de pocos metros cuadrados que
muchos, pues hay empresas con mucha superficie que nada tiene que ver con las
pequeñas empresas que procuran o preparan alimentos. Se procurará que no haya
sanciones en los establecimientos donde se aplique el protocolo, pues como es
de sentido común, ninguna empresa de alimentación quiere contaminar, ni que se
pase hambre en la sociedad. Para ello se procederá a un plan de formación de
los profesionales que se impartirá en las empresas y habrá incentivos para esa
formación
Por su parte, Ángel de Oteo, habló como director general
de Agricultura, aunque faltó por enfermedad su compañera la directora general
de Economía Circular, quien afirmó que la Ley no ha entrado en vigor, como si
lo ha hecho ya en otros países europeos, trasponiendo a su normativa legal la
Directiva de la Unión Europea que propone que para el año 2030 se reduzca en un
50 % los desperdicios alimentarios y en un 20 % en el resto de la cadena
alimentaria.
De hecho, ya muchos establecimientos colocan alimentos
“feos”, pero sanos a unos precios atractivos para el consumidor. Yo he podido
comprobar como la cadena Mercadona rebaja los precios de los alimentos cuando
faltan unos días para su caducidad. Y, como consumidor, eso es bueno. Por otra
parte, a lo largo de mi ya dilatada vida, solo en dos ocasiones me han puesto
en un envase la comida que pagué y no pude comer en el restaurante. Ambas
ocasiones fueron en restaurantes de Madrid. Lo curioso es que ahora, según esta
ley que aún no ha entrado en vigor si el camarero te pone la comida en un recipiente
de plástico te ha de cobrar el envase; sin embargo, si te la pone en un
recipiente que se puede reciclar o es biodegradable, el restaurante o te lo ofrece
gratis o te puede cobrar.
Los profesionales que se encontraban como asistentes
creen que, con el tiempo, se crearán empresas para poder llevarse los residuos
alimenticios y adaptarlos como alimentos de animales o bien como “compost” para
abonar los campos. Todo esto está aún por venir.
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