Una
vez que acabó el Pregón de la Navidad en la Concatedral de Cáceres, en presencia
del señor obispo, don Jesús Pulido, y otras autoridades, locales, provinciales
y regionales y nacionales, me sentí más tranquilo y sosegado, a pesar de haber
dado numerosas clases, conferencias y pregones.
Fui
presentado por el presidente de la Asociación de Belenistas de la diócesis Jorge
Rodríguez Velasco en sustitución de mi colega y buen amigo Santos Benítez, cronista
oficial de Cáceres, quien se hallaba aquel día aquejado de la tan famosa gripe
estacional.
Quería dar un buen recuerdo de las Navidades que he vivido, en mi ya dilatada vida, a lo largo de los territorios en las que las he pasado: Hinojal, Las Brozas, Mallorca, Málaga y Madrid, sin olvidarme de algunas experiencias del mundo bíblico como la visita a la cripta donde se alojó la Sagrada Familia en Egipto, lo que hoy es la iglesia de San Sergio y San Baco, en el barrio cristiano copto de El Cairo.
Y
aquí mis mejores deseos del pregón:
Desde
hace años, nuestra sociedad occidental mira estos días de Adviento, prólogo de
las jornadas navideñas, más por las fiestas, el derroche, cuando no el lujo,
cuando lo que de verdad tenemos que celebrar es el nacimiento de un Niño en un
pobre portal, ya que nadie quiso dar posada a una joven familia pobre formada
por José y María embarazada y a punto de dar a luz.
En
Europa y en concreto en España, vivamos dulcemente, estamos en Navidad y
alegrémonos de la llegada del Señor a nuestra casa, tomemos nuestra cena de
Nochebuena y seamos, desde ahora, mejores personas, para ganarnos la paz del
cielo.
Antes
de escuchar al magnífico Coro Rociero de Cáceres, a todos ustedes muchas gracias
por su asistencia y este humilde pregonero les desea una Feliz Navidad.
Lo resume muy bien
toda esta información publicada en el digital de “El Periódico de Extremadura”,
que se puede ver en el siguiente enlace, incluso con los villancicos del precioso
Coro Rociero de Cáceres:



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