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lunes, 10 de agosto de 2015

Una jornada en Alcántara


 

            La jornada del sábado, el viajero la pasó prácticamente en el vecino pueblo de Alcántara, comenzando a mediodía con la presentación de la novela “Y de repente, Teresa”, que la hizo su autor el premiado Jesús Sánchez Adalid. Este libro es la novela oficial del V centenario del nacimiento de la santa abulense, y en él Adalid refleja muy bien el ambiente que se respiraba en la sociedad española del siglo XV, el Siglo de Oro español, la centuria de las luces por las artes, la literatura, la pintura y el imperio español, años en los que España dio, además, numerosos santos  a la cristiandad: Santa Teresa de Ávila, san Juan de la Cruz, san Pedro de Alcántara, san Ignacio de Loyola, san Juan de Ribera, san Francisco Javier…

            Y en esos  momentos de la Contrarreforma, la Inquisición velaba por la puridad de la fe, tanto que llegó a meter en prisión al representante del Papa en España, el primado y arzobispo de Toledo, don Bartolomé de Carranza, a quien el Santo Padre reclamó a Roma y las autoridades civiles y eclesiásticas y tuvieron que ceder, pero el arzobispo cumplió su pena en el castillo de Sant´Angelo, y fue liberado por el Papa poco tiempo antes de fallecer.

            Y en este ambiente de opresión religiosa se dan los alumbrados y los santos. “Y de repente, Teresa”, es la gran novela sobre Santa Teresa de Jesús, en el que se cuenta la historia de un proceso oculto durante siglos, que por fin sale a la luz. La biblioteca de Alcántara estaba a rebosar y se vendieron muchísimos libros de la ya 5ª edición.
 
 

            Concluida la presentación, el viajero se dio una vuelta por la Plaza de España donde se encontraba, también a rebosar, el mercadillo gastronómico medieval donde me encuentro a mi amigo Andrés Borregón, al que conozco desde mi época mallorquina y hoy es un afamado pastelero que me ofrece sus famosísimas mormenteras o monumenteras, dulces típicamente árabes hechos a base de una pasta frita rellena de almendras machacadas y canela. Riquísimos.
 
 

            Por la noche me dejo llevar al teatro. Me perdí una obra magnífica en la noche del viernes: “La lengua en pedazos”, el heroísmo místico de  santa Teresa de Jesús, cuando se atreve a cuestionar el dogma religioso en plena Contrarreforma y que los inquisidores le dicen que una mujer no puede escribir lo que escribe, como es “Libro de la Vida”, por contener daños muy graves para la fe cristiana. Es una ampliación teatral de la obra de Adaliz, magníficamente interpretada por Clara Sanchís y Daniel Albadalejo. La  obra de anoche fue la simpática comedia de Moliere “El burgués gentilhombre”, en la que ridiculiza la vanidad de los nuevos ricos, obra permanentemente actual y muy del agrado de los 1.300 espectadores que con sus aplausos, puestos en pie, reconocieron la labor de los actores de Morboria Teatro, dirigidos por Eva del Palacio. En su crítica, el periódico “El Mundo” dice: Se trata de un espectáculo fastuoso, lleno de ritmo, color, música y baile, con referente en el “music hall”, el circo, la danza, la esgrima, canciones y música”.

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