21 de noviembre de 2009.
Hacía 30 años que no regresabas yo a Brasil. Tenía ganas. Brasil no es sólo un país; es todo un continente. Me encuentro ahora en un viaje de prensa en la ciudad de Natal, tras haber llegado ayer, día 20 desde Madrid, vía Lisboa, a través de la compañía lusa TAP, con un vuelo servido por la empresa Mundo Crown Tours. La llegada no pudo ser mejor: Los brasileños son muy abiertos y los del norte con cierta visión cosmopolita, más cercanos a la idiosincrasia europea.
Hacía 30 años que no regresabas yo a Brasil. Tenía ganas. Brasil no es sólo un país; es todo un continente. Me encuentro ahora en un viaje de prensa en la ciudad de Natal, tras haber llegado ayer, día 20 desde Madrid, vía Lisboa, a través de la compañía lusa TAP, con un vuelo servido por la empresa Mundo Crown Tours. La llegada no pudo ser mejor: Los brasileños son muy abiertos y los del norte con cierta visión cosmopolita, más cercanos a la idiosincrasia europea.
Ayer hubo una cena en una simpática pizzería, que lleva por nombre Piazzale Italia, en la carretera de Pirangi, en Punta Negra. www.piazzaleitalia.com.br La noche terminó a la dos de la madrugada. Pero para mí eran ya las seis de la mañana ¡24 horas sin dormir!
Por cierto, el lugar elegido para alojamiento es un magnífico hotel español, el Serhs Natal, propiedad de Ramón Bagó, el presidente del Salón Internacional de Turismo de Cataluña, muy bien emplazado entre el Parque de las Dunas y el Océano, en plena playa, juntp a la Vía Costera. www.serhsnatal.com
El día ha sido muy completo. Todo comenzó con una presentación del turismo de la zona por el operador turístico Scanplus, www.scanplus.tur.br donde el joven guía Pablo César nos mostró los encantos de la ciudad y de la zona, esperando que los españoles regresen directamente desde Madrid y no, como ahora vía Lisboa. Se espera que para julio haya vuelos directos entre Madrid y Natal.
Tras hacer una visita rápida por la ciudad, hemos recalado en Pirangi, donde hubo un tentempié en la Marina Badaué www.marinabadaue.com.br, enfrente del mayor cajoueiro (árbol que produce la anacardos) del mundo, comprobado por el Libro Guiness de los Records, un árbol de 8.000 metros cuadrados de copa .Desde esta marina se salió en barco hasta las piscinas naturales y posteriormente a visitar la rica zona playera con preciosos chalés al mismo borde del mar.
La jornada matutina concluyó en un singular restaurante “Mangai”, donde se compra comida al peso. Se trata de un restaurante que ofrece comida campesina y los camareros van vestido como tales. www.mangai.com.br
Cae la tarde y desde mi cuarto, situado hacia el sur, puedo apreciar ahora mismo, al atardecer, con la gran mole de la duna a mi derecha y al fondo, mientras el ruido de las olas en la gran playa me envuelve y disfruto del sabor de la naturaleza.
El día concluye con una cena en el elegante restaurante “Abade”, ganador de varios premios; un buen bacalao, hecho al estilo propio, acompañado de buen vino blanco, aunque Luis Matamoros pide un tinto brasileño que se deja beber. Un trío musical ameniza – ya veces muy fuerte- la cena. Fue una agradable velada. www.restauranteabade.com.br y la penúltima caipirinha fue en el lugar de moda en Natal, en Decky.
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