10 de diciembre de 2008
Ayer comí, como tantas veces al cabo del mes, fuera de casa. Lo hice en el hotel Tryp Meliá, de Guadalajara, donde se presentó la guía “Guadalajara gastronómica”, que editó su Ayuntamiento.
La cosa comenzó con unos picatostes con chocolate en el Café de Oriente de Madrid, del Padre Lezama; era una fría mañana del Madrid otoñal, donde me encontré con Gonzalo Sol, que comanda un gabinete de comunicación CPC (Carmen Piera Comunicación), que era la entidad que organizaba este evento. A los pocos minutos, un grupo de periodistas fueron en autobús hasta Guadalajara donde se hizo la presentacion y concluyó con un cóctel seguido de un menú degustación.
En la pequeña guía que me entregaron aparece una frase de Camilo José Cela: “En la gastronomía alcarreña existen sabrosos y belicosos manjares”. Conocí a Cela en su casa de El Terreno, en Palma de Mallorca, cuando uno, joven reportero, le entrevistó en dos ocasiones; hablamos de lo divino y de lo humano y hasta, como era habitual en él, me hizo una “boutade”, un esperpento: A mí no me gustaría ser mujer, porque eso de llevar tetas se nota mucho y me da vergüenza”. En otras ocasiones dos coincidí con él en el rallye que hizo por mi tierra de la Extremadura con su choferesa negra y su Rolls Royce blanco. Era el día en el que había que hacer la ruta por el monasterio de Yuste (años después este periodista acabaría siendo nombrado caballero de este Real Sitio) y concluir en Garganta la Olla, un pueblecito serrano de La Vera. La segunda parte fue una excelente comida gastronómica en el palacio del doctor Pozuelo, aquel que atendía a Franco en el equipo médico habitual, y que poseía en la bella ciudad de Trujillo. Aquí se le ofreció al Premio Nobel de Literatura una exquisita comida con lo mejor de los productos extremeños.
Pero me estoy desviando de lo que me trae a este blog: La presentación de la guía de los mejores restaurantes guadalajareños presentada por su alcalde Antonio Román y la concejala de turismo Isabel Nogueroles. Es un primer paso y muy elogiable del deseo de presentar a todos los ciudadanos de Guadalajara y hasta los que a ella se acerquen lo mejor de su tierra. Y les paso el menú: En el aperitivo se ofrecieron setas empanadas, morcilla de la tierra con frutos secos, y mermelada de berenjena con foie y los típicos borrachos manchegos; todo ello acompañado de vinos de la denominación de origen Mondéjar como el Blanco Pago de Arís, esa variedad de uva gallega, que en Argentina elaboran un excelente pisco; y el rosado Vega Taj
En el almuerzo, cocinado por los maestros Bernardo Sánchez, Javier Hernando, Alfredo Abad y Armando Lucas, comandados en sala por Luis Miguel, que acababa de ser papá, nos ofrecieron al respetable Ensalada de asadillo de pimientos rojos y perdiz de nuestros montes en escabeche ligero de Arís, lomo de bacalao confitado en aceite de hierbas autóctonas sobre migas alcarreñas y cabrito de la Sierra Norte a nuestro estilo con cestillo de nuestras setas salteadas. Para concluir bizcocho de requesón con la mejor miel de La Alcarria y `piñones. Como bebida un blanco Pago de Arís y un crianza Señorío de Mariscal. Todo muy bueno, pero si tuviera qauwe destacart un plato, la excelencia se la llevaría, para mí, el cabrito de la Sierras Norte.
Antes del almuerzo mi amigo y compañero en las tares informativas del periodismo turístico de la Asociación Extremeña de Periodistas de Turismo, Quino Moreno, entrevistó en directo en su programa “La Hora Blanca del Turismo y la Gastronomía” de Cope Madrid2 (101,8 del dial o en internet www.copemadrid2.es ) a Gonzalo Sol, un hombre que lo es todo en la crítica gastronómica española y autor de las primeras guías de lo mejor de la restauración en nuestro país: http://blogs.periodistadigital.com/gonzalosol.php. Tiene un magnífico programa de gastronomía, todos los sábados de 13 a 14 horas en Radio Intereconomía: “Comer, charlar y beber”. ¡Hay que escucharlo!. Pues bien charlaron de esta jornada gastronómica y de la guía de los restaurantes de Guadalajara. Me dice Gonzalo que fue una conversación amena y muy entretenida. Se lo pasó my bien y se dio noticia del acto. Por la tarde, hacia las cinco, regresamos en autobús a Madrid; en menos de una hora estábamos donde la mañana, en la Plaza de Oriente. Anímese y un día de estos vaya a comer a Guadalajara. ¡Merece la pena!
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