Ayer
tuve oportunidad de almorzar en el Club
Financiero de Génova que preside el prestigioso abogado de Derecho del Trabajo,
Juan Antonio Sagardoy, y acudir al coloquio que sobre cocina y gastronomía
tuvimos con el presidente de la Real Academia de Gastronomía, Rafael Ansón Oliart dentro
de las sesiones que con diversas personalidades organiza el Foro de Madrid, que
preside su hermano Francisco Ansón, hermanos del académico de la Lengua y periodista,
Luis María.
Antes
de seguir, un chascarrillo: Luis María es un hombre que dice llevar un apellido
atónico (Anson) y que tiene dos hermanos
que se apellidan Ansón, con acento en la letra o. ¡Cosas veredes, amigo Sancho!
Tuve
el gusto de saludar a mi amiga y paisana María Isabel Mijares, sentada en la
mesa presidencial en calidad de “miembra” –como diría una ex ministra socialista
de infausto recuerdo- de la Academia de
Gastronomía Extremeña, que ha conseguido que el próximo año la ciudad de Mérida
sea declarada Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica, sucediendo a
la mexicana Guanajuato. Mijares ha sabido cuidar y mimar buena parte de los vinos
extremeños, realizando con ellos una gran labor y pudiendo ponerse en las
mejores mesas del país.
Compartí
manteles con el prestigioso arquitecto Antonio Lamela, constructor del edificio
terminal 4 del Aeropuerto de Barajas y su hermano el satélite, de gran diseño arquitectónico.
Cuando en la mesa se hablaba temas políticos tras el debate cara a cara Rajoy-
Sánchez, y de que era un honor que el aeropuerto de Barajas tuviera el nombre
de Adolfo Suárez, el hombre que trajo la democracia a España, Lamela se indigno
y me dijo que el nombre se debía a su hijo Adolfito, pero que aún Suárez (padre)
le debía unos meses de alquiler –y que nunca le pagó- de una casa que el arquitecto
posee en el Paseo de la Castellana – y entonces Paseo del Generalísimo, entre
el estadio Santiago Bernabeu y la Plaza de Cuzco.
Otra interesante compañera de almuerzo fue
Blanca Yllera, que también compartimos mesa en una comida con Alberto Ruiz Gallardón,
su única salida pública después de dimitir como ministro de Justicia. Pues bien
Blanca Yllera es de la familia vinatera Yllera y posee unos magníficos vinos de
la tierra llamados “Blancayllé”, muy buenos caldos, muy agradables para el
risotto que tomamos.
Y
dejo para el final la intervención de Rafael Ansón, hombre ilustrado en los
temas de lo comestible y lo comible, de la cocina y de la gastronomía. Gracias
a su propuesta de vivir en libertad tras la caída del régimen franquista sugirió
que había que dar también libertad en los fogones y así, poco a poco, los
profesionales de la restauración se fueron haciendo y hoy somos los campeones
del mundo en esto de la gastronomía, tanto que Rafael es el presidente de honor
de la Academia Internacionl de Gastronomía.
Mi
intervención fue para que el público oyera la importancia de Mérida como
Capital Iberoamericana de la Cultura Gastronómica y que si tendría alguna repercusión
en las visitas a la capital extremeña, no en balde de los 65 millones de turistas
que vinieron a España, un altísimo porcentaje quería saber cómo comemos y lo
que supone la comida y la bebida para la sociedad española, que sabe vivir bien
y con alegría. Rafael elogió los buenos productos extremeños, desde el jamón
ibérico, a las tortas del Casar y de la Serena, sin olvidarse de los buenos caldos
“castúos”. Algunas personas se asombraron al oírme decir que Villanueva de la
Serena es el lugar donde nació la tortilla española o bien que el robo del
recetario de la Orden Militar de Alcántara
por las tropas francesas durante la Guerra de la Independencia ennobleció aún
más la gastronomía gala.
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