Estoy viendo en la noche del sábado,
en TV2, la película “Il Divo”, que es una biografía un tanto curiosa del que
fuera durante siete veces primer ministro de Italia, el demócrata cristiano Giulio
Andreotti, con el que hablé unas pocas palabras en un encuentro en Palma de
Mallorca entre los gobiernos de los socialistas de Felipe González y Bettino Craxi.
Por entonces, en 1986, era corresponsal
de la prestigiosa revista política “Cambio 16” en Baleares y era director-fundador
de la agencia de prensa “Mallorca Press”.
Durante este tiempo traté diversos temas de actualidad internacional.
Por entonces yo trabajaba como periodista en el diario “Baleares”, que ya había
dejado de ser de la Prensa del Movimiento y se abría a todas las tendencias de
ideas con la apertura democrática.
Quedé en visitar el intercambio de
los gobiernos italiano y español. Como era de sentido común, pedí una entrevista
personal con el presidente del Gobierno italiano, Bettino Craxi, que muriera
autoexiliado en Túnez por su corrupción. Se me dijo que no. El segundo en la lista era Julio Andreotti,
quien también me dijo que no, porque tenía que ir a misa a la catedral de Palma
de Mallorca, antes de la reunión hispano-italiana.
Al final tuve oportunidad de hablar
y entrevistarme una mañana a las 8 con Giovanni Spadolini, del Partido Republicano,
que también llegó a ser presidente Senado y después del Consejo de Ministros, una de las figuras más ilustres de la política italiana y
en aquellos momentos ministro del Gabinete de Craxi. Me llamaron a mi casa de
su parte a las 7 y una hora más tarde entraba en el recinto privado, muy
seguro, para entrevistarle. El gobernador civil de Baleares, quien por entonces
era Carlos Martín Plasencia, con el que me llevaba muy bien, se extrañó de que yo estuviera
entre el pequeño grupo de personas que estaba en la reunión italo-española. Le
dije que tenía una cita y se conformó. Recuerdo que, al principio, no quise un
traductor, pero Spadolini, un hombre regordete y muy amable, muy al contrario
que Andreotti, se puso a hablar tan rápido en italiano que pedí “prego, súbito, un traduttore”, quien llegó
al momento.
En la película se ve a Toto Rina, jefe de la mafia, y a Indro Montanelli, perspicaz periodista que acusa en una entrevista privada directamente a Andreotti de estar con la mafia y a favor de ella, además de ser odiado por las familias de los que murieron de muerte violenta durante sus mandatos, todos ellos altos jefes de la política y del Gobierno de Italia. Se decía de Andreotti que no estaba corrompido, pero sí era un gran corruptor. Su nombre siempre salía a relucir en todos los escándalos de este país, y su cercana relación con la mafia. Fue investigado hasta 26 veces distintas por otras tantas denuncias. Fue acusado de ser jefe de la Logia P2. Todo fue archivado. También le dijo al Papa Juan XXIII, con toda crudeza, que no conocía lo que se cocía en el Vaticano. Al fin y al cabo, San Juan XXIII pasó a la historia como el Papa Bueno.
Ya
publiqué algo de esto, tras la muerte de Andreotti, en 2013, en este enlace:
http://pacorivero.blogspot.com/2013/05/la-singular-vida-de-giulio-andreotti.html
1 comentario:
¡Fantástico! Solo un grande es capaz de hacer una noticia de una no-entrevista.
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