Giulio Andreotti, que fuera primer ministro en siete ocasiones de Italia, demócrata cristiano es analizado hoy en la Tercera de ABC por el escritor José Carlos Llop, que conociera durante mi etapa profesional mallorquina.
Andreotti, que acaba de fallecer a la edad de 94 años, a primeros de mes, concretamente el día 6. Le conocí en Mallorca durante un encuentro gubernamental hispano-italiano, siendo presidentes del Gobierno Felipe González y el socialista Bettino Craxi, que murió exiliado en la ciudad tunecina de Hammamet, teniendo que huir allí por corrupto. Acompañaban a Craxi varios ministros italianos, entre ellos el entonces ministro de Asuntos Exteriores, Giulio Andreotti, y el de Defensa, Giovanni Spadolini, un político liberal
Uno servía como corresponsal de la entonces muy viva revista “Cambio 16”, de la que era su corresponsal en Baleares. Pedí entrevista a los tres; Craxi ni se dignó contestarme; Andreotti dijo que prefería la misa en la catedral a una entrevista para una revista española y Spadolini, que también había sido primer ministro y presidente del Senado, aceptó encantado el encuentro.
Me llamaron a casa a las 7 de la mañana para decirme que el señor Spadolini estaba dispuesto a conceder la entrevista. A las 8 yo estaba en el hotel; al entrar hablé con el entonces gobernador civil de Balares, Carlos Martín Plasencia, buen amigo quien se extrañó que yo pudiera estar dentro del cinturón de seguridad. Le dije que tenía una entrevista profesional con Spadolini. A lo lejos vi a Andreotti (no sé si fue a misa, lo que sí sé es que no me concedió la entrevista).
Recuerdo que hablamos de la situación del Mediterráneo, por entonces estaba en auge la guerra civil libanesa y mucho antes del polvorín yugoslavo. Quise hacer la entrevista en italiano y a los poco minutos pedí un traductor, pues en su rápido italiano, no entendía nada (llegó una traductora) y al final todo salió bien.
De este asunto recuerdo además que días antes había sido expulsado como periodista de la Jefatura Superior de Policía porque me había llegado la información de que se esperaba atentar contra alguno de los ministros españoles o italianos (ya había habido un intento con Adolfo Suárez, con un paquete bajo un puente del Paseo Marítimo) y con los años el atentado al Rey que intentó la ETA. Fui expulsado porque aunque la policía me dijo que no había nada de particular, encima de la mesa del jefe superior de policía había un informe secreto de posibles incidentes. Al verle y decirle que qué me podía decir de aquello, sencillamente se indignó, me indicó la puerta cpom la mano levantada y me dijo, con alta voz, ¡Váyase de aquí!.
La entrevista con Spadolini resultó magnífica (por ahí anda publicada en las hemerotecas de “Cambio 16”; el informe del encuentro gubernamental hispano-italiano está en las hemerotecas generales y aquí cuento una breve historia, como en su tiempo contaré el encuentro con el hoy fallecido Muamar El Gadafi.
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