21 de junio de 2008.
Y el viajero continúa su andadura por Herrería, un enorme salto desde Pelegrina. ¿Pero qué hay en Herrería, un pueblo cercano a Molina de Aragón que merezca una parada y una visita?: El mejor poblado celtibérico de la zona, el Ceremeño.
Se trata de un recinto fortificado del siglo III antes de Cristo, en una loma cercana al pueblo, en un precioso valle, donde un mar de trigales, se dejaba mecer al sol del atardecer, junto a unas bellas sabinas, mientras el alcalde de la localidad de poco menos de 25 habitantes, arqueólogo de profesión, se entusiasmaba explicando al “respetable público”, las bellezas de esa ciudad fortificada.
La entrada es de acceso libre. Consta el recinto de dos calles que fueron rehechas en dos ocasiones, con casas de unos 50 metros cuadrados adosadas a la muralla. Un original museo situado en el Ayuntamiento, completa las explicaciones de las excavaciones. En resumen, una pequeña joya del pueblo celtíbero. Bien merece una visita. http://www.aache.com/na/na000922.htm
Y se continúa a Molina de Aragón. El autobús apenas es capaz de cruzar el puente del casco antiguo, para llegar después a la carretera donde se encuentra el Parador de Santa Rita, una preciosa casona del XIX. http://www.paradordesantarita.com/ , donde su propietaria, Elba, una simpática puertorriqueña, hace de mesonera mayor y acoge con alegría al viajero que llega cansado tras una agotadora jornada. Muy recomendable.
La cena se hizo en el restaurante El Castillo, muy bien decorado y una magnífica cena, a pesar de ser ya altas horas de la noche. Por cierto, el servicio, magnífico. Una exquisita, pero nada suave cena: Sopa de pescado, con pastel de cabracho; pastel de matanza, merluza con chanfaina, cordero y postre, todo ello acompañado de Zanco, un vino tinto de Rioja, crianza 2004, de la variedad tempranillo. http://www.elcastillomolina.com/
La vuelta al parador fue un laaaaaaaargo paseo para bajar los manjares. http://www.molina-aragon.com/
Y el viajero continúa su andadura por Herrería, un enorme salto desde Pelegrina. ¿Pero qué hay en Herrería, un pueblo cercano a Molina de Aragón que merezca una parada y una visita?: El mejor poblado celtibérico de la zona, el Ceremeño.
Se trata de un recinto fortificado del siglo III antes de Cristo, en una loma cercana al pueblo, en un precioso valle, donde un mar de trigales, se dejaba mecer al sol del atardecer, junto a unas bellas sabinas, mientras el alcalde de la localidad de poco menos de 25 habitantes, arqueólogo de profesión, se entusiasmaba explicando al “respetable público”, las bellezas de esa ciudad fortificada.
La entrada es de acceso libre. Consta el recinto de dos calles que fueron rehechas en dos ocasiones, con casas de unos 50 metros cuadrados adosadas a la muralla. Un original museo situado en el Ayuntamiento, completa las explicaciones de las excavaciones. En resumen, una pequeña joya del pueblo celtíbero. Bien merece una visita. http://www.aache.com/na/na000922.htm
Y se continúa a Molina de Aragón. El autobús apenas es capaz de cruzar el puente del casco antiguo, para llegar después a la carretera donde se encuentra el Parador de Santa Rita, una preciosa casona del XIX. http://www.paradordesantarita.com/ , donde su propietaria, Elba, una simpática puertorriqueña, hace de mesonera mayor y acoge con alegría al viajero que llega cansado tras una agotadora jornada. Muy recomendable.
La cena se hizo en el restaurante El Castillo, muy bien decorado y una magnífica cena, a pesar de ser ya altas horas de la noche. Por cierto, el servicio, magnífico. Una exquisita, pero nada suave cena: Sopa de pescado, con pastel de cabracho; pastel de matanza, merluza con chanfaina, cordero y postre, todo ello acompañado de Zanco, un vino tinto de Rioja, crianza 2004, de la variedad tempranillo. http://www.elcastillomolina.com/
La vuelta al parador fue un laaaaaaaargo paseo para bajar los manjares. http://www.molina-aragon.com/
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