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lunes, 20 de julio de 2009

Coria, una interesante ciudad medieval



He pasado el fin de semana en Coria. Fue un viaje interesante, de esos que dejan huella en el viajero y que ha sabido a poco. Es tanto lo que hay que ver que merece la pena repetirlo. El viaje ha sido organizado por www.extremadura.com, el portal informativo de Extremadura – y que dirige Alejandro Barredo- en colaboración con APETEX, la Asociación de Periodistas de Turismo de Extremadura, http://apetex.iespana.es

Un buen hotel en la plaza de la catedral espera al viajero sediento de nuevas sensaciones, Se trata del Hotel Palacio de Coria, situado en lo que fuera el Palacio Episcopal. A uno le tocó en suerte la habitación 205, que da a la plaza, con un suelo realizado a finales del siglo XIX, para adornar el despacho del obispo Ramón Peris Mencheta. (1894 – 1920). Oiga, amigo, un buen hotel. Se lo recomiendo. www.hotelpalaciodecoria.es . Aquella misma noche del viernes hubo una preciosa noche de embrujo con una buena cena y un espectáculo que formaban un mentalista y su bella ayudante. La noche se repetirá los días 31 de julio, 8 y 28 de agosto. y 19 de septiembre.

Y uno se preguntará, qué puede hacer en pleno mes de julio en una tierra tan distante como es Coria. Lo primero que hay que decir es que Coria no está lejos de Madrid por la autovía A-5, hasta Navalmoral de la Mata, y después de la Ext-1, desde aquí hasta Plasencia para continuar a Coria.

Pues mire, en Coria uno puede ir a ver el Museo de Victorino, los famosos toros victorinos que se encuentran en la finca Monteviejo, un lugar fantástico para los taurinos, que sigue habiendo muchos en este país.

Le recomiendo visitar la ciudad por la mañana, con la fresca. Recorrerla pacientemente, conocer el contorno de sus murallas romanas, ya que junto con la ciudad de Lugo es la única de España que está rodeada por un muro de origen romano, aunque con el tiempo la ciudad Caurium recibiera el nombre árabe de Quiriya. Fue reconquistada por los cristianos y… asómbrese, en la preciosa catedral se halla el mantel de la Sagrada Cena. Una verdadera joya para la cristiandad. No quiero que se me olvide, en la calle de las Monjas, junto al Ayuntamiento viejo, hay dos puntos interesantes: uno el Museo de la Cárcel y otro el Convento de las Monjas, con unos dulces artesanales. ¡ricos, riquisimos!

¿Y qué hacemos por la tarde?. Otra sugerencia, pero en esta ocasión de turismo más activo: Contactar con www.extremavela.com y pregunta por Ramón Torres, todo un experto para llevarte por el río Alagón y conocer otras vistas de la ciudad. Si eres atrevido y no temes un buen chapuzón en las aguas del río Alagón, un caudal que aporta más agua al pantano de Alcántara, que el propio río Tajo. Recorrer unos cuatro u ocho kilómetros con Ramón por el centro del río podrías disfrutar de las aves que habitan en sus orillas o saber cuántas nutrias viven allí. Ramón es un experto del turismo al aire libre. Como diría el hombre de la televisión: ¡ a disfrutar!

1 comentario:

ANTONIO BUENO dijo...

Estoy de acuerdo en que Coria es una ciudad interesante para ser visitada, pero que necesitaba un hotel de la categoría del Hotel Palacio para retener a los visitantes. Ahora está bien comunicado, como dice Francisco Rivero, hacia Madrid y pronto llegará la autovía hasta la misma ciudad, pero también lo está hacia el sur por la A-66 ya que no se tarda más de 45 minutos en llegar a Cáceres. Para los aficionados a la caza es un lugar óptimo por tener los cazaderos en sus proximidades y también para pasear en piragua por el Alagón. Yo opté por la alternativa que es la visita, en Ceclavín al ceramista Andrés Amores, que es un ceramista diferente, pues, del dominio de la cerámica tradicional ha sabido evolucionar hacia una cerámica-decoración muy moderna, al gusto actual que recuerda (está en sintonía) los cuadros de nuestros mejores pintores contemporáneos y se ha constituido en una opción diferente para decorar espacios con sabor a modernidad.
Y sobre todo, la amabilidad de los corianos (o caurienses, como se quiera) que son tremendamente acogedores y eso gusta cuando uno va a visitar alguna población.