El viajero pasa unos
días de descanso por Málaga, lugar donde esta temporada de finales de 2013 y
primeros días de 2014 no ha pasado el frío ni la lluvia del resto de España.
¡Asombroso!.
Y uno, en la
tranquilidad de unas vacaciones navideñas ha ido recorriendo diversos lugares
que los malagueños conocen de sobra, pero que uno, que la visita de vez en
cuando, la aprecia tal vez muchísimo más que los propios indígenas. El tiempo ha
acompañado y se ha paseado por la playa de Pedregalejo, donde al sol que
calienta a finales de año, es un placer recorrer su Paseo Marítimo rodeado de
barquitas hechas por las manos artesanas de los carpinteros de ribera, o tomar
unos buenos platos marineros en el restaurante-chiringuito “Miguelito el
Cariñoso”, o acercarse hasta Benagalbón, un pueblo de origen fenicio y griego y
comprar aceite del bueno en el molino de Nacho Pérez, que produce un buen óleo,
cuya marca es Benaoliva; me he comprado una botella de flor de aceite de autor
virgen, extra sin prensado en rama, lo caté y es una maravilla. Muy recomendable.
Pasear por la ciudad
de Málaga tiene su encanto. Recomiendo así dos lugares para quedar con la
gente. El primero “El Pimpi”, que en tiempos antaño era un cabaret, más
conocido como un puticlub y hoy es un lugar muy agradable, propiedad de los
dueños de Bodegas Campos de Córdoba, donde no hay famoso o gente del pueblo que
no vaya. Allí se reúnen los poetas; entre una larga lista veo el nombre de mi
paisana de Moraleja y Premio Adonais de Poesía Pureza Canelo. Detrás de mí
mientras espero a mi amigo un profesor de la Universidad, veo la foto de dos grandes,
la actriz Imperio Argentina acompañada
del vate local, pero de renombre nacional Manuel, Alcántara, al que conocí en
mi facultad hace más de 40 años y me llenó de asombro de cómo un alma tan exquisita
podía ser el especialista del diario deportivo Marca como cronista de boxeo.,
¡Toma ya!
Otro lugar muy
interesante y cercano es “El Jardín”, al amparo de la catedral, y donde recalan
también los grandes que pasan por la ciudad, lugar de poetas y toreros.
No menos interesante
es pararse a tomar unos churros con chocolate en Aranda, la chocolatería
clásica de Málaga. Eso es hacer turismo mientras uno se interesa por las
costumbres locales. http://www.guisaillopapa.com/2010/06/churros-en-casa-aranda-malaga.html
Y para terminar una visita a algo muy moderno: el Museo Automovilístico de Málaga, pero eso… es otra historia.
Y para terminar una visita a algo muy moderno: el Museo Automovilístico de Málaga, pero eso… es otra historia.
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