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lunes, 4 de mayo de 2020

Hinojal y Garrovillas de Alconétar





  Durante unos días de confinamiento me he estado repasando el libro que adquirí en Garrovillas durante unas jornadas de Historia titulado “Alconétar. Colección de documentos, escritos y publicaciones”, de Santiago Molano Caballero. Este libro lo he repasado a fondo y trata, en varias ocasiones, las relaciones de Garrovillas de Alconétar con Hinojal, aldea que formó parte del Condado de Alba de Aliste, junto a Cañaveral, Talaván, Monroy y Santiago del Campo.




Año 1225.- Conquista de estas tierras a los moros


            En el año 1927, Publio Hurtado publicó en Cáceres su obra “Castillos, torres y casas fuertes de Extremadura”. De esta zona escribe sobre el castillo y la leyenda de Rochafrida, hoy bajos las aguas del pantano de Alcántara, que solo se deja asomar de vez en cuando en los veranos y en las sequías y que, como el puente romano de Alconétar, debería ser rescatado de las aguas. Es una obra histórica en las que se inspiró Miguel de Cervantes para hablar de su leyenda del bálsamo de Fierabrás, salido de un rosal de una espina de la corona de Cristo. Todo ello lo puede leer en el capítulo X de El Quijote.




            Y Publio Hurtado dice de esta zona:


            Se cree que fué el Túrmulus de los romanos, población asentada en la confluencia del Tajo y el Almonte, en el Camino de la Plata, que conducía desde Mérida á Salamanca y Zaragoza, habiéndose construído su puente en tiempos de Augusto. Los árabes la llamaron Alconetera, que significa segundo puente, ó dos puentes, como quieren algunos, por existir uno sobre cada río de los citados. A un extremo del puente que se denominó Mantible, sobre el Tajo, se edificó el castillo, y bajo la denominación de los árabes fué pueblo de bastante importancia.

            En la segunda mitad del siglo XII, y primera del XIII, pasó varias veces de poder de los moros al de los cristianos y viceversa. Su primera reconquista tuvo lugar por D. Fernando II de León en 1167; la última por D. Alfonso IX, en 1225, y siempre se dio por los monarcas á la Orden militar del Temple, comprendiendo la jurisdicción de esta villa los pueblos de Garrovillas, Talaván, Hinojal, Cañaveral y Santiago del Campo.


            Por este dato, se puede decir que hacia el año de 1225 los cristianos reconquistaron la aldea de Hinojal a los árabes.



Año 1432. Garrovillas, para el II Conde de Niebla

           En el año de 1650 se publicó en Madrid la obra de Pedro Barrantes Maldonado titulada “Ilustraciones de la Casa de Niebla” en la que se da cuenta de la cesión de la villa de Alconétar por el rey Juan II de Castilla (Toro 1405 – Valladolid 1454), al segundo Conde de Niebla, don Enrique de Guzmán. 



Documento en favor del Conde de Niebla

            El documento fechado el 16 de enero de 1432 dice en sus comienzos: 


            «El Rey Don Juan, segundo nombre en la casa de Castilla, considerando los muchos servicios que Don Henrrique de Guzmán, conde de Niebla, su tio, le avía hecho en diversas vezes y tiempos; los muchos gastos que siempre avía hecho por serville, especialmente en esta jornada que fueron á la vega de Granada, hizole merced de la villa de las Garrobillas de Alconétar sobre el rio de Tajo, con el paso de las barcas y derechos y del castillo de Rochafrida que está sobre las barcas, y de los lugares del Cañaveral y Santiago y Hinojales, de lo qual yo he visto el previllegio. Dice la fecha año de mil y quatrocientos y treynta é dos. Eran estos pueblos de los infantes de Aragon, de lo que les confiscó el Rey.


Año 1442. Garrovillas pasó a manos de la condesa de Alba de Liste

            En el tomo II de su obra “Ilustraciones de la Casa de Niebla”. (editado en Madrid en 1650) por el mismo autor Pedro Barrantes Maldonado, trata de cómo Don Juan de Guzmán, Duque de Medina, Conde de Niebla, dio a su hermana Doña Teresa de Figueroa y Guzmán, primera condesa de Alba de Liste, la villa de las Garrovillas de Alconétar y sus aldeas cercanas.




Parador de Alba y Aliste (Zamora)


            El citado documento dice a este respecto:

            Como en esta sazon viniese Doña Theresa de Figueroa é de Guzman, condesa de Alva de Liste, á Sevilla, á ver é holgarse con su hermano Don Juan de Guzman, duque de Medina, conde de Niebla, fue por el hermano recibida con mucho amor é fiesta, é holgóse algunos días en Sevilla; é porque su hermana la condesa de Alva le loó, diziendo que quando pasó por las barcas de Alconetar é villa de las Garrovillas, que era del duque de Medina que le avia parecido buen pueblo, el duque de Medina le dixo; «Señora hermana, justo es que los hermanos que tienen mas que ayuden á los que no tienen tanto, é ansi por esto como por el amor que yo os tengo, siendo como sois mi sola hermana, é porque os parescieron bien las villas de las Garrovillas é Alconetar, yos hago gracia é donacion dellas con todo lo que en ellas me pertenece para vos é para vuestros descendientes, para sienpre jamas», y le hizo escrituras dello muy firmes é fuertes; é lo que le dió el duque Don Juan á su hermana es la villa de Alconetar, que está despoblada, donde está castillo de Rochafrida é la puente sobre Tejo, é las barcas que rentan hoy dia solas las barcas con la luria por do pasa el ganado mili ducados en cada un año; é dióle la villa de las Garrovillas, con las aldeas del Cañaveral, Hinojales é Santiago, los quales pueblos lindan sus terminos con los de las villas de Alcantara é de Caceres, y del Portezuela.


Año 1575. Construcción de dos puentes en el Tajo y el Almonte.

            En el Archivo Municipal de Garrovillas hay un documento de tres folios, fechado en 1575 en el Palacio de los Condes de Alba y Aliste, (hoy Parador Nacional de Turismo) en Zamora. Se trata de un documento del siglo XVI, en el que al conde de Alba de Liste se le comunica por una Carta de Provisión Real de su Majestad el rey Felipe II, que en el río Tajo en el lugar donde están las barcas de Alconétar y por donde pasa el camino de la Plata se iba a construir dos puentes de piedra sobre los dos ríos, Tajo y Almonte. El Conde, desde su residencia en Zamora, remite el 30 de marzo de 1536 al Concejo de Garrovillas dándole las normas y condiciones para su construcción. Me llama la atención que lo primero que se hacen son dos puentes de madera, que servirán de fábrica para los de piedra y que esta piedra fue traída por el río Tajo en barcas desde la Serranía de Cuenca.




            Desde la villa de Cáceres se escribe:


            D. Carlos Riquelme de Villavicencio, corregidor en la villa de Cáceres y su tierra por su Majestad, hago saber a los señores del Concejo de justicia e Regidores de las yvillas y lugares de las Garrovillas y el Cañaveral e Hinojal, Santiago del Campo, Torrejoncillo y el Pedroso y el Portezuelo e la Portaje e las Casilla, que por su Majestad me fue enviada una su Carta e Provisión Real sellada con su real sello e manada de los señores presidente e consejeros de su muy alto e Real Concejo que es de la dicha provisión.


Y sigue el documento más adelante:

…hemos mandado hacer un puente de piedra y otro en el río Almonte que es cerca de las dichas barcas e como no haber dichos  muchas mercancías y por tener de los dichos inconvenientes cuando el dicho río Tajo va crecido muchos de los que van por dicho camino están detenidos de una parte y de la otra del río algunos días sin poder pasar por las dichas barcas y porque para hacer los dichos puentes de piedra de manera que sean perpetuos y bien labrados y edificados como conviene es menester gran suma de dinero y según la grandeza que han de tener y la mucha piedra, aparejos y materiales que para ello son necesarios e maestros e oficiales e gente que en ello han de entender aunque pagasen luego la mano en la obra sería menester muchos años para hacerse o acabase e por evitar los grandes daños e inconvenientes que están dichos.

lunes, 1 de julio de 2013

Crónica de un viaje a Garrovillas de Alconétar







         El viajero, como hombre de turismo, ha realizado un viaje corto pero intenso a uno de los pueblos más atractivos de Extremadura y que cuenta como seña de identidad una de las plazas más bellas de España. Me estoy refiriendo a Garrovillas de Alconétar, viaje organizado por la Asociación de Periodistas y Escritores de Turismo de Extremadura (APETEX), que viene realizando viajes por la región para conocerla y difundir sus atractivos a través de los medios informativos. De hecho, el viajero ya habló de este viaje en el programa que mantiene todos los viernes en Onda Cero de Cáceres.

         En colaboración con el Ayuntamiento un grupo de periodistas y escritores de turismo de Extremadura, ha pasado una jornada en este pueblo, citándose en el bello edificio de la Hospedería, antiguo palacio de los Condes de Alba de Liste, condes que proceden de la lejana Zamora, donde también poseían otro palacio, hoy reconvertido igualmente en establecimiento hotelero, como es el Parador de Turismo de la capital zamorana.

         La primera foto con el alcalde Cándido Javier y su concejala de Turismo,  Olga Valle, fue en la Plaza Mayor. Allí mismo se visitó el Corral de Comedias, construido a imagen y semejanza del Corral de Comedias de Almagro, icono del teatro del Siglo de Oro español. Tras cruzar la plaza, nos esperaba en el templo de San Pedro su párroco, don Nicolás Rivero, de igual nombre que un antiguo presidente del Congreso de los Diputados de los años 20 del siglo pasado. La iglesia de San Pedro es uno de los tres templos más grandes de la diócesis de Coria - Cáceres, la concatedral de Santa María, la parroquia de Santa María la Mayor de Brozas, conocida como la “catedralina” y éste de Garrovillas. En el exterior se aprecian escudos de don Enrique de Guzmán, señor de la villa y conde de Alba de Liste.


En su interior, el párroco, como un albañil cualquiera, realiza pequeñas obras de restauración, dejando lucir lo mejor de la fábrica del templo. Hay un calvario en la sacristía pintado en la pared, pero destrozado por unas malas obras de albañiles analfabetos; en la sacristía hay también  una exposición de casullas y dalmaticas, ropas de los sacerdotes, con los escudos de condes, así como varios libros corales. Es digno de destacar el altar mayor, con lienzos del XVI y azulejos talaveranos con la imagen de San Andrés y de San Pablo.

En el muro lateral del Evangelio resalta la imagen del Cristo de las Injurias, que procede del lejano convento de San Antonio, y que según la tradición fue apedreado por los judíos en el siglo XV. Algunas de estas piedras se conservan aún en las familias que las heredaron.

El convento de San Antonio de Padua está arruinado a las afueras del pueblo, pero se conserva muy bien el de las Madres Jerónimas, donde residen algunas monjas procedentes de la región india de Kerala, de donde acaban de regresar dos miembros de APETEX. Esas monjas sobreviven a base de hacer ricos dulces, como los almendrados y los cagajones, que en Extremadura se dicen a las deposiciones de caballos, mulos y burros. El convento conserva en su interior Nuestra Señora de la O, una imagen que tiene en su vientre al Niño Jesús y que se aprecia a través de un cristal.

Tras la visita a las alegres monjas, los viajeros se dirigieron al templo de Santa María de la Consolación que hace unos diez años estuvo a punto de arruinarse, pudiendo perder el pueblo una joya artística; mejor dicho, dos, porque en su interior se encuentra el mejor órgano renacentista de la Península Ibérica y que este cronista ha tenido la oportunidad de escuchar sus magníficos sones de manos de Miguel del Barco, hijo. Santa María de la Consolación es una obra conjunta de restauración de todo un pueblo que se siente orgulloso de haber sabido rescatar de la incuria y de la ruina este singular monumento.

Tras la comida en la hospedería de Alconétar y entregar un diploma a la concejala de Turismo, los viajeros fueron a visitar -casi en plena siesta-el Museo Etnográfico de la localidad, muy bien montado en el antiguo silo del trigo, con objetos donados por todos los habitantes de la villa.

En resumen, una visita muy agradable y útil, junto a una pareja de turistas que, alojada en la vecina Alcántara,  compartieron la jornada con el grupo de periodistas de turismo. Por decirlo así de claro, los extremeños tienen que venir a conocer un  pueblo tan interesante como es Garrovillas de Alconétar.

domingo, 24 de mayo de 2009

Histórica jornada de historias locales




El 23 de mayo de 2009 será sin duda una jornada histórica para el pueblo de Garrovillas. Más de 150 personas llegadas de toda Extremadura y de otras partes de España nos dimos cita a la sugerencia y órdenes de dos amigos. José Julián Barriga y Rafael García-Plata. Había que dar forma y principio a un acto que seguro tendrá continuidad en el tiempo: Las I Jornadas de Historia Local de Extremadura.

Con el patrocinio de varias entidades políticas, económicas o sociales, las I Jornadas de Historia Local se celebró en el Corral de Comedias de este singular pueblo cacereño. Hubo gran afluencia de asistentes llegados de todas partes y se trataron varios temas, creando cierta polémica el antropólogo Javier Marcos por el tratamiento que dio a lo que es o no historia y al estudio por parte de los hechos acaecidos en los pueblos de nuestra patria chica, con más o menos rigor científico.

Una mesa redonda sobre las revistas locales y otra sobre los problemas de la edición de las historias locales más la mesa de comunicaciones en la que intervino mi buen amigo Joaquín González Manzanares, fundador y presidente de honor de la Unión de Bibliófilos de Extremadura hablando sobre las historias locales en la Biblioteca General de Extremadura, junto a la lectura de 22 trabajos de los mas variados temas dio por concluida este atractivo, interesantísimo y sugerente día, pleno de cultura y de amigos.

Como no pude presentar una comunicación, brindé mi aportación en lo siguiente: Ofrecer al Centro de Estudios Extremeños, con sede en Badajoz, las fotocopias de toda la edición del periódico “El Brocense” que dirigió Juan Hernández, maestro de periodistas, como fue el caso de Pedro de Lorenzo, escritor, director de ABC y Académico de la Real de Extremadura, quien me lo confesó en la ultima entrevista que se le hizo antes de morir y publicada en la revista local “Aldehuela”, una del publicaciones locales más antiguas de la región, que comenzó su andadura en 1983.

Otra sugerente aportación vino de parte de los dos organizadores, quienes con un grupo reducido de amantes de la cultura y el arte, han cosechado un enorme triunfo para las historias locales de la comunidad. Me estoy refiriendo a la creación del Archivo de Trabajos Inéditos que puede ser recogido en la Biblioteca “García-Plata” de Cañaveral, y donde se puede guardar una copia de aquellos trabajos que no han podido ser dado a la imprenta y que se pueden perder si los familiares no cuidan y miman la cultura como lo hace el trabajador de la historia o de las letras.

Sin duda alguna, fue una jornada histórica: Mi más cordial enhorabuena a los organizadores y a la Asociación Cultural “Alconétar”, a cuyo frente se encuentra el dinámico Leandro Monroy, al que conocí el día en que ofrecí una conferencia sobre San Antón en Garrovillas. He visto como todo un pueblo está unido en defensa de sus intereses culturales. La sociedad civil, sí funciona.¡Un verdadero ejemplo para los demás!

La jornada terminó con una interesante visita turística por el pueblo explicada por José María Velaz Pascual y en la preciosa casa de José Julián, a la sombra de Santa María, donde su esposa María Pilar ofreció una magnífica cena con exquisitos productos extremeños.