17-24 de septiembre de 2009.
He vuelto al Ecuador por dos motivos: Regresar a la Feria Internacional de Turismo (FITE) y conocer, posteriormente una parte del país, que en esta ocasión ha sido la Ruta del Spondilus, llamada antiguamente la Ruta del Sol.
Llegué a Guayaquil desde Madrid en un Boeing 767 de la compañía Lan Ecuador. Había oído hablar de su buen servicio; ahora puedo percibirlo con agrado, pues el recibimiento y las atenciones recibidas durante el vuelo fueron, sencillamente, exquisitas www.lanchile.com
A mi llegada hubo un pequeño desconcierto, ya que el avión adelantó como en una hora su aterrizaje y nadie me esperaba en el terminal del aeropuerto. Había salido de Madrid a las 12, 30 de la noche del 17 de septiembre, fecha en la que mi paisano Nicolás de Ovando, el primer gobernador en la Hispaniola, salía de Santo Domingo de vuelta a España. El avión aterrizó a las 4,15 de la mañana del 17 de septiembre. Como comprenderán no fueron cuatro horas de vuelo, sino once, dada la diferencia horaria.
Pues bien, este hecho hizo que ningún agente se encontrase en el terminal. Tras unos minutos de espera, un conductor que portaba un cartel con mi nombre apareció a la entrada del aeropuerto. Un saludo rápido y la llegada de un joven, Giuseppe, Quevedo, que se encargaba del tránsito de viajeros desde el aeródromo a los hoteles resolvió con eficacia, la pequeña espera.
Me esperaba el moderno hotel Marriott, al que yo bauticé como el: “¡Ah, el nuevo!”, que era como le decían los taxistas que me transportaron desde el Centro de Convenciones donde se celebraba la feria FITE hasta mi alojamiento, incluso había algunos profesionales del volante que no conocían su emplazamiento, en la Avenida del trujillano Francisco de Orellana, que fue el fundador de la ciudad de Guayaquil. Se trata de un magnifico hotel con todas las comodidades de un cinco estrella internacional. www.marriott.com/GYECY. Y de ahí a la feria…
He vuelto al Ecuador por dos motivos: Regresar a la Feria Internacional de Turismo (FITE) y conocer, posteriormente una parte del país, que en esta ocasión ha sido la Ruta del Spondilus, llamada antiguamente la Ruta del Sol.
Llegué a Guayaquil desde Madrid en un Boeing 767 de la compañía Lan Ecuador. Había oído hablar de su buen servicio; ahora puedo percibirlo con agrado, pues el recibimiento y las atenciones recibidas durante el vuelo fueron, sencillamente, exquisitas www.lanchile.com
A mi llegada hubo un pequeño desconcierto, ya que el avión adelantó como en una hora su aterrizaje y nadie me esperaba en el terminal del aeropuerto. Había salido de Madrid a las 12, 30 de la noche del 17 de septiembre, fecha en la que mi paisano Nicolás de Ovando, el primer gobernador en la Hispaniola, salía de Santo Domingo de vuelta a España. El avión aterrizó a las 4,15 de la mañana del 17 de septiembre. Como comprenderán no fueron cuatro horas de vuelo, sino once, dada la diferencia horaria.
Pues bien, este hecho hizo que ningún agente se encontrase en el terminal. Tras unos minutos de espera, un conductor que portaba un cartel con mi nombre apareció a la entrada del aeropuerto. Un saludo rápido y la llegada de un joven, Giuseppe, Quevedo, que se encargaba del tránsito de viajeros desde el aeródromo a los hoteles resolvió con eficacia, la pequeña espera.
Me esperaba el moderno hotel Marriott, al que yo bauticé como el: “¡Ah, el nuevo!”, que era como le decían los taxistas que me transportaron desde el Centro de Convenciones donde se celebraba la feria FITE hasta mi alojamiento, incluso había algunos profesionales del volante que no conocían su emplazamiento, en la Avenida del trujillano Francisco de Orellana, que fue el fundador de la ciudad de Guayaquil. Se trata de un magnifico hotel con todas las comodidades de un cinco estrella internacional. www.marriott.com/GYECY. Y de ahí a la feria…
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