Claro, ya nos vamos haciendo mayores
y contamos las batallitas del abuelo; al fin y al cabo, uno ya es abuelo. Y
cuál es la batallita que me toca contar hoy. Pues una muy fácil: Esta mañana leía en la prensa que había muerto
a los 100 años el que fuera secretario general de la ONU, el peruano Javier
Pérez de Cuéllar. En mis tiempos juveniles, tuve el gusto de entrevistar a Pérez
de Cuellar, como secretario general de la ONU, durante mi estancia en Mallorca.
La verdad es que hace ya más de 35 años, no me acuerdo muy bien las fechas
concretas porque la amplia colección de mis escritos está en una estantería en
mi casa de la villa cacereña de Las Brozas.
Recuerdo que en la entrevista me acompañó
el que entonces era gobernador civil de Baleares, el catalán Jacinto Ballesté
Perarnau, fallecido en 2006. y que al dejar el gobierno fue el presidente del Real
Club Náutico de Barcelona y del primer Salón Náutico de la Ciudad Condal, no en
balde había sido un prestigioso deportista de hockey u regatistas, y enamorado
de la política en tiempos del partido político UCD, del presidente Adolfo Suárez.
Con este hombre, siendo gobernador
civil de Baleares viví una curiosa anécdota con la Reina doña Sofía en una visita
oficial al `pueblo mallorquín de Andratx, en plena canícula, durante sus
vacaciones estivales. Los Reyes don Juan Carlos y doña Sofía vestían
protocolariamente traje oscuro, corbata y chaqueta y la Reina, más veraniega un
vestido, pero llevaba medias. Jacinto Ballesté sudaba la gota gorda en pleno
verano. Estábamos los tres muy cerca y Jacinto se quejaba a doña Sofía del
calor que hacía ese día. La Reina le contestó: “Jacinto, pasar calor entra dentro del sueldo”… y nos miramos los
tres aguantándonos la risa.
La entrevista con Pérez de Cuéllar
tuvo lugar en el Gobierno Civil de Baleares, donde uno entraba con cierta
asiduidad, incluso tenía un buen amigo, el que hacía las funciones de
secretario general, y con el que coincidí en un viaje, a mis 26 años, todo un
mes por América de, Sur: Venezuela (entonces sí se podía ir), Argentina (que no
se podía ir en tiempos de Videla) y Brasil. Cuéllar un hombre muy atento me
recibió y hablamos de los asuntos políticos de ámbito internacional que
entonces le preocupaban., pues había sumido su cargo el 1 de enero de 1982 y
Jacinto Ballesté dejaba este mismo año su puesto como gobernador en las Islas
Baleares.
La vida de este diplomático peruano es
muy larga y fructífera, pero durante su mandato como secretario general de la
ONU usó, en 1986, su buen hacer para acabar con la guerra irano-iraquí.
1 comentario:
Pérez de Cuellar forma parte de mis personajes de infancia y adolescencia.
Era un personaje que aparecía continuamente en los telediarios y en los periódicos, y del que los mayores hablaban mucho.
Le tocó vivir una época de guerras y crisis internacionales, muy complicada, con la Guerra Fría todavía en auge, aunque ya en trámites de recogerse. Todo lo cual suponía una triple ración de quebraderos de cabeza para el Secretario General de la ONU.
Descanse en paz, Pérez de Cuellar.
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