Hoy, 20 del 02 del 2020, he tenido la oportunidad de escuchar el violín Stradivarius que el músico Pablo
Sarasate donó, en 1908, al Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, que
actualmente depende de la Consejería de Cultura de la Comunidad Autónoma. En
esta ocasión fui invitado por mi amigo Marcos Salazar, un artista venezolano
residente en España, quien tiene expuesta una obra “Picasso visita el Conservatorio” en el
museo del mismo.
Fue un concierto en el auditorio Manuel de Falla
del joven violinista Adrián Fernández Moreno (Puertollano, 1997), y premio
“Víctor Martín”, otorgado en junio de 2019), quien con el pianista Vadim
Gladkov, dio un magnifico concierto con obras de Bach, Mozart, Schumann y el
propio Sarasate.
La
sala estaba llena de público interesada en escuchar al violinista, quien
tocó con un arco donado por la arquetera Magdalena Sapeta, una de las
promotoras del programa. Fue el propio Adrián, quien antes de concluir habló
que estaba emocionado por tocar con el violín Stradivarius “Boissier” de
Sarasate, ya que con él inició un programa violinístico a base de este
instrumento. La primera pieza fue de Juan
Sebastián Bach, solo para violín: “Ciaccona
de la Partita”. Mejoró, para mi gusto, con la siguiente interpretación de
Mozart, para violín y piano: “Sonata núm.
21 en Mi menor”; encantadora fue la Sonata
núm. 1 en La menor del músico romántico Robert Schumann y deliciosa, por
ser suficientemente conocida para el público, que llenaba la sala, la de Pablo
Sarasate “Zapateado para violín y piano”.
Tantos fueron los aplausos que tuvo que salir a escena dos veces y hacer
un bis, con esta última pieza. Sencillamente, encantadora.
Tardé
muy poco, al llegar a casa, en buscar en internet la razón del porque está en
el Real Conservatorio de Música de Madrid este Stradivarius y me encontré con
lo siguiente que comparto: En época de Sarasate era también
conocido como el rojo, seguramente por la intensidad y el magnífico estado de
conservación de su barniz. Data de 1713, según se lee en la etiqueta de su
interior, de manera que se encuadra dentro del mejor periodo de producción, que
engloba aproximadamente los años entre 1710 y 1720. El violín es, a juicio de
los expertos en el tema, uno de los mejores que se conservan del constructor de
Cremona Antonio Stradivari. Publicaciones del siglo XIX y principios del XX
sobre violines italianos, lo mencionan como el 5º más bello entre las
construcciones de este luthier.
Fue
un regalo de la reina Isabel II a Sarasate, quien, además, recibió una beca,
cuanto contaba con 10 años. El violín está declarado, desde 2014, Bien de
Interés Cultural por la Comunidad de Madrid.
4 comentarios:
Pero que maravilla es esa? Cuando fué? Se repite? No es comun ver un Picasso junto a un Stradivarius.
Fue ayer, día 20 de febrero en el Real Conservatorio de Música de Madrid... Ayer a las 19,30 horas. La entrada era libre.
Que maravilla..... Gracias Marcos Salazar...
Que maravilloso encuentro coincide con "El fantasma del Stradivarius que ronda por la Colonia Tovar", pintura que realicé para el primer afiche del Festival de Música de Cámara de la Colonia Tovar en Venezuela en el año 1988.
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