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martes, 18 de octubre de 2011

Unas horas por Caracas













Hoy he vuelto a recordar mi primera estancia en Caracas, en octubre de 1979, bajo el mandato del presidente Luis Herrera Campins. Ese año me había alojado en el hotel Tamanaco, donde tuve la suerte de coincidir con Miss Mundo, una preciosa venezolana. Hoy estoy en el hotel Venetur Alba Caracas de cinco estrellas, el que fuera hasta hace unos años el Hotel Hilton. Por cierto, muy buena profesionalidad el personal de este hotel.

El día de hoy comenzó con una visita a la Casa Natal del Libertador, a donde nos llevó el taxista Alejo González, un español de Cádiz, que lleva viviendo ininterrumpidamente en Venezuela desde 1958 donde ya ha echado raíces al casarse con una india, que le ha dado dos hijas y dos preciosas nietas.

La Casa del Libertador, situada en una manzana de la ciudad histórica, se encuentra en una casa de mediados del siglo XVII, donde Simón Bolívar y su familia vivían. Hay un árbol de época, donde se cuenta que el niño recibía las lecciones de un maestro particular y una capilla, donde se conserva el altarcito donde el joven recibió el sacramento de la Confirmación. El folleto turístico que se halla dentro de mi habitación en el hotel cuenta lo siguiente: "Museo Bolivariano. La casa natal del Libertador Simón Bolívar es una remebranza a la Caracas de los techos rojos con todo el legado patrimonial del padre de la Patria".

Tras la visita de rigor por toda la casa, nos trasladamos hasta su tumba, en la Avenida del Panteón. Está totalmente en obra que ha de terminar antes de que acabe el año. Me trajo un recuerdo impresionante, ya que en 1979 me hice una diapositiva en las escaleras principales del templo al salir impresionado de tal lugar histórico para España y Venezuela.

Y de aquí a la Avenida de los Próceres, ahora mucho mejor que hace 32 años, lugar donde se celebran los desfiles militares pero sobre todo se conservan las figuras más importantes de la independencia.

Una cerveza en el restaurante Las Terrazas, donde creo que yo cené una noche de hace una treintena de años puso el punto final a la visita de la ciudad.

Nos acompañó en esta visita un joven estudiante que está haciendo sus prácticas profesionales turísticas en el hotel Venetur, Víctor Guillén, a quien hay que darle un fuerte aplauso porque estuvo varias horas más con nosotros.

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