Los viajeros de Hungría conocen, como
es habitual en los circuitos turísticos, Budapest, su atractiva capital, pero
pocos se internan en la realidad profunda del país magiar, como son los casos
de Pécs y de Mohács, localidades situadas al sur del país, en la región del
Transdanubio, muy cerca ya de Croacia.
Una magnífica autovía lleva desde
Budapest a Pécs, una preciosa ciudad, que en 2010 por sus características
propias fue declarada Capital Europea de la Cultura y, además, por sus ruinas
romanas, Patrimonio de la Humanidad. Aquí se entrecruzan los caminos de la
historia y de culturas tan diferentes como la balcánica, la alemana y la turca.
A los pies y en los subterráneos de la
catedral de San Pedro, de cuatro torres, elevada a la categoría de basílica por
el Papa Juan Pablo II en su visita al templo, se encuentra el hallazgo
arqueológico romano más rico de Europa central; se trata de los restos
cristiano - romanos que muestran en la
Cella Septichora la capilla de los siete coros y el mausoleo paleocristiano,
cuyos muros fueron adornados con escenas del Antiguo Testamento y conforman la
mayor construcción de una sepultura.
Pécs es la ciudad húngara con más
monumentos otomanos, perfectamente conservados. En la Plaza Mayor, recibiendo
al visitante, se halla la Mezquita del Bajá Gazi Kasim, que se conserva
intacta, pese a ser reconvertido en templo cristiano. Es el mayor santuario
musulmán de esta parte del continente europeo. El viajero puede pasar todo un
día visitando las obras que dejó el imperio otomano en la ciudad, conociendo
lugares tan interesantes como la mezquita del Bajá Hassan Jakovali, los baños
del Bajá
Memi, o el Mausoleo de Idris Baba, la obra otomana más apreciada.
En esta ciudad sureña se aposentó hace
unos 50 años Vilmos Zsolnay, que fue el creador de la singular cerámica que
lleva su nombre y hoy su remodelada sede industrial de 35.000 metros cuadrados
se ha convertido en uno de los centros turísticos más atractivos, donde se
enseña cómo se fabrican los diseños actuales y se muestra el museo con las
mejores creaciones antiguas que han salido de allí. Un lugar muy atractivo que
bien merece una visita. Las cerámicas de Zsolnay decoran las fachadas de los
mejores edificios modernistas de Pécs. www.visitpecs.com
Un singular carnaval
Los turcos fueron vencidos en 1687 en
la batalla de Mohács, un pequeño pueblo al este de Pécs que conserva el singular
carnaval de Busó, tan especial que fue declarado, en 2009, Patrimonio Inmaterial
de la Humanidad. El carnaval tiene su origen en el siglo XVIII y consiste en
unas fiestas paganas donde los hombres disfrazados con pieles de ovejas y
máscaras abominables, asustan y raptan a las jóvenes de la villa, teniendo
cierto parecido con las Carantoñas de Acehúche, en Cáceres, que salen haciendo
burla a San Sebastián. Según los entendidos, es la manera que los habitantes de
Mohács tenían para ahuyentar a los malos espíritus del invierno y avisar de la
llegada de la primavera. Un museo local da idea de la fiesta que es vivida con
interés y pasión por todos los habitantes de este pequeño pueblo. www.busojaras.hu
Al sur de Mohács se halla la localidad
de Villany, en la que ha surgido la primera ruta del vino húngara de la mano de
la familia Gere, donde cultivan unas 70 hectáreas de viñas ecológicas,
recuperadas tras la etapa comunista. Hoy elaboran un vino al estilo tradicional
con nuevas tecnologías, envejecido en toneles de robles húngaros. www.gere.hu