El Glorioso Mester de la Picardía
Viajera cumple este año, ahora en diciembre sólo 25 añitos. Hay que
felicitarle. Su labor costó ponerlo en marcha, pero lleva unos años, bajo la
presidencia de Jesús García, que ha retomado bríos y realiza actividades
constantes para mantener en vigor esa
idea primigenia: Potenciar el turismo de interior.
Y para conmemorar este 25 aniversario,
hogaño la Tabla Redonda del Glorioso
Mester de la Picardía Viajera, decidió, por unanimidad, a propuesta del
pregonero mayor, director de la Gloriosa Gaceta (¡vamos, un servidor!) proponer
a la villa de Burgos y sus actividades gastronómicas como premio del año del
Señor 2013.
Razones hay sobradas para ello. Primera
por ser una villa de gran alcurnia y poseer una de las Seo más artística y
vistosa de la cristiandad, verdadero Patrimonio Mundial; segunda, ser un lugar de destino interior, al que todos
volvemos para recuperar la paz interior y, tercera, por haber logrado ser
capital hispana del buen yantar y poseer una marca única en todo el orbe:
alcanzar que una morcilla sea reconocida como la más larga al alcanzar las 223,9
varas castellanas, llamadas también varas de Burgos; es decir 187,2 metros
(para los que no entienden las medidas de esta noble tierra), con la que se
hicieron 4.200 pinchos, que hicieron las delicias de numerosísimas panzas.
En honor a tales méritos de todo el
pueblo burgalés, recoge el galardón el regidor, el muy noble señor Fernando
Gómez Aguado, concejal de Turismo y Cultura, a quien le acompaña el divulgador
de las excelencias públicas de la ciudad, el distinguido señor Mario Sanjuán,
gerente del plan estratégico de Burgos.