El viajero pernoctó en el hotel Coral, de Pafos, que guarda una placa del doctor Christian Barnard por su estancia en él. La habitación da al mar y desde ella uno disfruta del rumor del agua. El director general de la empresa Laptos, propietaria del establecimiento habla con los periodistas para mostrarle la labor que están haciendo; posteriormente, la profesional de las relaciones públicas nos enseña la suite real, unan joya desde la que divisa todo el contorno de la costa.
En breve, acompañado por el guía cubano-chipriota, René Macía, salimos hacia las Tumbas de los Reyes y los Mosaicos de Pafos, ambos lugares arqueológicos declarados Patrimonio de la Humanidad. Posteriormente, un jeep nos transporta por la Península de Akamas para concluir el día en la piscina del spa del hotel, antes de salir a cenar en un lugar típico.
La visita al Leptos Coral Beach Hotel comenzó cuando la relaciones públicas vino a buscar al grupo al comnedor mientras desayunaba en la terraza, mirando al mar. Nos mostró la suite real, donde se han alojado reyes, magnates y otras personalidades, con una piscina que se pierde en el infinito. El hotel es una maravilla, donde disfrutamos de su spa. Bien merece pasar unos días de descanso allí para iniciar una visita a las Tumbas de los Reyes.
No eran reyes los que se enterraban en ellas, pero la magnificencia de las construcciones, bajo tierra, con un patio de bellas columnas dóricas, en mucho de los casos, ha hecho que seas declaradas Patrimonio de la Humanidad. Fue lugar de enterramiento desde el silgo III antes de Cristo hasta al III después de nuestra era. Están excavadas en la roca y pertenecen al período helenístico.
La segunda parada fue para ver los magníficos mosaicos del antiguo puerto de Pafos. Excelentes obras de arte donde se ve la maestría de los artistas chipriotas de la antigüedad helenística. También son Patrimonio de la Humanidad. Es extraordinaria la obra que hay en la Casa de Dionisio, uno de cuyos mosaicos le dio el nombre. En esta gran superficie de más de 40 habitaciones se halla el mosaico antiguo de la isla. Merece la pena detenerse con tranquilidad
Y de aquí se acercó uno a la calle principal de Pafos, donde antiguamente convivían los grecochipriotas y los turcochipriotas. El viajero se aposentó en el patio del kebab “Klimataria”, donde tomamos un pan de pita con carne, Muy sabroso. Había que probar también la cerveza Keo, bendecida por la iglesia ortodoxa, ya que es propietaria de la empresa embotelladora, Tras el almuerzo en el típico restaurante, cuya fotografía del fundador está colgada en la pared, se tomó un vehículo todo terreno para ir a ver la península de Akamas, donde el paisaje cambia y donde se pudo visitar la iglesita bizantina de San Jorge y la playa donde desovan y crían las tortugas, muy cerca de la pequeña península de Lara.
La cena fue exquisita y extraordinaria. No sé cuantos platos sacaron los dueños del restaurante “Laledes”, que en griego significa·”Anémona”; en la cena, ofrecida por la emp0resa de mi amigo chipriota Petros Mavros, “Avantless”, me encontré con su esposa, Ángeles, una mallorquina que enseña español a unos 40 chipriotas. “Laledes” es, además, un museo etnográfico muy interesante que expone también arte actual. www.laledes.com