Acabo de regresar de un viaje - peregrinación siguiendo las huellas de San Pablo por Grecia y Turquía. Se trata de un crucero que se llama así. "Pasos de San Pablo", promovido por la empresa "Steps of Paul"
www.stepsofpaul.gr que atrae viajeros desde Estados Unidos, Canadá, Surinam o del propio Mediterráneo, como griegos y españoles.
El viaje, muy recomendable, ha seguido la ruta que hizo San Pablo por las antiguas ciudades de Greca y de Asia Menor. Atenas, con su areópago, lugar de discusión de las nuevas ideas y donde Pablo habló del Dios desconocido, a los griegos, convirtiendo a varias personas al cristianismo; Tesalónica, con la iglesia de San Demetrios, patrono de la ciudad y el ágora donde habló San Pablo. Muy cerca se halla Vergina, la ciudad donde está enterrado Filipos II, padre de Alejandro Magno y donde se puede ver el tesoro real. En esa misma zona de la región griga de Macedonia hay que acercarse a Veria, lugar donde se encuentran tres escalones desde los que predicó al apóstol de los Gentiles de lugar
Una tercera etapa es Kavala, la antigua Neápolis, que conserva perfectamente la calzada romana de Vía Egnatia, que los romeros pueden hacer a pie en uno de sus tramos. Vía Egnatía llega hasta Tesalónica, cruzando su calle principal, de igual nombre. En el área de Kavala están las ruinas de Filipos, ciudad a la que San Pablo dedicó sus epístolas.
El crucero, que llevaba por nombre Cristal, de la compañía griega Louis Cruises http://www.louiscruises.com/ hizo un desvío a Estambul, la antigua Constantinopla capital del imperio romano de Oriente, Bozancio. Una costa visita para conocer la mezquita azul, la espléndida Santa Sofía y el palacio de Topkapi.
De nuevo en la ruta de San Pablo, en las costas turcas, que antes eran Asia Menor zona de cultura helenística, atracar en Dikili, frente a la isla de Lesbos. Muy cerquita se halla la antigua ciudad de Pérgamo, una joya de la arqueología griega. Se conserva en perfecto estado, en lo alto de una montaña el teatro y en esa acrópolis era el lugar donde habitaba Zeus, cuyo templo se expone en la isla de los museos en Berlín. La magnífica biblioteca que contó con 200.000 volúmenes, fue famosa en la antigüedad junto a la de Alejandría de Egipto.
Me encanta Éfeso, otra de las grandes ciudades de la época griega, comparable a hora a París o Londres. Fue allí donde se dirigió San Pablo para intentar convertir a más gentes a la nueva religión. Como en esta ciudad se hallaba el templo de Artemisa, una de las siete maravillas del mundo antiguo, San Pablo tuvo que vérselas en el enorme teatro con los enfurecidos ciudadanos por intentar quitarle su religión pagana. La verdad es que hoy las ruinas de Éfeso, cercanas al puerto de Kusadasi, emporio turístico de la actual Turquía, bien merecen por sí solas una visita.
Por último, el barco llegó a la isla de Patmos, donde San Juan el discípulo preferido de Jesús, escribió el libro del Apocalipsis en la cueva que hoy está considerada como patrimonio de la humanidad. Patmos es una isla pequeñita, de unos 2.500 habitantes, pero muy interesante por ser lugar de refugio de personas de alto nivel económico e intelectual de Grecia y del Mediterráneo.
El crucero es precioso y merece la pena realizarlo. Invito a los que quieran conocer la historia de la antigüedad y la de San Pablo, en particular que vayan. Se puede conseguir el descanso para el cuerpo y para el espíritu.