“Condena” es el libro que acaba de publicar mi amiga la
escritora zamorana Concha Pelayo y que hemos presentado, al alimón, en la tarde
del 22 de febrero en el Hotel Sancho de la capital de España, el autor del
prólogo, el locutor de TVE Ángel Lafuente Zorrilla y un servidor.
Ángel comenzó hablando de su prólogo y el impacto que le
produjo haber contactado con algún preso, esas “almas” que pasan años
encarcelados y a los que les dio una conferencia sobre el mundo carcelario,
después de que el director de la cárcel le sugiriera no darla, pues los presos
iban con una actitud indolente y sin interés a escucharle, mientras que otros,
en las filas de atrás se dedicaban al trapicheo de pasarse la droga. La
conferencia comenzó con estas palabras: “Usted, amigo, que está pudriendo
sus años de vida en este recinto cruel, es la persona más sagrada del mundo para
usted mismo”. La conferencia siguió en estos términos; al final, los presos
se callaron y fueron a felicitarle de uno en uno dándole un fuerte abrazo. Sin
duda, se ganó a este “singular y respetable público”.
Cuando me tocó hablar, brevemente, dije que yo tenía el recuerdo a mis pocos años, 6 o 7, cuando iba de Hinojal a Cáceres pasábamos por la cárcel provincial y siempre me daba miedo el sargento de la Guardia Civil con su gran bigote. No tengo experiencia directa del mundo carcelario, salvo apuntados casos. Siendo universitario alguien me pidió llevar un libro o un paquete -no me acuerdo ya- a algún preso. Entré en la cárcel de Carabanchel a dejarlo y me impresionó, como me impresionó la entrevista que le hice en Mallorca a unos de los presos más famosos que tuvimos en España y hoy totalmente rehabilitado. El famoso “El Lute”, a quien le pregunté si era él o era “el otro”. Me dijo que había conocido una nueva vida en la cárcel; había estudiado Derecho y hoy es un reputado abogado. No se ha vuelto a hablar de él.
En mi corta intervención hablé de la autora, una escritora
reconvertida en periodista de turismo con la cual hemos viajado juntos en
varios paseos por el mundo, como en Líbano, donde conocimos al “Papa” catíolico
maronita, fallecido recientemente. Líbano no tiene partidos políticos, sino 19
religiones distintas y se da la circunstancia de que el Jefe del Estado ha de
ser de la religión maronita y el presidente del Gobierno, de religión
musulmana; en aquellos tiempos era Rafik Hariri, que murió en un atentado. Otro
lugar fue Lituania donde montados en una avioneta polaca de la Segunda Guerra
Mundial y haciendo cabriolas en el cielo de Kaunas, la segunda ciudad del país,
sentí las uñas de Concha en mi pierna izquierda dado el miedo que pasamos… los
dos. Y el tercer lugar que cite y donde estuvimos fue en un viaje que organicé
a Chipre, donde estuvimos cerca donde nació la diosa Afrodita (la romana Venus),
la diosa del amor.
Concha hizo que su obra me llegara al corazón, al
descubrirme un mundo que desconocía: el carcelario. Entrevistó a un preso, a
una interna, a un director de una cárcel, a un funcionario escritor, a otro
ideólogo y a un tercero que estuvo con los grapos, sin olvidarse de una criminóloga,
a un médico, (que por cierto estaba entre los asistentes a la presentación del
libro), al capellán de una cárcel, a un psicólogo y una psicóloga y también a un
sociólogo. Entrevistas que hacen que conozcamos intensamente la vida de las cárceles
españolas.
Mire, yo se lo aconsejo que compren el libro y lo lean.
www.visionlibros.com
Concha Pelayo.
Condena.
Editorial Visión Libros.
Diciembre 2022.
192 páginas.