Propuse que tenía que ser un elemento distintivo, algo que fuera singular. Y surgió la tenca, ese pez que la Real Academia Española lo define como: “Pez teleósteo de agua dulce, fisóstomo, de unos tres decímetros de largo, con cuerpo fusiforme, verdoso por encima y blanquecino por debajo, cabeza pequeña, barbillas cortas, aletas débiles y cola poco ahorquillada. Prefiere las aguas estancadas, y su carne es blanca y sabrosa, pero está llena de espinas y suele tener sabor de cieno”.
Sea como fuera surgió la primera fiesta en Alcántara: La Diputación puso 500.000 pesetas; los diez pueblos que se sumaron 50.000 cada uno y así surgió en Navas del Madroño la I Fiesta que llevó hasta el pueblo a miles de personas. La primera Tenca de Oro, fue, institucionalmente para Juan Carlos Rodríguez Ibarra, como presidente del Gobierno regional.
La segunda fiesta la organizamos en Brozas donde me llevé a Isabel Gemio y después en Alcántara y también en Garrovillas y en otra ocasión en Casar de Cáceres, donde me traje desde Benidorm a la acordeonista María Jesús , la de los pajaritos. Todos se sumaban encantados a que se le impusiera la Tenca de Oro.
Con el tiempo confeccionamos un pequeño recetario de tencas, con los platos que los profesionales o las amas de casa nos llevaban. Fue en Brozas, a instancia de un servidor, cuando la Consejería de Turismo, le concedió el título de primera Fiesta de Interés Turístico Gastronómico de Extremadura. Le entregaban la Tenca de Oro al cantante israelí David Broza, cuya familia era originaria de este pueblo. Ese mismo mes murió mi padre y yo… no tenía ganas de fiestas. Fue el único momento malo, para mí, de estas celebraciones.
Mañana, en Monroy, será un día grande. El pueblo se engalanará y ya hablaremos con el alcalde en un programa de radio que dirige mi buen amigo Quino Moreno, “La Hora Blanca del Turismo”, con el fin de atraer más turistas hacia esta zona.