Entradas populares

martes, 21 de julio de 2015

El turismo de frontera

 

 

            Decíamos de chicos que España limita al norte con Francia, al sur con el Mar Mediterráneo y el Océano Atlántico; al este, con el Mar Mediterráneo y al oeste con Portugal. De esta manera, nuestro país tenía fronteras sólo con dos países: con Francia y con Portugal. Pues no es verdad, limita con varios países más: Al norte también con Andorra; al sur con el Reino Unido, en la última colonia en suelo europeo, que es Gibraltar; más al sur con Marruecos en Ceuta y Melilla y las islas Chafarinas y curiosamente al este –lo aprendí cuando estuve viviendo en Mallorca- con el espacio aéreo argelino, pues en el reparto de ese espacio aéreo no hay un corredor que nos una con Italia directamente, sino que en su momento se lo repartieron entre Francia y Argelia para que cualquier avión que cruzara ese espacio aéreo pagara las correspondientes tasas a cualquiera de los dos países. Cosas curiosas veredes, amigo Sancho.

            Pues bien, hoy vamos a tratar el tema del turismo de frontera desde una manera genérica. La Unión Europea estudia y trabajar para promover el desarrollo de las zonas fronterizas. De ahí que haya tres programas de cooperación transfronteriza en nuestro país, con Francia, con Marruecos y con Portugal. Este último es el que más nos interesa.

            El programa de cooperación transfronteriza España – Portugal supone la reapertura de esa divisoria tan cerrada durante decenios, por las continuas luchas entre ambos reinos, por lo que ha sido una división de hambre y pobreza. Pues bien, el documento dice textualmente que “la integración de España y Portugal en el espacio económico y político europeo, al contribuir a la atenuación del efecto frontera – a nivel político y psicológico – ha significado la apertura de un campo de oportunidades en el ámbito de la cooperación entre los territorios fronterizos”.

            Y una de sus funciones es la de “recuperar del patrimonio construido y natural, con el objetivo de dinamizar la actividad turística y así, diversificar y potenciar la base económica de las áreas de la Raya y aumentar los niveles de rendimiento de las poblaciones residentes”. Además habrá acciones específicas de fomento de la cooperación transfronteriza, con el objetivo de potenciar una cultura de cooperación y crear instituciones de soporte a ese deseo.
 

            De ahí que en Extremadura haya nacido la eurorregión ACE (Alentejo, Centro y Extremadura), con todo lo que ello conlleva en el apartado el turismo que es el que estamos estudiando, que fue creada el 21 de septiembre de 2009.

            Todo comenzó en 1992 con la firma de un protocolo entre la Junta de Extremadura y Alentejo con el fin de impulsar el desarrollo en los 428 kilómetros de frontera común. En la región extremeña, estos temas los lleva el Gabinete de Iniciativa Transfronteriza, entidad que muestra mucha actividad en el capo del turismo, además del desarrollo sostenible, economía y empleo y educación e investigación. Seguiremos tratando el tema del turismo desde la óptica de la región Euroace. En la foto, la ciudad amurallada de Elvas.

lunes, 20 de julio de 2015

El turismo en las regiones periféricas


 

 

            Extremadura está situada en la periferia de España, limítrofe con Alentejo, una de las regiones más pobres del vecino Portugal, lo que convierte a ambas en regiones de nivel Objetivo 1 en el ámbito de desarrollo de la Unión Europea. La historia ha demostrado que las continuas disputas entre los dos reinos hayan  llevado a que estas zonas estén empobrecidas desde hace siglos. La entrada de ambos países en las Comunidades Europeas y el continuo trasiego de viajeros y mercancías hace que la Raya luso-extremeña tenga cierto movimiento económico que se incrementa aún por la continua oferta turística a ambos lados de la frontera.

            El profesor Manuel Figuerola Palomo decía en su obra “Manuel de Economía Turística” (Madrid 1992) que para concretar la actividad de este sector en el ámbito regional lo primero que hay que delimitar es el ámbito objetivo de esa actividad turística.

            El estudioso extremeño del turismo, Venancio Bote explicaba en su libro “Planificación  económica del turismo” (México 1990), que el turismo es una actividad económica y social que enriquece a la zona donde se desarrolla, pues lo que se produce no sólo beneficia a los turistas sino también a los residentes, bien sea en infraestructuras viarias, de transportes, hotelería, restauración, producción de alimentos, equipamiento de ocio o empresas intermediadoras de estos servicios.

            Hay que perfilar una relación de toda clase de recursos turísticos, que en esta zona de Extremadura (La Raya) se concreta principalmente en tres grandes áreas: turismo de naturaleza, turismo cultural y turismo gastronómico, aunque haya otros más específicos como puede ser el turismo de salud en la ciudad de Badajoz.

            También hay que crear una marca propia del turismo en la región; bien es verdad que Extremadura va avanzando en tener una marca propia para su turismo a través de acciones concretas de promoción o de actividades de gran repercusión nacional o internacional, como pueden ser las Ciudades Patrimonio de la Humanidad (Cáceres, Mérida y Guadalupe), a las que hay que añadir el Monasterio de Yuste declarado Patrimonio Europeo. A ello hemos de considerar el turismo de naturaleza, concretado en la Feria Internacional de Ornitología, una de las más importantes de Europa, en un lugar tan destacado como el Parque Nacional de Monfragüe y en turismo cultural destacan durante los veranos la importancia de los festivales de teatro de Mérida y en menor medida el de Alcántara.

            En el caso concreto del turismo en la Raya, hay que crear en una marca concreta, que ya ha comenzado con esa agrupación de doce poblaciones luso -  extremeñas “Tierras Rayanas”, incluidas dentro del Programa  de Cooperación Transfronteriza España – Portugal (2007 – 2013). Por eso hay que buscar una especialización turística, que dependiendo de la zona de la Raya se maneja de diversas formas. Por concretar en dos grandes apartados transfronterizos: Turismo de naturaleza en el Parque Tajo Internacional y en el Lago de Alqueva, así como un turismo urbano en la mayor concentración  de Extremadura, conformando la euro ciudad Badajoz – Elvas, con un desarrollo turístico especializado en turismo de salud.

jueves, 16 de julio de 2015

El turismo y el desarrollo económico


 

            Nadie puede dudar hoy en España que el turismo tiene una gran importancia socioeconómica para nuestro país y para otras naciones del mundo.

            Los datos así lo corroboran. De los 25 millones de turistas que hubo en todo el mundo en 1950 se pasaron a los 455 millones en 1970,  en 1997 a los 607 millones, para llegar a los 1.000 millones en  2012, según fuentes de la Organización Mundial del Turismo, reconocimiento que recayó en la británica Dale Sheppard-Floyd y que el organismo mundial, con sede en Madrid, celebró en el Museo del Prado.

                En números redondos, Europa tiene el 60 % de las llegadas de turistas de todo el mundo, lo que hace al viejo continente en ser líder mundial del turismo. Este sector aportó en 2012, uno de cada 12 puestos de trabajo y el 9 % del producto interior bruto (efectos directos, indirectos e inducidos).

            En cuanto a España cabe decir que en España hubo en 1967 un total de 43,3 millones de viajeros, aportando ingresos equivalentes al 8,5 % de la economía de nuestro país y ofreciendo el 11 % del empleo.

Por seguir con el año 2012, en este periodo anual llegaron a España 57,7 millones de turistas internacionales, experimentando un crecimiento interanual de un 2,7%. Estas cifras se han trasladado al gasto total realizado que ascendió a 55.600 millones de euros, mostrando un incremento de un 5,7%.

            En 2014 hubo unos dos millones de empleados en el sector turístico, de los que 1,5 millones eran asalariados y 0,5 autónomos.

¿Y en Extremadura?. Ya se ha dicho que en Extremadura se generan 700 millones de euros por esta actividad, lo cual suponen el 4,3 % del Producto Interior Bruto. Según los economistas, cuando una actividad supera el 2% del PIB está creando riqueza en el territorio. En esta rama de actividad, según la Cuenta Satélite del Turismo del Instituto Nacional de Estadística, trabajan más de 25.000 personas, que representan el 6% del total de la fuerza laboral en nuestra región. Más de 8.000 de estos trabajadores lo hacen bajo el régimen de trabajadores autónomos.

Algún dato más entresacado del Observatorio del Turismo de Extremadura: La Dirección General del Turismo cuenta para 2015 un aumento del 43,3 % de presupuesto, lo que eleva la cifra a un total de 35,5 millones de euros, lo que supone una importante cantidad para la promoción del sector turístico en la región. Las cifras cerradas del año pasado indican que hubo 1,7 millones de viajeros que realizaron 3,1 millones de pernoctaciones. Sin duda, el turismo en Extremadura es un factor de crecimiento económico.

En la foto el hotel Convento de la Luz, de Brozas (Cáceres), que será reabierto en breve con un campo de golf y spa.

            Un único consejo da la Organización Mundial del Turismo cuando se visitan otros territorios: Contrate un guía local y compre productos de la zona, es la mejor manera de desarrollar el destino.

           

Vídeo de cómo había que tratar al turista que llegaba a España en los años 60:

miércoles, 15 de julio de 2015

El turismo de interior


 
 

                Extremadura ha dejado de ser un territorio de paso hacia Portugal a ser un destino turístico en sí mismo. Los madrileños, el principal mercado turístico de nuestra región sólo la conocían viajaban en coche hacia el país vecino, olvidándose de que aquí hay atractivos turísticos interesantes que en estos últimos años, gracias al esfuerzo de las autoridades y a los profesionales del sector, han sido promocionados y puestos en valor para uso y disfrute de todos nuestros visitantes. Veamos el porqué:

            Tomando como base el Plan Nacional de Turismo 2020, elaborado en 2007, tiempos del ministro Joan Clos, se habla de que: “El turismo español es una industria sólida, con una consolidada posición de liderazgo internacional y con gran potencial de crecimiento futuro, lo que constituye su valor diferenciador y una gran ventaja competitiva. El sector turístico desarrolla su actividad en un entorno económico globalizado, de gran incertidumbre y profundamente cambiante, en el que se vislumbran nuevas tendencias y retos. Ante esta situación, el Consejo Español de Turismo acordó llevar a cabo un amplio proceso de revisión estratégica del sector para hacer frente a los retos y tendencias y que se ha materializado en el Plan del Turismo Español Horizonte 2020. Y cuyas grandes líneas de estrategias se basan en darle más valor al cliente, ofreciendo una sostenibilidad del modelo turístico español en un entorno cada vez más competitivo y compartiendo el liderazgo de nuestro sector turístico con las instituciones y los agentes sociales”.

 

            El turismo, en España, es una cuestión de Estado, y al margen del partido que gobierne se terminan ejecutando los planes que ha ido elaborando el Gobierno anterior desarrollándose así una actividad promocional interesante, al margen de los vaivenes de la política partidista.

 

También Extremadura tiene su Plan Estratégico de Turismo, (2010 – 2015), en el que se cuenta que en Extremadura se generan 700 millones de euros por esta actividad, lo cual suponen el 4,3 % del Producto Interior Bruto. Según los economistas, cuando una actividad supera el 2% del PIB está creando riqueza en el territorio. En esta rama de actividad, según la Cuenta Satélite del Turismo del Instituto Nacional de Estadística, trabajan más de 25.000 personas, que representan el 6% del total de la fuerza laboral en nuestra región. Más de 8.000 de estos trabajadores lo hacen bajo el régimen de trabajadores autónomos. Y aquí quiero resaltar la importancia del turismo rural concluyendo con una frase: “La calidad es una de las claves seguras del éxito en la explotación de las empresas  turísticas rurales” (Hawkins 1988)

martes, 14 de julio de 2015

El turismo y la Unión Europea

 
            La Unión Europea se comenzó a preocupar por el turismo, un sector clave para la economía española muy tarde;  concretamente fue en 1983 cuando se aprobó la primera resolución del Parlamento Europeo sobre política turística. Bien es verdad que solo siete años más tarde, a iniciativa del Parlamento, el Consejo de Ministros de la entonces Comunidad Europea declaró el año 1990 como Año Europeo del Turismo, que supuso un gran avance para el sector, pues esta actividad económica, la mayor de la Comunidad, no estaba reconocida formalmente hasta entonces.
            Tras la celebración del Año Europeo del Turismo se desarrolló un programa que se pudo medir según varios criterios:
            1.- Hubo un gran intercambio de información y puesta en común de experiencias.
            2.- De ello se sacaron experiencias para proyectos concretos en dos campos tan interesantes como el turismo rural y el turismo cultural, de tanta incidencia en nuestra región.
            3.- Hubo una interesante cooperación transnacional en el mundo del turismo.
            4.- La promoción aumentó para llamar la atención de los operadores turísticos a favor del turismo europeo.
            Todo esto se concretó en medidas atractivas para el mundo del turismo cultural y rural, prestando un mayor interés y cuidado por el medio ambiente factor importante en el desarrollo del turismo en la vieja Europa y se apoyó la mejora de la calidad de los servicios turísticos a través de una continuada formación profesional con cursos especializados subvencionados con fondos económicos de la Unión Europea, sin olvidarse de las continuas iniciativas de cooperación transnacional que en Extremadura son importantes, dado el carácter transfronterizo con Portugal. Un ejemplo de cuanto venimos diciendo se puede aplicar en cuatro grandes proyectos turísticos transnacionales: La Feria Rayana, el Parque Nacional “Tajo/Tejo Internacional”, la Euro - ciudad Badajoz – Elvas y el Lago del Alqueva, todos ellos proyectos turísticos compartidos con el país vecino.
 

lunes, 13 de julio de 2015

El turismo en Extremadura (II)


 

            Terminaba mi primer artículo sobre el turismo en Extremadura con la deficiente formación del empresariado turístico extremeño (Que nadie se sienta molesto por ello, sino que es un análisis general y aunque hay magníficos profesionales otros muchos dejan bastante que desear). Y no estoy hablando sólo de atención al cliente, que también, sino de las atenciones que requieren una empresa turística.

            A las empresas se las puede atender mucho mejor fomentando el asociacionismo o bien co-participando en empresas y actividades público-privadas. Pues aunque la hostelería y la restauración extremeñas están unidas en asociaciones profesionales, lo que se denominan empresas turísticas de oferta complementaria o de turismo alternativo dejan mucho que desear.

            Las Pymes turísticas han de tomar conciencia de sus necesidades a través del asociacionismo y en pedir ayudas institucionales en el ámbito regional, del Estado y en Europa, a través delos cauces ordinarios de los representantes políticos.

            Hoy por hoy, con los sistemas actuales de comercialización, es el cliente el que elige el destino turístico y en este campo Extremadura en general y la zona de la Raya luso-extremeña, en particular, tiene una grave problemática de promoción debido a la lejanía de los grandes centros emisores nacionales como Madrid y Lisboa, y otros de segundo orden de las dos naciones, ello sin hablar de los grandes centros emisores europeos, que son los que abastecen en un 80 % a los mercados ibéricos, pues los turistas que proceden de Europa buscan principalmente sol y playa y menos el turismo cultural y muchísimo menos el turismo de naturaleza en los que está basado principalmente el sector turístico en la frontera entre España y Portugal, en el tramo comprendido entre Extremadura y la Beira Baja y Alentejo.

 

sábado, 11 de julio de 2015

Cuestiones generales del turismo en Extremadura


 

 

            El turismo se convierte desde los años 80 en Extremadura una fuente de modernización y transformación económica. Tras el paso de la época emigratoria de los años 60, en los que la región pierde mano de obra poco cualificada y la llegada de las comunidades autónomas, Extremadura toma conciencia de sus valores  histórico-patrimoniales y naturales y comienza a explorar un campo económico que hasta entonces era tenido poco en cuenta, cuando ya en otros lugares de la nación estaba muy explotado a través del sector turístico.

            El Consejo Económico y Social de las Comunidades Europeas indicaba en 1990 que “el turismo constituye una actividad humana de la natural inclinación entre el hombre y la necesidad de conocer su entorno, su historia y su civilización. El turismo se ha transformado en una actividad económica que ofrece al consumidor los servicios que exige. Esta actividad ha adquirido una importancia creciente en el espacio europeo, en particular a lo largo de los últimos años” .

            Lo primero que se desarrolla es el turismo urbano, abriendo nuevos hoteles en las grandes ciudades: Cáceres, Badajoz, Mérida, Plasencia, Zafra, etc. Posteriormente con la reestructuración de las comarcas en Grupos de Acción Local, el turismo se ve con otros ojos y se valora como elemento para crear pequeñas y medianas empresas que pongan el valor los recursos que se disponen. Especialmente se ha recurrido, desde su creación en 1975,  al Fondo Europeo de Desarrollo Rural, FEDER,  aunque en los diez primeros años de existencia sólo dedicara el 1,2% de su presupuesto al sector turístico. Fue a partir de 1986 cuando el FEDER contribuyó más al turismo para recuperar la riqueza de ciertas regiones.

            Con el tiempo, el turismo forma parte de todas las comarcas extremeñas, basado principalmente en dos factores: Una naturaleza muy virgen y poco explorada en la Península Ibérica y un amplio e interesantísimo conjunto histórico artístico en ciudades y pueblos de la región, promocionando en los últimos tiempo la gastronomía que se ha visto encumbrada esta labor con el reconocimiento de Cáceres como Capital Española Gastronómica y un restaurante único en Extremadura, como es “Atrio”, situado en la ciudad monumental cacereña, con dos estrellas Michelin, además de otros que ofrecen una gran oferta culiniaria con productos propios de la tierra.

            Aunque el turismo es hoy para la sociedad occidental –y española en particular- un elemento de consumo más, un derecho social, es una necesidad muy sensible a las alteraciones de los precios y también a la del servicio y atención al cliente, de ahí una permanente formación de los profesionales del sector en lo que demanda el turista, a pesar de que en nuestro territorio haya más un minifundio empresarial y una frágil posición de los agentes regionales en el mercado turístico nacional.