El viajero ha tenido un fin de semana
singular: disfrutar de buenos amigos visitando El Palancar, ese pequeñísimo monasterio
escondido en la falda norte de la sierra de Cañaveral, y fundado por San Pedro
de Alcántara, en las cercanías del pequeñísimo pueblo de Pedroso de Acim, que
no reúne a más de 110 vecinos.
El día merecía la pena,
pues poca gente conoce este precioso y singular enclave religioso de la
geografía extremeña de tanta importancia en la descalcez franciscana, no en
balde fue donde surgió la remodelación de la orden por el santo patrón de
Extremadura, en el siglo de nombre Juan
de Garabito. Fue el campeón de la penitencia. Fue tanta su santidad que fue
confesor de Santa Teresa de Jesús, y Carlos V quiso, durante su estancia en el
monasterio de Yuste, que fuera también su confesor, pero el santo alcantarino
declinó.
El grupo de viajeros llegó
pronto a la cita (la visita estaba programada para las 12,15) y estuvo paseando
por los jardines del monasterio y recreándose de la belleza del lugar, con una
vista amplia sobre las cercanas y verdes
tierras de Holguera y Torrejoncillo, mientras otro grupo conduciendo varios
coches antiguos y bien cuidados se aposentaba
en el estacionamiento.
Nos recibió el padre José
García, quien con mucho humor prohibía hacer fotos malas del lugar, fue
explicando con sabiduría las características del “conventico”, como le llamaba
San Pedro. Todos nos quedamos enamorados del lugarcito. En la iglesia del
pequeño convento hay una estatua del santo cuya cara es la del escultor Enrique
Pérez Comendador, mientras que las paredes estaban llenas de dibujos de Santa Teresa,
de pajaricos y del santo abrazando a otro hermano… todo ello obra de la esposa
del escultor, Madalena Leroux.
Al final, APETEX entregó
un diploma agradeciendo la visita que también nos hizo el padre José García.
Posteriormente y a poco más de un tiro de piedra, los expedicionarios, acompañados del alpinista César Pérez de Tudela, alcanzaron el complejo turístico de El Palancar”, gerenciado por Getulio Nacarino Hernández, quien nos deleitó con dos aperitivos: Saquitos rellenos de patatera pasas y orejones y torta del Casar gratinada con pimentón de la Vera. El primer plato fue muy bueno y contundente migas de pastor con huevo frito y el segundo presa de ibérico a la brasa con salsa de ciruelas, para concluir con un postre a base de un biscuit de higos con salsa de nueces, todo ello estuvo regado con un tinto “Nadir Roble”, de la Ribera del Guadiana. A los cafés, César Pérez de Tudela fue investido como socio de honor de la Asociación de Periodistas y Escritores de Turismo de Extremadura, por su labor de promoción del turismo de naturaleza, en presencia de otro montañero, Jesús García, presidente del Glorioso Mester de la Picardía Viajera.
La segunda parte de la
jornada transcurrió por el Parque Nacional de Monfragüe donde nos recibió Gonzalo
barroso, natural de Brozas, quien puso a disposición del grupo un coche de
Gebidexsa para poder subir hasta la plataforma del castillo y allí un guía de
naturaleza explicó a todos lo que es y supone el parque como atractivo del
paisaje mediterráneo tanto en flora como en fauna.
Foto de grupo de Óscar San Macario