Estoy viendo, mientras escribo estas líneas, el desfile de las Fuerzas Armadas en honor de España. No entiendo, la verdad, cómo hay personas que se opongan a poner la bandera de mi país, de nuestro país, en el lugar de honor que le corresponde, incluido los Ayuntamientos.
España, uno de los grandes pueblos de la Tierra, que ha dado vida - con sus alegrías y tristezas- a numerosas naciones del globo. España es un pueblo con ran historia, que ha sufrido a lo largo de los siglos numerosas invasiones, que es un crisol de cultura y que la hace grande al ser una madre patria para muchos hijos de esta y aquella parte del Atlántico.
Yo que me siento extremeño y por extremeño español, y madrileño, por vivir en Madrid; balear por haber trabajado allí tantos y tantos años y tener dos hijos de esa bella tierra española y andaluz, y catalán y vasco y castellano. Soy de todas las tierras de España y me gustaría ver una patria unida en sus gentes, con las lógicas diferencias propias de ser y de pensar de cada uno. ¡Cuánto me duelen los separatismos!
En una democracia caben todas las opiniones, aunque no se estén, como es lógico, de acuerdo con ellas. Las distintas maneras de pensar no han de ser barreras, sino puntos de unión que nos abrazan en este mosaico tan digno y tan rico que son las Españas, pero las Españas en una sola unidad que es el Estado español.
Aquí cabemos todos, absolutamente todos, piense como piense. Esa es la dignidad de la democracia: Respetar, en la unidad, a los que piensan distinto a ti.
España, uno de los grandes pueblos de la Tierra, que ha dado vida - con sus alegrías y tristezas- a numerosas naciones del globo. España es un pueblo con ran historia, que ha sufrido a lo largo de los siglos numerosas invasiones, que es un crisol de cultura y que la hace grande al ser una madre patria para muchos hijos de esta y aquella parte del Atlántico.
Yo que me siento extremeño y por extremeño español, y madrileño, por vivir en Madrid; balear por haber trabajado allí tantos y tantos años y tener dos hijos de esa bella tierra española y andaluz, y catalán y vasco y castellano. Soy de todas las tierras de España y me gustaría ver una patria unida en sus gentes, con las lógicas diferencias propias de ser y de pensar de cada uno. ¡Cuánto me duelen los separatismos!
En una democracia caben todas las opiniones, aunque no se estén, como es lógico, de acuerdo con ellas. Las distintas maneras de pensar no han de ser barreras, sino puntos de unión que nos abrazan en este mosaico tan digno y tan rico que son las Españas, pero las Españas en una sola unidad que es el Estado español.
Aquí cabemos todos, absolutamente todos, piense como piense. Esa es la dignidad de la democracia: Respetar, en la unidad, a los que piensan distinto a ti.
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