Cada año el Club Internacional Taurino, que preside mi
buena amiga y colega Muriel Feiner, nacida en una ciudad tan chiquita como Nueva
York, homenajea a uno de los grandes del toro. Si el año pasado fue al maestro Santiago
Martín “El Viti”, este año el homenaje ha sido para el maestro José Miguel
Arroyo, “Joselito” y al escultor taurino don Venancio Blanco, natural de la
provincia de Salamanca, cuyo padre fue mayoral de una afamada ganadería charra.
En el Gran Hotel Velázquez de Madrid nos dimos cita una
80 personas para honrar además del banderillero Vicente Yangüez “El Chano”, que
ahora se halla en silla de ruedas desde que en 2012 tuviera un gravísimo percance
con un toro en julio de hace dos años en Ávila. Ahora se dedica al deporte
paralímpico; su vida ha cambiado en silla de ruedas, pero no su espíritu combativo.
Ahora, para ayudarle hay un homenaje el 22 de marzo en la plaza de toros de
Vistalegre en el que intervendrá el rejoneador Diego Ventura, al que vi en mi
pueblo de Brozas como gran triunfador en el centenario de la placita de toros
construida en 1913.Además intervendrán otros maestros como Enrique Ponce, El
Juli, Manzanares, Miguel Ángel Perera, Talavante y el novillero Álvaro Lorenzo.
Todo por un compañero de trabajo.
Y
la fiesta homenaje fue todo un éxito, con diploma para la Federación de
Entidades Taurinas de Cataluña, que recogió 590.000 firmas para que las corridas de toros y un arte tan
español vuelvan a una región española. Hoy la Fiesta Nacional está declarada
como Bien de Interés Cultural por el Congreso de los Diputados.
Como
plato fuerte se entregó un diploma al matador josé Migue Arroyo “Joselito”,
quien agradeció la distinción y manifestó que luchó duro en la vida personal y
profesional para situarse donde está. Hoy es feliz con su familia en su finca de
Talavera de la Reina. Concluyó el acto Muriel Feiner, presidenta del Club
Internacional Taurino, que agrupa a personas de doce países, desde Portugal a
Japón, pasando por Francia o Estados Unidos. Y leyendo un párrafo de la
biografía del maestro “Joselito, el verdadero”, en el que el torero escribe: “Los toreros le tenemos un enorme respeto al
toro, al que por su orgullo y por su bravura, el peor trato que se le puede dar
es el de la compasión. Por eso siempre he intentado ser puro y honesto con él,
dándole la oportunidad de vencer en la pelea
www.club-internacional-taurino.com
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